Sin Pijama

Comenzó mal, terminó en el cielo.

Creo que fue un miércoles. Estaba en la U, en clases, cuando me llama mi viejo, nunca lo hace. Me pareció raro. Salí de la sala para responder, resulta que mi abuelo había muerto. Pena, aunque no tanta, ya que no éramos muy cercanos. El asunto es que tendríamos que viajar a Rancagua el fin de semana para asistir al velorio, funeral y todas esas formalidades que debemos cumplir cuando muere un familiar.

Una paja, hace miles de años que no veía a nadie de la familia, al menos yo no tenía a nadie cercano con el que pudiera conversar, así que pensé que sería un fin de semana largo y aburrido. Me equivoque.

Salimos el viernes, como a las 17 hrs de Santiago. Mi mamá me comentó me miró y cacho que no estaba muy feliz de ir así que atino a decir: “ah, pero verás a tus primos que no ves hace años”. Claro, muy entusiasmado estaba de ver a mis primos que no veía desde que tenía 14 años. Al parecer mi viejo se había pelado con algún hermano y dejamos de vernos, la muerte de su viejo era la excusa perfecta para limar asperezas.

Llegamos luego de un taco horrible. la casa estaba igual como la recordaba: vieja y enorme, al menos una decena de piezas, pasillos, laberintos, y un patio hermoso, lleno de arboles, un parrón y al menos dos perros muy felices.

Nos recibieron calurosamente, como si nada hubiese pasado, como si no el cadaver del viejo no estuviera en el living, mi papá se veía aliviado, partieron a sus piezas a guardar las cosas.

Pregunté a una de mis tías dónde me quedaría yo, y me dijo que con el Yuri. Mientras intentaba recordar quién era el Yuri, siento que alguien me toma por los hombros y con una voz grave, prácticamente me grita: “hola primo” y me da un abrazo demasiado apretado.

Claro, al parecer era el único con quien jugaba cuando chico, el Yuri, pero la verdad… es que no me acordaba para nada.

-¿Te acordaí de mí por o no

– Sí po, obvio… – mentí mientras lo observaba tratando de recordar. Lo cierto es que entre más lo miraba, menos lo recordaba.

Era un moreno muy moreno, de cara amigable, siempre risueño. Al parecer Yuri había terminado su servicio militar hace poco, tenía corte de milico y una herida en las cejas, labios gruesos, ojos grandes y café y un cuerpo fornido, pero no tanto. Muy milico.

Su papá le había puesto Yuri porque amaba la URSS. Pintoresco.

Tomo mi mochila y las llevó a mi pieza. Había solo una cama. “Espero que no te moleste, uno para cada lado”, me comentó, yo ni respondí, solo moví las manos riendo. Al menos teníamos un baño propio, en fin.

Fuimos a la terraza, dónde estaban todos, me senté y luego llegó el Yuri con vasos de vino, (vaso, no copa), bien, tomamos, me metía conversa, sobre las cosas que supuestamente hicimos cuando chico y yo solo asentía, nada de eso me parecía real, pero lo contaba de forma tan confiada que claro, no había como negarlo, además parecía de mala educación decirle que no me acordaba de nada.

Entre más vino, creo que más me solté y pude conectar con todos. Así que pensé que seguir tomando sería lo mejor. Nos mandaron a comprar y fuimos con el Yuri, ahora hablamos de cualquier otra cosa, era muy agradable.

Hasta nos intentaron asaltar de camino a la boti, un tipo solo medio perturbado y con un cuchilllo, me cague de miedo, pero el Yuri reaccionó rápido y le pegó un certero combo y listo, seguimos como si nada. Quede pa’ la cagá, como tiritón e incluso algo calentón con esa demostración de hombría. Era fuerte el Yuri.

Luego me preguntó sobre cuántas pololas tenía allá en Santiago, me reí y le dije que ninguna. En esos años estaba como muy activista y había hecho la promesa que nunca ocultaré lo que soy, sea quién sea, así que le dije “soy gay”, igual me daba miedo su respuesta.

Solo me dijo: “ah, entonces ¿tenís algún pololo? por allá” – nos reímos, le dije que tampoco. Y le pregunté si el tenía polola.

“varias pues, una en Santiago, otra aquí y una en el sur”– contó orgulloso, continuó diciendo que era muy califa y que le gustaba salir de viaje y contar con algo seguro. Era muy confiado en lo que decía. Me mostró unas fotos de las chiquillas y mientras pasaba de fotos, apareció una de un pico parado, supongo que era las que él les mandaba.

– Ohh esas no jaja chuta – me comentó avergonzado.

Quede para la cagá, pero le intente cambiar el tema para que no se incomodará

–  Pero, ¿no te da miedo que te pillen? – le pregunté

– Nah, sí saben, ellas también tienen lo suyo con otros

– ¿No te molesta?

– Nah, ¿felices los cuatro no? Jaja

Llegamos a la boti, compramos, volvimos y seguimos tomando, mis viejos se habían ido a dormir, compartimos con otros primos y todo bien hasta aquí, el problema es que no recuerdo lo demás.

Desperté en la cama como a las 11am con un dolor de cabeza, no estaba el Yuri, pero sí estaba su ropa repartida por todos lados, la mía también, cache que estaba solo en boxer ¿en qué momento me saqué la ropa? Luego cache que el Yuri estaba en la ducha, me lance a buscar su celular, estaba en la mesita, y como tengo buena memoria, me acordé de su clave. Fui a la galería y hueón, encontré de todo. Tenía hartos videos de las hueonas que tenía de “pololas”, pero fotos del gil mostrando el pico, medio pico hueón, con traje militar y solo con el pico pa’ afuera, me quería pajear ahí mismo, pensé en enviarme las fotos, pero me daba miedo no alcanzar, así que le tome fotos con mi celular a algunas fotos. Luego llegue a unas que claramente no eran del Yuri, eran de otro hueón y mostrando el poto, poto abierto, y unos llenos de moco. Ahí sí que quede helado ¿qué chucha?

Cuando sentí que paró la ducha, me apuré, deje el teléfono en la mesa rápidamente. Salió del baño solo con una toalla. Impactado.

– Buenos días – me susurro – la media volaita ¿no? Jaja

– Sí, estoy con una caña pal’ pico

– Santíguanos que no sabe tomar po’ – se río, yo también.

Encontré mis lentos justo a tiempo, me los puse, me acomodé en la cama, tome mi teléfono para que no fuera tan descarada la mirada.

Se estaba secando las presas con la misma toalla, pero no revelaba nada, se dio vuelta hablándome de cosas triviales, se quito la toalla y se la puso entre los hombros. Dejándome ver todo ese poto peludo, no era para nada grandote, pero bonito. Se puso el slip y no me dejo verle el pico, pero cuando se dio vuelta de nuevo le cache todo el bulto, era grueso y hasta unos pendejos locos se asomaban, se vistió completamente y me dijo que fuera a ducharme, ya que teníamos que salir luego a la iglesia.

No quería levantarme, tenía la media erección, así que me paré rápidamente, tome mis cosas y me fui a la ducha, estaba tan caliente por lo que había visto que me empece a pajear. Entre eso, escuché que toca la puerta “¿puedo pasar?”, ni alcance a responder y entró igual, saco algunas cosas que se le habían quedado y me dijo que me apurará que ya estaban casi todos listos, me cagó, no pude terminar, salí y me vestí rápido y nos fuimos a la iglesia.

Regresamos como a las 16 hrs y fuimos a tomar una siesta, despertamos, once y la misma rutina del día anterior, los tíos comenzaron a tomar, y yo con el Yuri aprovechamos de seguir tomando, pero está vez me detendría a tiempo, a ver si logro ver algo de nuevo. Pero seguía pensando en esas fotos ¿de dónde eran? ¿era bi? ¿Qué chucha?

La huea es que llegó una de las primas, nadie la reconoció, al parecer estaba muy cambiada: era una culona impresionante, obvio que el Yuri quedo pa la cagá y se le pegó como lapa, estuvieron hablando harto y yo en el fondo, intentando no caer en una discusión racista con uno de los tios abuelos. De pronto se me perdieron los tipos, filo, si igual ¿qué estaba pensando? nada…

Salí al patio, estaba oscuro, al fondo se escuchaba un perro ladrando y si prestabas más atención, escuchabas el hermoso sonido de un pico siendo chupado. “¿Qué hueá? imposible que este hueón se estuviera agarrando a la prima”, así que seguí caminando, buscando la fuente del sonido, unas arcadas sonaban como melodía.

Hasta que los pille, la prima estaba métale chupándole el pico, se veía re poco, unos destellos de las luces de las calles alcanzaban a revelarnos las caras. Me quedo mirando cagado de la risa, guiñándome un ojo y haciéndome una señal de que me quedará piola, la otra chica ni cacho que estaba allí, le agarro del pelo y siguió empujándole el pico hasta la garganta, y lo más incomodo es que ni se inmutaba en verme cuando lo hacia, como una dedicatoria enferma. Yo estaba congelado. No supe qué hacer.

Hasta que escuché que alguien grito: “Danielaaaaaa, nos vamos”. La chiquilla salió disparada, se despidió del Yuri y se fue corriendo, limpiando la boca, ni me notó. El hueón quedo ahí con el pantalón abajo, decepcionado. Se los puso de vuelta y me dijo: “Puta la hueá primo, estaba que se lo ponía ahí mismo”. Solo atine a decir un brígido y me fui a la casa de nuevo.

Me metí al baño pa correrme la paja, no daba más de la calentura, pero claro, ahí estaba el Yuri para interrumpirme. Por la chucha. Ahora quería que lo acompañará a comprar más copete, tenía las bolas azúles. Filo. Partimos. Pero yo no tomé más.

Ya todos se estaban yendo a dormir, pero el hueón seguía jugosos, estaba bailando con una de las abuelas unas cumbias viejas. Le dije que me iría a dormir, me respondió que él iría luego.

Estaba tan cansado que aproveche de tomar una ducha, además al fin podría pajearme. Error. No había agua caliente, pero quería ducharme, me metí bajo el agua fría, error, estaba congelada. Filo, salí rápido, me puse al polera y fue ahí cuando se me ocurrió una idea. El hueón estaba jugoso, estaba caliente por la prima y tenía la evidencia de las fotos ¿qué pasaría si lo espero en la pieza en cuatro? era muy obvio pensé, así que se me ocurrió tirarme en la cama, con la polera puesta, pero sin boxer, ni nada. Me tiré a la cama y espere, espere, espere…

Me quede dormido. No sé cuánto habrá pasado cuando me despertó el hueón entrando a penas. Riendo y cuando llegó, solo escuché un “Shoooooo”. Me seguí haciendo el dormido.

Sentí que se acostó al lado, “primito, se le olvido el pijama” me decía despacito mientras me daba palmaditas en el poto, y seguía “primo, ohh por qué” mientras sentí que con una mano me abría los cachetes. De ahí no le entendí más, todo era un “Ohhhh hueón”, “conchetumadre”. Sentí que me escupió justo en el hoyo y me pasó los dedos. Estaba pal pico pero me seguía haciendo el dormido. Me metió un dedo despacito y ahí fue cuanto ya no pude fingir más, se me salió un quejido suave.

Abrí los ojos y ya tenía el pico parao en frente de mi vista. Me agarro de la parte de atrás de la cabeza y pa adentro, todo el pico, no me dio ni para respirar. No sé si quería chupársela o quería ahogarme con ese pedazo. Puta que era grueso, peludo, venoso y cabezón el amigo. Seguía acostado y me daba unas nalgadas tímidas, pa’ no hacer más ruido.

Estabamos en eso cuando al parecer cacho lo que estaba pasando y paro. Se fue y yo quede como “¿en serio?”, la huea es que fue a cerrar con pestillo la puerta, se saco la polera y se me tiro en cima, le intente dar un beso y me apartó: “No hueí po, esa hueá es de maraco”. Quede pal pico porque lo dijo en serio, pero seguí. Ahora estaba acostado y pilucho y yo en cuanto chupándosela como loco, se la agarraba con una mano y me quedaba justo su media cabeza, se la deje seca y roja la hueá. Estuvimos harto rato así, ni cache como lo estaba pasando, estaba demasiado concentrado mamándole hasta los huevos, sentí que lo estaba gozando, porque se retorcía los pies, se estiraba, es ahí cuando lo pajeaba más fuerte y paraba justo a tiempo, y así un buen rato.

Se paró, me pegó en el poto y dijo: “en cuatro maraca”, obedecí rápidamente, estaba preparado, con miedo, pero preparado. Solo me derretí en la cama, la cabeza bien hundida en la cama, me puso una almohada en la cabeza y le deje todo el poto parado, un escupo, unos dedos de cortesía y pa adentro, lento. “oh conchutumadre que estai apretadito hueón”.

Cachaí que este hueón era de cocos gordos, te juro que podía sentirlos cuando me la metía, chocando, sonando fuerte, mojado y rico, pero teníamos que calmarnos, sentíamos pasos afuera, como era casa vieja y de madera, se escuchaba todo. Así que cambio de estrategia, ahora me daba golpecitos cortitos y precisos con su pichula gorda, estaba tan caliente y con las bolas llenas, quería puro acabar, pero este hueón duraba demasiado y ya estaba medio bruto. Así que intenté llevarle el ritmo con el poto, pero se rehusaba, quería el mandar. Ahí le paré en seco.

Me salí, me quedo mirando molesto. Le ordene que se acostará. Me hizo caso a regañadientes, me puse delante de él y me senté en su pichula, el hueón como que se entusiasmo y empece a moverme, cuan Shakira y las caderas. Se puso las manos en las cabezas y cerro los ojos, yo me concentré en mi no más, se sentía tan rico su pico en mi hoyo, tan profundo, tenía las piernas duras, evitaba tocarme porque quería seguir sintiéndome así.

El hueón agarro su pantalón que estaba justo al lado, saco un pito y comenzó a fumar.  “Sigue así, lentito” y estuvimos por un largo tiempo, hasta que con el roce no aguante más, me fui mega cortado, le llene su pecho de leche, le llego hasta la cara, pensé que se iba a molestar, pero se calentó más, me dijo: “ahora me toca a mi”, así que me empece a mover más fuerte para hacerlo acabar, esa cama rechinaba tan fuerte, pero necesitamos esto. 

El calor de esa noche estaba intenso, sudamos un montón. “oh culiao, hueón y la putaaaaa”, y boom, me lleno el culo de su semen, el hueón quedo hasta sin aire, se movió caleta. Me salí y sentí que un chorro me salto sin esperar, me fui corriendo al baño. Escuché que se reía “puta la hueá rica hueón”, entré, me limpié, habré estado unos 10 minutos allí, cuando salí el hueón seguía echado, durmiendo, en pelota, me vestí y me acosté dado vuelta para no molestar.

Me despertó a las 7am para que culiaramos en la ducha. Más rato lo hicimos en el patio, pero lo que paso el domingo se los contaré después.

PD: El culiao del Yuri siguió hueviando con la Daniela (la prima) meses después y terminó embarazandola, cosas de la vida creo. fue un gran escándalo familiar. chistoso, porque ni después de eso dejamos de culiar.

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