Casi Padrastro II

Después de esos 2 minutos culiaos en la playa, donde solo me rozó el pico en el poto, quede como poseído por un demonio. Sabía que ocurría en un minuto, sabía que me iba a terminar de culiar este hueón, ¿pero cuándo? estaba ansioso y me costaba concentrarme en cualquier cosa.

No podía dejar de recordar su sabor de pico, sus bolas, su pecho, sus manos en mi cabeza. No conchetumadre, ya me daban ganas de matarme a pajas pa’ controlarme.

Esa semana no vino ningún día. Le pregunté a mi vieja, así como piola, me dijo se iba de viaje en el sur, por pega, pero vendría el sábado, me preguntó ¿por qué? y tuve que inventarle cualquier huea medio nervioso. Se veía feliz porque ahora me llevaba bien con el hueón, si supiera porque.

Por suerte no tuve que esperar mucho. Fue un jueves. Mi vieja salió a su pega y yo me quede en la casa. Me llamó como a las diez de la mañana, al parecer el Mono iba a pasar a la casa a buscar algo que se le quedó. Pegué el medio salto. Ordene mi pieza, me bañe como 3 horas, me deje todo rincón súper limpio y hasta me depile el pico, ¿por qué? no sé, nervioso. Terminé todo y me senté en el living, caliente, caliente. Pasó el tiempo y no pasaba nada, de nuevo: ansioso a cagar. No había ni tomado desayuno, pero el hambre quedaba en segundo plano, error. 

En fin, el gil llegó como a las dos de la tarde. Le abrí la puerta, me temblaban las piernas. Y ahí estaba el hueón, llegó con unos short como deportivos y medios cortos y una polera blanca y tensa por su espalda, con sus lentes de sol, muy jugador de fútbol.

Entró y hablamos sobre cualquier huea al principio, “cómo te fue en el sur”“cómo van los estudios pa’ la PSU”. No sabía na’ que por culpa de él no podía concentrarme, solo podía imaginarse ese pico debajo de su short. El tipo se supone que venía a buscar una cosa, pero al parecer yo era esa cosa.

Me pidió que me sentará en el sofá y él al otro lado, comenzó.

-Mira, esto me da un poco de plancha, pero lo que pasó en la playa…. eso no puede volver a ocurrir – mientras le salían esas palabras por la boca, mi corazón comenzaba a romperse.

-Ok… ¿Por qué? – pregunté

-Porque me quiero casar con tu mamá y esto no está bien…. – mientras me decía esto,  abrió ligeramente las piernas y se acercó peligrosamente al borde del sofá, se le alcanzaba a ver el pico flácido, no llevaba ropa interior.

-Ok…. entiendo – No dejaba de mirarle esa huea, pero tampoco entendía que pasaba ¿cortaba toda posibilidad tratando de qué…?

-Sí po, además que yo no soy hueco, solo que… tenís buen culo y lo chupai rico – ahora el hueón cara raja se echó para atrás, sobandose el pico por encima del short.

– Ahhh ok, no te preocupes que no te voy a molestar – le entendí el juego, le dije esto, mientras me levantaba hacia el. De la misma forma que en la playa. 

 Instalé una almohada en el piso y puse mis rodillas ahí, arrodillado frente a él. Ya no decía nada, solo se reía, sabía que esto iba a pasar. 

Le agarré el pico con una mano por debajo del short, sin sacarlo, lo busque, ya erecto, se la chupe, peleaba contra el short, pero le gustaba, se la chupaba de lado. Tenía otro aroma, más fuerte, más de hombre, más rico. Era en mi habitad natural, no sé cuánto habré estado así. En un momento le saqué el short y me lance a sus bolas, el se pajeaba mientras. Le gustaba hacer contacto visual, me perturbaba/gustaba.. Sentía una conexión que jamás había experimentado, él me confiaba su pico, yo se lo mamaba como condenado. 

No sé cuánto tiempo estuve chupándole el pico, pero no daba señales de acabar. Mejor, porque quería otra cosa. El cachó, así que se levantó con los pantalones abajo, el culiao es súper alto, así que me veía como una ardilla frente a él. Se acercó a mi cuello, me quería oler, me dio unos mordiscos, y luego me comio la boca, cosa que pensé que no haría.

Me tomó con sus brazos fuertes y me dejó a su altura, me seguía besando el cuello, parecía un perro, me encantaba. Me sentía en sus brazos, protegido, listo para ser culeado. Nos fuimos pa’ la pieza de mi vieja (ops). Se terminó de desnudar y se concentró en mi, me sacó la ropa, con ternura que parecía que era la primera vez, me desabrochó la camisa botón por botón,me acariciaba el estómago y el pecho, sus manos ásperas se sentía tan rica sobre mi cuerpo. 

Luego quitó el botón del pantalón y me los sacó, todo con tranquilidad y mientras me daba unos ricos besos. Cada vez que se acercaba a mi pico, me daban como electrochoques en todo el cuerpo, me rozaba la parte superior y era como, dios. Todo empeoró cuando llegó hasta mi boxer, mi humilde pico estaba más erecto que la chucha, y este huéon lo acariciaba hasta que lo sacó de su envase, me comenzó a pajear mientras me besaba el cuello, mala idea, le dije que parara, pero no me hizo caso, me fui, me fui como nunca antes. Me deje todo sucio, el solo se rió con ternura, me terminó de quitar el boxer y quedamos ambos completamente desnudos, estaba tan caliente que no me demoré ni un minuto en que se me parará de nuevo.

Nos abrazamos hasta no dejar ningún centímetro de separación, mi semen se pegaba a su pecho, le gustaba eso. El hueón jugaba con mi poto, le rozaba el asterisco con sus dedos, yo le gemia rico, en un momento quedé tirado de guata completamente en la cama y el Mono se puso atrás, sentí que me la iba a meter ya, pero no, no era su pico, era algo más húmedo, su lengua se sumergió en mi como un submarino. Sentía sus manos en cada uno de mis cachetes, separándolos para hacerse espacio, sé que era difícil por mi culo pronunciado, pero se esforzaba, llegó hasta el fondo de mi humanidad, jamás me habían hecho eso, y como comprenderás, sentía que no aguantaría mucho sin desmayarme de lo rico que estaba, en especial cuando se paseaba por mis cocos, el culiao te hacia el servicio completo.

Igual entendí que era para dilatarme mejor, quería meterme un dedito y lo logró con un poco de saliva, me comenzó a masturbar ahora por el poto, con paciencia y delicadeza me metió un dedito y luego dos. los movía tan rico, era una locura, no me sentía ni incomodo, solo resuelto y esperando la gran verga.

“Date vuelta, te quiero ver cuando te la meta”.

Obedecí como un buen cabro. Me tomé las piernas y las deje bien atrás, onda para que mi potito tuviera mejor accesibilidad. Mientras, este hueón se ponía un condón y se echaba lubricante en el pico, me tiró un poco a mi hoyo y comenzó a empujar, no dejaba de verme, solo apartaba la vista para fijarse si iba entrando y así fue. Me dolía, pero aguantaba. El en cambio era muy cuidadoso, preguntaba si estaba bien y le mentía, “sí, dale, dale”. Sabía que pasaría y así fue, después de unos minutos de mete y saca piola, ya no dolía, era puro placer. 

Me comenzó a masturbar, pero le dije que se detuviera, todavía me sentía muy caliente y podía explotar en cualquier momento. Solo me quería concentrar en tener su pico dentro, acostado completamente hundido en esa cama ajena, siendo bombeado cada vez más fuerte. Pasamos de la ternura a la brutalidad, lo quería, y no me arrepentía, el hueón se manejaba bien y me tenía como quería, se echaba el cuerpo encima, completamente encima, me pedía que le rasguñaba la espalda y le agarra el poto mientras me la metía, obvio que hice eso y más, me levantaba más la piernas, para que entrara más a fondo, ya juraba que me iba a a través completamente. 

Me besaba de vez en cuando y me encantaba que pusiera su cabeza al lado de la mía, más íntimo, lo escuchaba jadear y me calentaba más y más saber que era por mi hoyo. Entre tanta culiá, nos dio calor, sudamos caleta, esa hueá también me calentaba más que la chucha, ver su pecho sudado, sentir su sudor goteando, bien cerdo, pero sinónimo de una pega bien hecha. Me di vuelta porque quería sentir su pico a lo perrito. Le gustó la idea. 

-Te verías lindo con unos jockstrap 

-¿Qué es eso?

-Mmmm, te regalaré unos pa’ la otra vez.

Solo me concentré en “pa’ la otra vez”, porque hueón, obvio que querría repetir esto. Volvimos y me puse en cuatro en la cama, el se acercó por detrás, me tomó por las caderas y me volvió a clavar. Evitaba tocarme para no acabar, porque estaba a punto, pero si quería tocarle el pico mientras entraba en mi, era brutal como mi próstata gozaba. 

En una se me salió un “métemela más fuerte papi” y creo que lo calenté en mala, porque se puso hypercachondo. Me sentí ridículo, pero hueón, me vieras ahí con ese pico.

Estuvimos mucho rato culiando así, parábamos de vez en cuando, conversábamos en la cama, se cambiaba el condón y continuamos. Sentía el culo adolorido, pero filo, tenía que aprovechar. Pasó tanto rato y estábamos tan “metidos en lo nuestro”, que no cachamos que mi vieja había llamado, al parecer saldría más temprano de la pega. Vimos el mensaje y la hora y nos cagamos de miedo, pero no queríamos parar.

Así que me tomó y me tiró en la cama, “terminamos por hoy” gritó, me pusó en cuatro al borde de la cama y comenzó la última estocada, conchetumadre, fueron los minutos más ricos, calientes que la chucha, su pico era una bestia y mi pobre culo apenas resistía. Estuvo re intenso, tan intenso que escuché como acababa como bestia, se tiró el cuerpo encima mío, encima de la cama y siguió penetrándome, ese movimiento hizo que mi pico rozará la cama y me hizo acabar sin tocarme, fue tan, tan, tan intenso, que perdí el conocimiento.

¿Recuerdas que te dije que no había desayunado? ni comido po, así que me desmayé ahí por unos segundos, el hueón se había como desesperado, pero lo calmé, le dije que no había comido y nos reímos, yo seguía mareado, y a la vez apurado, porque mi vieja iba a llegar en cualquier momento. Alcancé a verle el pico al hueón con el condón todavía puesto y lleno de semen, se lo sacó y lo tiró al basurero, pensé “después lo botó a la basura”. 

Nos vestimos, comí algo y quedamos todo en orden. El hueón sacó su computador y se puso a “trabajar” en la mesa, Llegó mi vieja, solo saludó muy efusivamente. Me dio algo de pena verla besarlo en la boca, porque por ahí pasó mi culo, pero bueno.

Me encerré en mi pieza nuevamente, empecé a verle tele, todo piola, culo adolorido, pero rico. Estaba a punto de pajearme cuando escuché unos gritos en el living, me entró un poco de nerviosismo, luego recordé que olvidé sacar la basura del baño de mi vieja con el condón llenito de semen y me entró el pánico.

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