El colega de mi viejo III

Quede pal pico, no entendía qué pasaba, ¿mi viejo era fleto? ¿se comía a mi papá este hueón? no, no… no podía ser, quería ver más de la conversa, pero me puse tan nervioso que no logré leer bien la conversación. Solo alcance a cachar un “te la comerías?” y te juro que me dieron nauseas, pero logré mantener la compostura.

Salimos del motel y el miedo a ser visto desapareció completamente, la duda que dejó esa foto de mi viejo me dejó helado y sin más preocupaciones que esa. Caminamos un rato sin un destino claro, yo seguía callado, el me preguntaba qué me pasaba, yo le decía que nada, pero era obvio que no me creía.La tensión continuó hasta que nos estábamos por despedir, me dio un abrazo apretado y cuando se estaba yendo, casi le grité:-¡¿Por qué mi viejo te mando una foto de su pico?!

Se quedó helado, con una mano me hizo un gesto como para que me callará, mucha gente pasaba justo a nuestro lado, demás escucharon, pero no me importaba, lo tenía que sacar de mi pecho y esa fue la única forma que mi sistema lo logró.-No, mira, no es lo que parece.

-Ah no, claro ¿qué va a parecer? si es clarito, el pico asqueroso de mi viejo en tu whatsapp hueón por la chucha.– Ok, sí, pero déjame hablar

-¿Qué me vai a decir hueón? estaí loco….

– Escúchame primero porfaaa… sí, es cierto, tu viejo me mandó una foto, pero no es lo que parece po, nunca me lo agarré, ni nunca lo haré. Lo que pasa es que el otro día, tuvimos una fiesta en la oficina y tu viejo se sentía de cómo decaído.

Ah, linda la cosa, se siente mal y voh le andaí pidiendo fotos de…

¡NO! entiende una cosa, yo no lo pedí nada, el solo me empezó a escribir, porque tus viejos tienen problemas, ¿ok? no quería decírtelo yo, pero pico. Tu viejo sospecha que tu mamá se lo cagó, ese día se curó y para animarlo le dije que no se preocupara, porque igual no se lo notaban los años y que tiraba pinta, pero ¡solo se lo dije para animarlo!

-Ya… ¿y cómo termino una foto de su pico en tu teléfono?

– Porque tu viejo malinterpretó lo que le quería decir, además estaba mega curado, fue una talla, una broma de tu viejo, tu sabís cómo es, pero sí, esa vez se pasó y después se lo dije.-¿y por qué no borraste la foto?

– porque igual estaba rico…

-Conchetumadre, te juro que…

– Nah, nah, broma, broma, no te alteres.

Mi mente no se aclaró nada con la explicación, aún daba vueltas y vueltas tanta info ¿mis viejos estaban mal? ¿mi viejo jugaba a ser fleto? qué chucha de familia tenía.En fin, nos despedimos y no le hable más. Lo bloquee de WhatsApp y todo. Pasaron los días y el muy canalla ni me llamó, ni nada, no entendió el mensaje que le estaba dando al ignorarlo. Ni podía ver a mi papá a los ojos, era tan rancio todo.

¿Le creía? una parte de mi quería hacerlo, otra solo pensaba lo peor. Luego de una semana horrenda completa, lo tuve que llamar, estaba un poco ebrio y caliente, post-carrete.Me deshogue, le grite, le dije que no le creía nada, que como eran tan caliente como para meterse con mi viejo, el tipo seguía negándolo ya con voz de afligido. Me tranquilizó y me pidió que nos juntaramos. La gente cuando está caliente comete errores, bien lo sé. Partí no más. Me comentó que estaba solo en su depto y más me entusiasmé.

Llegué al edificio, hablé con el conserje, me hizo pasar y todo. La duda me seguía atacando, la ansiedad de saber que si le seguía gritando, no ibamos a culear, así que pensé: “ok, culiemos y luego le sigo tirando mierda”, trataba de bloquear ese recuerdo asqueroso.Cuando llegue a la puerta, noté que estaba abierta, así que pasé, no había nadie en el living, del fondo sentí que este gil me llamaba desde su pieza y no me van a creer con lo que me encontré: ¡el Rubén estaba pilucho con mi viejo culiando de lo lindo! Nah, mentira ¿te imaginaí? lo pensé igual mientras iba caminando, así como todo muy Game of Thrones, en fin, llegue a su pieza y ahí estaba este otro esperandome, en cuatro, desnudo, desnudo y con una regla gigante al lado.

Me hizo un gesto, como para que le pegará con la regla, se había portado mal y merecía corrección con unas buenas palmadas. Agarré papa, tomé la regla y comencé a pegarle fuerte, hasta dejarle ese poto peludo bien rojo. Ya les dije que Rubén era como grandecito, se veía tan rico en cuatro, esas piernas gorditas, ese culo jugueton.

-Te toca perder la otra virginidad po – me susurró así como muy caliente.

Aunque me creía pasivo-pasivo, toda está hueá hizo que me cuestionara todo. Quería penetrarlo, con rabia, no sé. Así que pico, agarré el lubricante que tenía a un costado, me baje los pantalones hasta la rodilla, me embetuné el pico y con inexperiencia bruta comencé a empujarlo en todo su hoyo, se quejó, sí, pero así como rico. El tipo era un experto, apretado y lubricado. La sensación era tan extraña y placentera a la vez, lo dominaba, a este sujeto que me había “roto” el poto, a mi primer hombre, lo estaba dominando. Me sentí muy macho debo confesar.La inexperiencia me hizo apostar por la rapidez como sinónimo de “bacán”.

Así que intentaba culiarlo lo más fuerte que podía, no se molestó para nada, gemía bien rudo, como un oso enfurecido. El ni se pajeaba, se derrumbó sobre la cama, recibiendo mi humilde pico, le agarraba sus cachetes, los abría y luego repetía. Al cabo de unos minutos ya estaba listo para acabarle.

Fue tan intenso, tan raro, tan como una “experiencia sensorial completa”, jamás había acabado dentro de nadie y esa vez fue una locura, sentí que vacié mi alma en sus intestinos, que ya no me quedaba más espíritu dentro.Tuve que recostarme para agarrar algo de aire, respirando profundamente. El se quedo acostado de guata, me pidió que le tomará fotos. Se abrió los cachetes y pude notar como toda mi leche le recorría el hoyo hasta sus testículos, la escena era maravillosa, salida de la mejor porno del mundo.

Fui al baño, me limpie, levanté los pantalones y volví a la pieza. Sentí que tenía irritado el pico y de a poco se paraba de nuevo. Cuando volví a la pieza, lo pillé acostado, pajeandose. Me quedo mirando de forma calentona, nos quedamos en silencio, solo nos acompañaba el sonido de su pico mojado rechinar gracias al bamboleo de su mano.

Sin dudar mucho me bajé los pantalones y me empecé a pajear de nuevo. Allí me llamó, me devolví al baño y me lavé la raja lo más rápido que pude, me quite la polera y todo y me tiré sobre él, olvidando todo el desastre anterior. Fui derechito a su pico, me lo comí como si no hubiese comido nada en siglos, lo moje caleta sabiendo lo que iba a hacer a continuación. Me senté en su pecho y de ahí fui bajando, guiandome con la mano para encontrar su pico para que apuntará directamente a mi hoyo, el me miraba sorprendido de mis nuevas habilidades. Hice presión para que me destrozará. Le devolví la mirada, mientras centímetro a centímetro volvía a penetrarme. La felicidad del contacto con la próstata fue instantánea.

Me movía tan fuerte y a gemía sin culpas, sin pensar en nada más, ni siquiera en el. Era yo, yo, yo, yo, tomando prestado un utensilio para conseguir algo específico. Su mano me recorría el cuello, apretaba mis pezones y me invitaba a besarlo, no quería, solo quería seguir saltando en su pico. Me hinque de mejor forma, para que me entrará más profundo.

Me cargaba que me pajeará, le quite las manos y use las mías, yo me conocía mejor. Sentí que terminó, algo me gritó de que se iba cortado, no le presté mucha atención, solo le escuché un gemido grande y luego se relajó, no, no lo iba a permitir. Seguí montando ese pico semi-erecto hasta que volví a levantarlo, solo para irme y dejarle toda mi leche en su pecho, marcado de por vida. Fue la mejor acabada hasta el momento, te juro. No espere nada, fui al baño, expulse todo su semen dentro mío, incluso me duche caré raja, me vestí y me fui de una, solo le dije “chao, vale”. Se quedó sorprendido  sentando en la cama, ni me siguió porque no alcanzó. Intentó hablarme después, pero no lo pesqué.

Sentí que había dado vuelta todo, ahora yo lo tenía en la palma de la mano y fijate que ni me interesaba ya. Hasta que después de meses, recibí una trágica llamada.  

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