Depto 1069

Antes de salir del colegio, mi vieja se metió en un crédito y compro un departamento en providencia (Santiago) para cuando yo me viniera a estudiar. El edificio es un edificio viejo, por ende, cuando me vine a vivir acá, vivían puros viejos y mis roommates y yo éramos los únicos jóvenes del edificio.

Con el paso de los años. Los viejos se fueron yendo y el edificio empezó a poblarse de gente más joven con los que daba gusto conversar, e incluso hacer algunas buenas migas. 

Al quinto año de vivir en el depto (piso 7) mis roommates migraron y me quedé viviendo solo, así que decidí adoptar un perro. Cómo buen humano, lo saco a pasear varias veces al día (4 en total) y con esos paseos, empecé a encontrarme con más gente que vivía en el edificio. Al 6to año, mi perro ya estaba full educado, así que nuestros paseos eran ya la rutina de todos los días. El paseo de la noche era el más entretenido, sobre todo los fines de semana, cuando desde el patio del edificio podía ver lo que pasaba dentro de los departamentos del primer piso, y el 109 daba justo al pasto dónde a mi perro le gustaba hacer sus necesidades, así que todas las noches pasaba harto rato afuera de su ventana, pero el depto estaba desocupado.

Un día sábado de febrero, alguien se estaban mudando, por lo que había un camión de mudanzas en el estacionamiento y harta gente entraba y salía del edificio acarreando cosas, habían llegado vecinos nuevos al 109. Ese día en la noche, como era habitual, saqué a mi perro al baño, y se escuchaba música y harta gente, estaban haciendo un carrete de inauguración en el dpto 109. Aproveche de mirar y habían como 7 hombres y 3 mujeres carreteando y fumando, conversando y cargándose de la risa. 

Al día siguiente, cuando saque a mi perro en la tarde. Me encontré con todo el grupito saliendo del depto, ya se iban a casa, los pude ver mejor, estaban hechos mierda, habían carreteando toda la noche, y recién se iban yendo a sus casas. Todos eran medios musculines y las tipas muy fitness. Cuando salí en la noche al paseo habitual, miré por la ventana y en el living, estaba quien lo había arrendando, un tipo de pelo castaño claro, maceteado, muy fibroso, de brazos anchos. Estaba sin polera y con un traje de baño, tomando algo que parecía una piscola de lo que había sobrado del carrete de la noche anterior. Desde ese día, mi rutina en la noche ya no era sacar al baño a mi perro, sino que ir a mirar al vecino del 109.

Pasaron los meses y me lo encontraba casi día por medio en la noche, en su living, viendo tele, o haciendo ejercicios, o con con más amigos. Un día, estaba con una mina, las cosas se pusieron calientes y se la empezó a comer, le estaba sacando la ropa, y miró para afuera y me vio mirándolos, él sonrió y siguió con lo suyo. Avergonzado, no pude seguir mirando, así que agarré a mi perro y subí a mi dpto. 

Después de ese día, el vecino cachaba que yo lo iba a mirar, así que se ponía todos los días a hacer ejercicio en el living y solo con boxers. Para mí era un show gratis, y babeaba por él.

Varias veces lo veía con minas y a él le gustaba que lo viera, así que un par de veces me quedaba mirando desde el patio por la ventana a través del visillo, imaginándome que yo era la mina que se estaba tirando, después subí y me corrí una paja con esa película en mi cabeza. 

Pasó un año de esta rutina voyerista en que lo veía haciendo ejercicio, o tirándose a minas en el living de su casa, pero un día, parece que la mina que llevó a su dpto, se le puso difícil y le armó un pequeño escándalo, se escuchaba como discutían y de repente un portazo, la mina se había ido y lo había dejado solo, ese día las cortinas estaban abiertas, y me vio mirando por la ventana, se acercó y me dijo

Vecino: psst, quieres venir?
Yo: qué?
Vecino: que si quieres venir a mi dpto, te invito unas chelas
Yo: no puedo, estoy con mi perro
Vecino: pero anda a dejarlo y nos tomamos algo
Yo: hmmm… No tomo cerveza (muy hueona mi excusa, si babeaba por ese hueón)
Vecino: jajaja okay, pero igual tengo pisco y vodka, tú eliges.
Yo: sonreí, oka, voy y vuelvo

Así que subí, deje a mi perro y baje al 109. Toque el timbre y me abre él, sin polera y con un traje de baño. 

Vecino: Hola, soy Gustavo, un gusto
Yo: hola, soy Matías
Gustavo: pasa

Pase y en la mesa del comedor tenía cervezas, pisco, vodka, Coca-Cola, tónica y jugo de naranja, dos vasos y hielo. 

Gustavo: ¿qué quieres tomar? 
Yo: una piscola está bien.

Me sirvió una piscola, que se veía cabezona y él abrió una lata de cerveza y la sirvió en el otro vaso. Mientras servía su cerveza me dice 

Gustavo: así que te gusta mirar, eh?
Yo: eh… (Me puse rojo y me bajó todo el nerviosismo) un poco
Gustavo: está bien, si igual es rico mirar cuando hay algo bueno que ver.
Yo: jejeje (me reí tímidamente y me senté en el sillón con mi piscola)
Gustavo: igual cacho que te gusto un poco, si me miras todos los días hacer ejercicio y otras cosas por la ventana (sonrió)
Yo: parece que a ti igual te gusta que te vean
Gustavo: si, encuentro rica esa sensación, calentar a alguien que no está involucrado en lo que está pasando.
Yo: demás, a mi igual me da pudor que me vean hacer cosas íntimas (mirando al suelo con expresión de vergüenza en la cara)
Gustavo: y te gusta esto? (Dejó el vaso de cerveza en la mesa levantó uno de sus brazos sacando músculo y con la otra mano se acariciaba el abdomen marcado)
Yo: si, eres muy guapo
Gustavo: (se acercó a mí) toca

Muy nervioso, con una mano le toqué el brazo y con la otra los pectorales, tenía todo muy duro, como si fueran de fierro y estaba un poco sudado por el calor que hacía, se me paró al toque. El me agarró de los brazos, me levantó y me chantó un beso. Era un beso torpe, no besaba bien, pero su cuerpazo lo compensaba. Lo rodee con mis brazos y acerqué mi cuerpo al de él, era un poco más alto que yo, y aproveche de tocarle el culo, lo tenía redondito, duro y súper parado. 

Cómo nos acercamos, el noto mi erección. Se separó un poco y empezó a manosearme por sobre el short que tenía puesto. Con la otra mano me sacó la polera y quedamos en igualdad de condiciones. 

Gustavo: te gusta?
Yo: (medio atontado) si
Gustavo: igual podrías hacer un poco más de ejercicio y ser como yo
Yo: (full avergonzado por ser tan flaco) igual hago ejercicio de pronto, pero nunca he podido sacar músculos.
Gustavo: estás comiendo mal entonces, yo te puedo ayudar con eso (se sacó el short y quedó desnudo)

Cuando vi esto, quede un poco decepcionado, su cuerpo era el de un atleta griego, pero la tenía chica, la tenía parada y dura, pero no superaba los 10 cms. Yo no la tengo grande (16 cms, promedio) pero al lado de la suya, la mía se vería amenazadora.

Ante esto, lo volví a besar y pero mis intenciones ahora eran otras, ya no quería que me follara, yo me lo quería follar a él. Así que con el beso, empecé a jugar con su trasero de acero, con las dos manos le abrí los glúteos y empecé a pasar mis dedos por su ano, él empezó a jadear, parecía que lo estaba disfrutando, y eso me calentó mucho. 

Después de unos cuantos besos con mis dedos en su ano, me senté en el sillón y lo voltee, dejando su culo al frente de mi cara, lo agarré de la cintura y lo acerqué, metí mi cara entre sus cachetes y empecé a pasarle la lengua entre sus glúteos. El empezó a gemir y se inclinó más, abriendo naturalmente su trasero, así que quedé con mis manos libres, con una lo agarraba de las caderas y lo empujaba hacia mi, y la otra la pasé entre sus piernas y le agarre el pico y empecé a correrle una paja. 

El estaba mojado, su pene goteaba mientras yo intentaba meter mi lengua en su ano. El empezó a hacer presión con su culo en mi cara, así que lo solté de las caderas y con la mano libre que tenía, me baje el short y mis bóxers, fue difícil estando sentado, pero logré hacerlo sin sacar mi boca de su culo.

Cuando logré quedar con el pico expuesto, deje de pajearlo, lo agarré de la cintura y lo senté encima mío. Mi pene quedó delante de él, con sus testículos uno a cada lado, y su pene sobre el mío, quedaron las cabezas tocándose. Con mi mano agarré ambos penes y empecé a corrernos una paja doble, él lo estaba disfrutando y empezó a mover la cadera. 

Habrá pasado un minuto así, mi pene estaba lubricado entero con su liquido preseminal, lo agarré de la cintura, lo levanté un poco, agarré mi pene y lo llevé hacia atrás, puse mi cabeza en su ano y con la otra mano en su cadera lo empuje hacia abajo, forzando mi pene dentro de él, en un solo movimiento, sin previo aviso. 

El dio un pequeño gruñido, le dolió, no estaba acostumbrado, pero ya no había vuelta atrás, intentó levantarse para que yo sacara mi pene de su culo, pero no lo dejé.

Gustavo: compadre, me duele.
Yo: cuando haces ejercicio intenso te duelen los músculos no? 
Gustavo: (medio confundido por mi comentario) si?
Yo: y después te acostumbras a ese dolor cierto?
Gustavo: si
Yo: esto es lo mismo, te va a terminar gustando, así que quédate tranquilo
Gustavo: (quejándose del dolor) ok, pero esto duele más
Yo: shhhh.. quieto

Con una mano le agarre el pene y empecé a correrle una paja nuevamente pero esta vez con movimientos muy lentos y cortos, sin mover el resto de mi cuerpo. Al rato, él empezó a disfrutar la paja y empezó a mover la cadera con la intención de que la paja quién le estaba haciendo fuese un poco más intensa. 

Cómo caché que ya no le dolía el culo, le solté el pico y lo agarré de las caderas y empecé a moverlo lentamente hacia arriba y hacia abajo, estaba súper apretado, y sentía que me estaba estrangulando el pene, pero se sentía rico tener a este musculín encima mío, con el que había fantaseado tantas veces estar en roles invertidos y ahora yo se la estaba poniendo.

Después de un rato él empezó a moverse solo, ya no era necesario que lo guiará con mis manos en su cadera, así que volví a agarrarle el pico y mientras él se movía disfrutando mi pene en su culo, yo le corría una paja. Cuando el ya estaba completamente cómodo y dominando el ritmo, se levantó, se dio vuelta y se sentó encima mío frente a frente, con una mano se metió mi pene en el culo y siguió saltando encima mío. 

Cómo yo había sido la mayor parte de mi vida pasivo, sabía que es lo que se siente mejor, así que me hundí un poco en el sillón e hice que mi pene apuntará hacia su pubis dentro de él, justo donde está la próstata, el seguía subiendo y bajando y cuando logré esa posición, empezó a gemir cada vez más fuerte. Echó su espalda un poco hacia atrás, dejando sus abdominales completamente contraídos para no perder el equilibrio, mientras saltaba encima mío y jadeaba cada vez más fuerte. Pasó un rato y su pene sin tocarlo explotó y me baño en semen, el se quedó quieto, mientras su pico palpitaba, y botaba semen sobre mi abdomen. Esa escena me calentó demasiado, y también me quería ir, así que con mis manos agarré su trasero, lo levanté un poco y empecé a embestirlo desde abajo, fuerte y rápido, el solo gemía y mientras su pene seguía botando semen.

No pasó mucho rato así, hasta que terminé dentro de él, con 3 estocadas fuertes vacíe todo mi contenido en su interior, él se acercó a mí, y me dio un beso. Yo estaba cansado, pero él se veía como si nada, estaba acostumbrado al cardio, así que de cansado no tenía nada. Cuando dejó de besarme, separó un poco su cuerpo del mío, con mi pene aún dentro de él, me miró y dijo

Gustavo: hueón, te deje bañado
Yo: si, un poco, y yo te dejé preñado
Gustavo: jajaja pero ahora tú estás marcado, eres mío, mírate, tienes algo de mí en todo tu abdomen, pecho y cara. 

Con una de mis manos recolecté un poco de su semen que había en mi cara y lo lleve a su boca, él se rehusó en un principio, nunca había probado su propio semen, me miró con cara de “que onda?” Así que con mi otra mano le agarré la mandíbula, la abrí la boca y le metí mis dedos con su semen y le cerré la boca. Instintivamente el saco el semen de mis dedos con sus labios, le agarre la cabeza y lo acerqué hacia mí y lo besé.

Yo: ahora tenemos algo en común.
Gustavo: la wea freak, nunca había hecho esto, pero fue muy hot.
Yo: siempre me imaginé algo distinto contigo, pero esto no estuvo nada de mal.

El se levantó, fue a buscar su vaso de cerveza a la mesa del comedor y se lo tomó al seco, yo agarré mi piscola e hice lo mismo. Me puse la ropa, mi polera quedó empapada de su semen y me dirigí a la puerta

Yo: bueno vecino, fue un gustazo conocerlo (con una sonrisa picarona)
Gustavo: igualmente vecino
Yo: espero que después me invites a tus carretes, no vivo muy lejos
Gustavo: jajaja, igual tengo un par de amigos que se cacha que son medios hueviado.
Yo: mejor todavía, en una de esas, podemos hacer un upgrade de este encuentro.
Gustavo: en una de esas
Yo: chao
Gustavo: chao

Subí por las escaleras para no encontrarme con nadie, porque iba pasado a sexo, con mi polera empapada en su semen, pero con una satisfacción cuática.

Al día siguiente no lo vi, pero la semana después de eso, en uno de mis paseos nocturnos, lo pillé haciendo ejercicios nuevamente en su living, me acerque a su ventana y le pedí su teléfono, nos agregamos a WhatsApp y me dijo que el sábado de esa semana iban a venir unos amigos a carretear, y que estaba invitado. 

Así que después les cuento cómo lo pasamos en ese carrete.

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