Relatos reales: Primos

¿Han cachado todas esas historias que existen en la web sobre los primos? ¿por qué nos llaman tanto la atención? ¿es un inscesto más aceptable que comerse al hermano? Demás que sí, es el fruto prohibido, el hijo de la hermana de tu mamá, quizás hay algo hasta enfermo, pero está ahí, presente, latente, la primera paja de muchos, la fantasía.



Michael

Y no estoy completamente ajeno a esa fantasía. Para mi, mi primo favorito era el Michael, el niño bonito de la familia, al que todos amaban, nadie sabía que en verdad era un pelotudo gigante, pero simpático. Como eran de regiones, tampoco es que podía ver a mis primos todos los días, apenas una vez al año y cada vez que llegaba era súper bien recibido. No tanto por Michael, era más esquivo y como no, si somos tan diferentes. Yo, un cabro callado, desaliñado, para nada extrovertido, y el, aspirante a futbolista, bueno para andar con pololas. Éramos de polos completamente opuestos.

El asunto es que cuando íbamos de visita, nos hacían compartir la pieza, dormiamos en la misma cama y eso me prendía demasiado. Nadie sabía que yo era gay, creo que ni siquiera yo lo sabía bien, por lo que el Michael me confundia caleta ¿por qué se me para cuando lo veo pilucho?

Y es que este gil, a diferencia de mi, le gustaba vestirse después de la ducha en la pieza, así que ahí lo veía, con temor, con timidez, su pico flácido sin circuncidar, muy peludo, pero de torso lampiño, se ponía su slip y se quedaba así en la pieza, viendo su teléfono, viendo los mensaje de texto acerca de cualquier vacilón que le saliera.

En uno de esos días, le pidieron que saliera conmigo, yo no quería, no conocía a sus amigos y era demasiado tímido, pero insistió. Me presentó a sus amigos como su primo de Santiago, me obligo a que conversar con una de sus amigas, haciéndome gancho, le seguí el juego no más para que no me descubriera.

Luego de un rato, el Michael ya estaba súper ebrio, onda muy borracho, loco, porque no había tomado tanto, yo ahí piola con mi coca cola. Le dije que nos fuéramos, accedió al toque, creo que sintió que estaba mal.

Llegamos a la casa, estaban todos durmiendo, curioso, a nadie le preocupó si llegamos o no. Filo. Entramos a la pieza, y se comenzó a sacar la ropa, quedo en slip y se tiró a la cama, hice lo mismo, quede solo en mis boxer y lo acompañé. Sentí que se movía mucho y con cada roce, sentía su pico en mi cuerpo, estaba tan caliente, pero obvio que no atine a nada, estaba prácticamente inconsciente! así que me quedé muy quieto, mientras este hueón prácticamente se frotaba encima mío, me abrazaba de vez en cuanto y murmuraba cosas, quizás qué sueño estaba teniendo.

No pude dormir nada, nada esa noche. Este hueón se paraba para ir al baño y tenía que pasar sobre mi, así que lo veía completamente desde abajo, su paquete bajo la oscuridad, gracias a la luna que iluminaba lo que podía. De vuelta era lo mismo, se metía al otro lado y a dormir. Las mañanas en su pieza eran horrendas, le llegaba todo el sol, así que nos destapamos completamente sin darnos cuenta, la ventaja estaba cerrada y aunque quería abrirla para que entrara aire fresco, noté como este hueón comenzaba a sudar al lado mío y se veía tan rico. El hueón seguía durmiendo y creo que soñaba rico, porque de un momento a otro se le paró y fue demasiado evidente. Se masajeaba y tocaba por encima por reflejo solamente. Yo no sabía qué más hacer, iba a acabar ahí mismo solo con tocarlo.

Al otro día despertamos y todo muy normal. Nada del otro mundo. No pasó a mayores, pero siempre recordaré esa noche. Bajamos a tomar desayuno, el solo con la polera y hablamos sobre el carrete, fue un buen momento para unirnos más.

Y unirme más a él fue lo mejor, porque me invitaba a más hueas, a verlo jugar una pichanga, íbamos varios primos y todo. Después lo visitaba en el camarín y lograba alcanzar a verlo todo sucio, desnudo y con todos sus amigos que eran igual de futbolistas pichulones (unos más que otros) y ahí me veía yo, con el corazón en la mano intentando mantener una conversación coherente más allá del… “estuvo bueno… el… partido”.

Es más, nos hicimos tan juntos que le conté todo mi rollo, la primera persona en mi familia al que le conté, no le dio color para nada, es más, me presentó a mi primer pololo, un amigo de una de las minas que se comía, fue un lindo amor de verano y no pudo haber ocurrido sin mi primo.

Dani

También recuerdo al Dani, técnicamente no era un primo-primo, era más bien el hijo del mejor amigo de mi viejo, así que prácticamente lo éramos. Nos llevábamos siempre bien, pero solo cuando nos íbamos a ver, más allá era difícil mantener la comunicación, porque 1. no había Facebook, solo MSN y mensajes de texto y costaban como 50 pesos cada uno, o sea, no había forma de mantenerse al tanto siempre y 2. vivíamos súper lejos.

Cuando iba para su casa, nos quedamos todo el rato en su pieza, porque tenía Internet y yo no. Así que lo aprovechamos para ver páginas weonas, como el día de tu muerte, y nos creíamos todo, o algunos juegos, bajabamos música del Kazaa y a veces otras cosas. Una vez le cache que tenía una porno vieja, pero no se abría, parece que era un virus o no sé.

-¿Querís ver algo bueno?
-Pero no se abre po
-No po, mira…

Y sacó de por debajo de la cama un VHS viejo y lo puso en el reproductor, le bajó el volumen y le puso play. Creo que no había visto nunca un pico tan grande, claramente el se concentraba en la pelirroja peluda y tetona a la que se la estaban poniendo, y yo en ese mulato musculoso y pichulon.

Había un silencio incómodo, un poco de jadeo. Me puse muy cerca de la tele para observar todo muy bien y este cabro estaba acostado en la cama. Cuando me dio vuelta caché que tenía el pico afuera, con los pantalones arriba, solo su pichula saludaba, se pajeaba con fuerza, me dijo que aplicará, que sus viejos iban a llegar rápido. Me fui a la cama, y nos pajeamos ahí, nos reíamos de lo que pasaba, comentábamos la escena y como pendejos decíamos que nosotros lo hariamos mejor que el protagonista. Nos subimos las poleras para no ensuciar y acabamos como al minuto, creo que estábamos tan calientes que nos llegó en toda la cara, nos miramos, nos reímos, nos limpiamos, no había nada malo, nada perverso, solo dos weones calientes viendo porno a través de un VHS viejo.

El chistoso, porque el Dani ya está casado, tiene una familia y a veces cenamos juntos. Obvio que a veces recordamos eso y nos cagamos de la risa.

Y ustedes ¿tienen historias con sus primos?

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