Pretende que soy Sofía
Esta historia no tendrá continuación como los anteriores, sus actualizaciones se irán publicado aquí mismo y se separarán por titulares. Espero estar más activo, aunque sean continuaciones breves, pero más seguidas.
“¿Si quieres yo te presto mi amooor?”, esa fue la primera frase que le escuché decir al Nico, y me perturbó un poco en ese minuto. No nos conocíamos, yo era nuevo en el colegio y él era… un payaso, uno muy simpático. Me lo encontré en la sala, cantando una canción de Ms Nina a todo pulmón, no había nadie más. Me saludo efusivamente, como si me conociera de toda la vida, y si supieras un poco de mi, sabrías lo aterrador que me resultó ese primer encuentro.
No era muy amistoso por esos años, mis papás se habían divorciado hace poco y a diferencia de la mayoría de las parejas chilenas, fue mi mamá la que se fue con otra mujer a otra región, ahora la entiendo, pero en ese minuto se me hizo muy duro, en especial porque me dejo con mi papá, quién a pesar de que no era un imbécil, nunca conectamos muy bien, menos después del divorcio, mi viejo en vez de caer en una crisis de la edad, cayó en depresión y casi no me hablaba, solo trabajaba.
Con suerte mi mamá me llamaba una vez al mes. Esas cosas te marcan. Esas cosas te afectan a la larga, me volví más para adentro, mis amigos dejaron de hablarme, me tuvieron que cambiar de colegio, estuve con psicólogos, al borde de no sentir nada y dejar que me llevará cualquier río.
Por eso mi primera reacción hacia Nico fue… chocante, pero en vez de molestarme, ignorarlo o incluso pegarle, me reí, hace tiempo que no pasaba, fue raro, pero quería más de eso.
-Holaaa ¿erís nuevo no?¿cómo te llamai?
-Eh….
-¿Se te olvido cómo te llamai? jaja
-No…. es que tengo sueño, soy Julian
-Ahhhh te creo, buena po,
-¿Y tú?
- Nico ... y si te pillo te fornico, ahhhhh - talla fome, pero me sacó una risa.
-Jaja ok…
De verdad fue súper gratificante encontrar a alguien que se te pegue como lapa, alguien que te mira a los ojos y de alguna forma misteriosa, sabe por lo que estás pasando, qué sabe lo que tu necesitas, qué está dispuesto a meterse en problemas solo para hacerte reír o distraerte, y ese fue el Nico.
Era un chico no muy alto, medio flaco, medio desaliñado, chascón de pelo parado, moreno y con un insípido bigote, una risa muy contagiosa, y una personalidad que podía llenar un estadio. Le gustaba subirse a las ramas de los árboles o tonterías, por eso siempre andaba sucio, entre eso y el fútbol era un desastre que era agradable de ver.
Ese primer día de clases de sentó al lado mío, me presentó a todos y me contó todos los cahuines del colegio, en un día me explicó y mostró todo lo que necesitaba saber de él y del colegio entero, como que la profe de inglés se comía al tío del kiosko, o que la Natalia del 4°B había tenido dos “apendicitis” en el último año, o como un profe fue despedido después de ser encontrado en los baños con una compañera chupandole el pico, cosas básicas que necesitaba saber para navegar en la jungla. No sé si todo era real, pero para el Nico y para el resto, era todo 100% verídico, no fake.
Ese mes comenzaron a mejorar las cosas, no en la casa, pero sí en el colegio. Me gustaba pasar tiempo allá y no tenía interés en volver rápido a casa, por suerte nos juntamos harto con el Nico después de clases, nos íbamos a caminar, a comer completos, ver tele, conectarnos por internet, ver películas, a perder el tiempo en general. En su casa ya me conocían hasta sus papás, eran muy tiernos, atentos y amorosos, ya puedo entender a quién salió este cabro.
Algo que me costó acceder a hacer con él, era salir a carretear, no me gustaba la idea de tener que pedir permiso, de tener que ir, socializar, conversar con más personas y lo peor: bailar, así que después de unos meses de insistencia, accedí a ir a un carrete de una compañera, la Dani.
Pensé que costaría que mi viejo me diera permiso, pero no, siento que no le importaba, pero bueno, desde ahí pensé: “bueno, al menos puedo aprovecharme de esto”. Llegó el día, el viernes, era invierno, lo recuerdo por el frío de mierda que hacía. El Nico me pasó a buscar y nos fuimos caminando a donde la Dani.
Esa primera experiencia de carrete escolar fue extraña, al parecer los papás de la Dani no estaban, y todos aprovechaban la ocasión para borrarse gracias al ron con coca cola, asquerosa combinación, pero gracias a esos dos sorbos, me logré desinhibir hasta el punto de bailar un par de reggaeton, mis compañeras se reían, pero me celebraban, me sentí… feliz.
Incluso se me perdió hasta el Nico, hasta que lo pille comiéndose a la anfitriona. Sentí como si el mundo se detuviera, como si estuviera yendo a 120 km/hora y me hubieran frenado de una, como si el corazón estuviera en la punta de la boca, a solo segundos de escapar. No entendía porque me sentía así, ¿era envidia? claro… pero ¿de qué? ¿Me gustaba el Nico? ¿Me gustaba la Dani? Mi mente daba vueltas de tanto pensar rápido, mientras el efecto del alcohol se iba pasando. Volver a ese estado de realidad no fue una grata experiencia, seguí viendo al Nico y ya los veía agarrando con agarrones y todo, una vuelta más y ya no los ví, asumí que se habían ido a una pieza y mi mente comenzó a imaginar todos los escenarios posibles.
¿Qué podrían estar haciendo ahí? Nico era súper coqueto y tenía historia de haberse comido a varias compañeras de otros cursos, y con todo, incluso había un rumor que se había agarrado a la hija del director en los baños, pero nunca lo pude confirmar. ¿Le estará chupando la zorra?¿le estarán chupando el pico?¿se estará cuidando? ¿Usará condón?¿la pondrá de perrito?¿se le montará encima? ¿dónde acabará? puras preguntas que me tenían entre caliente y triste. Una rara combinación, en especial cuando eres así de joven y estúpido.
Me fui a mi casa a los minutos, sin despedirme, sin preocuparme del frío, ni de que me asaltaran, nada. Llegué como a las 3AM, mi viejo estaba durmiendo, pase directo a mi pieza, me desvestí y me corrí la paja hasta acabar (no me tomó mucho tiempo), esa noche no me lloró solo el pico, me dormí llorando, confundido.
Al otro día, el Nico me vino a buscar a mi casa.
-Hueón, estaba preocupado… te fuiste sin decir nada, ni contestaste.
-Ah sí, sorry, se me acabó la batería.
-Ahhh ya, y ¿estái bien? te vi pasandola bien ayeeeer eh, con la Mimi
-¿La mimi? estaí más hueón
-Jajaja ya, pero la pasaste bien o no?
-No tan bien como voh po
-Ohhhhhhhhh sí te contará hueón
-Mmmmm… -no dije nada y mire pal suelo.
-¿Te pusiste celoso hueóoon? jaja te pusiste celoso
-No huei po, tomé mucho no más
- Ah ya… menos mal, en todo caso fome la hueona, pa’ la otra te conseguimos una pa’ ti po’- me perturbó que hablará sobre mujeres como si fueran cosas que se consiguen, pero lo ignoré.
En ese tiempo seguía virgen y hasta conocer al Nico, siempre me había considerado hetero, me gustaban las minas, las tetonas, culonas, ese era el porno que veía, muy básico, lo sé, pero jamás se me pasó por la cabeza tirar con un hueón y hasta esa epoca, tampoco, por eso que me sentía confundido, enredado, y mal humorado y sobre todo: caliente. Me debí haber masturbado unas 20 veces pensando en el Nico con la Dani.
Las siguientes semanas noté un interés en el Nico en que me metiera con una hueona, no sé porque creyó que me gustaba la Mimi, y a pesar de que no era pa’ na fea, no me atraía, pero el hueón insistía en que le hablará, me hacía gancho, era insistente, en especial cuando le confesé que era virgen.
-Hueón, hace como 2 semanas cumpliste 18 y ¿seguí sin culiar? no… esta hueá no dejaré que pase- me amenazaba el Nico.
-Puta, no se ha dado no más…
-No se ha dado porque no lo hay buscado, que es diferente.
-Quizás po… no sé
-No sabía de lo que te perdis…
-¿Embarazo adolcente? ¿ETS?
-No huei po, si tenis que usar condón o que la mina use pastillas… ufff no sabís lo rico que es irse adentro sin condón.
-¿Tu lo has hecho?
-Sì po perrin, una delicia, un manjar jaja
-Ahhh buena
Se acercaba diciembre y las vacaciones se asomaban, iban a ser las últimas antes del último año escolar. Ese verano lo pasamos casi completo juntos, todos los día prácticamente nos juntábamos, era como un hermano menor insistente, pero adoraba la atención que me daba. Íbamos mucho a su casa, porque sus papás trabajaban, así que aprovechamos de hacer nada allá.
Fue un verano caluroso, así que su papá compró una piscina, de estas que se arman en el patio y nos dio la tarea de levantarla, nos demoramos caleta, luego de 4 horas la teníamos lista y llena, así que nos tiramos un rato y jugamos en el agua, al otro día fui temprano, sus papás como era habitual, no estaban.
-Ohh, hueón, se me olvidó el traje de baño.
-Tìrate así no más po
-¿En boxer?
-Pilucho no más
-No hueí po, no vei que soy tímido.
-Ahhh seguro, mira… yo primero.
El hueón se sacó la polera, el traje de baño y quedó desnudo… fue la primera vez que lo veía así y me quedé algo impactado, tenìa un pene flácido largo y peludo peludo, pero era raro, como si los pelos se limitaron solo a su pico, porque por todos lados era lampiño. Se lanzó a la piscina y como acto seguido, me fije que su pene se había encogido.
-Parece que está helada el agua - le dije…
-Ahhhh te hacis el chistosito culiao - y me empezó a tirar agua, me dejó empapado, ahora no tenía opción. Me quite la ropa lentamente, estaba muy avergonzado y me lance.
-Buena diuca compadre- me dijo este hueón, me puse rojo rojo
Nos empezamos a tirar agua, hasta que el hueón se picó y se lanzó encima mío y me tiró al agua, caímos los dos, sumergimos todo el cuerpo debajo, mientras él hueón intentaba hacerme una llave, era como lucha grecorromana bajo el agua, era raro, pero rico sentir su cuerpo frotando sobre el mío bajo el agua, de fondo puras risas “inocentes”, de fondo pura calentura acumulada.
Luchaba no solo contra él, sino que peleaba contra mi sangre, para que no se vaya acumular en mi pico, no quería una erección que expusiera mis reales intenciones. Luego de un rato estar peleando, el hueón me agarró por debajo del pene, hasta mi ano con sus manos, me apretó fuerte y me grito: rindete, lo hice de inmediato porque más que placentero, fue doloroso, nos cagamos de la risa, era absurdo, medio ridículo y algo homoerotico.
Nos salimos del agua, pero mi ropa estaba mojada todavía, la pusimos al sol y este hueón de mierda, no quiso prestarme ropa, así que nos quedamos desnudos en la casa, jugando play, comiendo, sacando las chelas de su viejo, viendo tele, hablando hueas, para más tarde terminar observando porno, pajeandonos viendo los pack que le llegaban al Nico… cosas de hombre ¿no?.
Pero sí, era bizarro, esa paja que compartimos fue muy de cerca.
-Cacha la huea que me llegó… - me dijo este hueón, mostrandome un video cochino de la Mimi
-oye hueón, esa huea no se hace- le dije medio molesto
-pero cacha po… -me mostró la conversa y estaban hablando de mi, la hueona le decía que me mostrará el video, a ver si me motivaba.
-¿Qué huea?
-Le gustai po
-Chuuuuuuu
-Viste hueón, aplicaleee po
-Así cualquiera… oye po hueón, tenis la tula parada po ajaja
-Puta sí, jaja vamos pa allá, pa terminar de ver el video.
Terminamos ambos acostados en la cama de sus viejos, todavía medios mareados por las chelas, viendo el teléfono del hueón, como una de nuestras compañeras movía el culo en tanga y acabamos juntos cuando la hueona se sacaba el colaless dejando expuesta su zorra. Era extraño, porque sí, ya reconocía que me calentaba ver el pico grueso y peludo de este hueón expulsar litros de semen sobre su pecho sudado, pero ver a la Mimi así, mostrando la raja, me dejo igual, como que disfrutaba de ambos escenarios.
El Nico fue a buscar confort al baño y nos limpiamos antes de vestirme con la ropa seca, como que después del orgasmo, nos vino la culpa o la vergüenza, así que me fui rápido a mi casa, apenas llegué me metí a la ducha y creo que me pajié unas 5 veces, de tan solo recordar cómo se maltrataba el pico, como le salían los chorros en fila de semen, ese olor a hombre que había en la habitación, entre perfume barato y olor a pico. Incluso recordaba el video de la Mimi y también me calentaba.
Si antes estaba confundido, ahora está peor.
Algunas noches nos quedamos en su casa, lo mejor era que sus papás estaban en el primer piso y este hueón estaba en el segundo piso, no tenía hermanos, así que tenía harta privacidad, además como era hijo único lo dejaban hacer lo que quisiera en su piso. Así pasabamos noches enteras, hablando hueas, jugando en el compu, bebiendo cervezas que escondimos de sus viejos, lo triste es que no volvió a pasar lo de las pajas, pero bueno.
Pero las vacaciones se estaban acabando y también una etapa.
Ese marzo fue especial, no solo regresamos a clases para un último año, no solo porque la Mimi la cambiaron de colegio cuando se enteraron que le enviaba esos videos hasta el profe de religión, sino que también llegó Sofía y poco sabíamos lo mucho que nos cambiaría la vida.
Desde ese minuto glorioso que entró por esa puerta, con una cabellera lisa y café, ojitos saltones, tez morena, labios gordos, una cintura para morirse y pechos grandes. Era sin bromear, la chica más linda que había visto hasta ese día, pero más allá de lo superficial, era un Nico 2.
No solo era “rica” en toda la extensión de la palabra, sino que tenía un carisma, una inteligencia y una forma de hablar que te cautivaba para todo, era fácil conseguir un aplazamiento de una prueba si enviamos a Sofía a hablar con el profe, no importaba si era mujer u hombre, todos caían,, era fácil conseguir cosas gratis en el kiosko gracias a Sofía.
Y como dije, era un Nico 2… así que no se me hizo nada extraño que congeniaron tan bien, lo que sí me desconcertó era que comenzarán a pololear tan rápido. No habían pasado ni 3 meses, pero bueno, no los podía culpar, se veían tan lindos juntos. Solo que estos sentimientos que creía que estaban enterrados, comenzaron a salir y como consecuencia, me empecé a alejar de ambos.
Me hice a un costado porque pensaba que era lo correcto, no quería ser una tercera rueda, no quería tocar el violín, a pesar de que jamás me hicieron sentir así, la Sofi era de lo más comprensiva y tierna, jamás se metió en nuestra relación de amigos, màs bien era un complemento, pero aún así, mi corazón me decía que no debía estar ahí con ellos tanto tiempo.
Ellos lo notaron y me empezaron a incluir más, me sentí un poco patético al principio, no quería que estuvieran conmigo por lastima o porque se imaginarán que era como su hijo, así que me costó que volviéramos a esa dinámica anterior, cualquier otras personas no se hubiesen dado el tiempo, ni el entendimiento, pero ellos no eran personas normales, era la Sofi y el Nico.
Así que sin perder mucho tiempo, de nuevo éramos los tres, después de clases, en carretes, saliendo a comer, cualquier cosa que saliera, lo hacíamos los tres, bueno, quizás no todo todo, pero casi y aquí necesito explicar el momento en que todo se puso… raro, bueno, pero raro.
Fue para un carrete en la casa de la Dani, estuvimos hasta las 4AM y después de varias piscolas, no estaba en las mejores condiciones como para volver a mi casa, filo con avisar, nos fuimos para la casa del Nico, subimos hasta su pieza, me sacó un sofá de espuma que se transforma en colchón, un par de frazadas y una almohada al lado de su cama, caí sin siquiera sacarme los pantalones, con suerte las zapatillas.
Me había quitado los lentes, así que no veía mucho, pero noté como la Sofi se quedó en puro sostén y tanga, y el otro solo en boxer mientras se metían en la cama.
-Buenas nocheeeees mi rey, cualquier ruido que escuches quedate piola, ya?.
-No hueiii po Nico jajaj, no traumes al pobre - dijo la sofi
-Jajaj dejenme piola que tengo sueño… -Atine a decir antes de darme vuelta.
No sé cuánto pasó, creo que me quedé dormido un rato, porque me despertó un ruido, era como si alguien estuviera… no sé, jugando con saliva y claro, no veía nada, solo escuchaba unos pequeños gemidos, luego unos susurros de la sofi “quedate piola po”, y una respuesta “perdón mi vida, pero lo chupa tan rico…” y un par de risas muy bajitas después.
Y claro, la otra estaba métale chupando el pico al hueón y yo ahí, abajo, con la tula a más no poder y sin hacer nada, aunque algo volvió esa noche, esa misma pena que sentí cuando se agarró a la Dani, lo peor es que ahora me encontraba ahí mismo, escuchando la situación, imaginando cada segundo, ¿se lo agarraba con una mano o con dos? ¿se lo tragaba todo? Dios… por qué me meto en estas situaciones tan incómodas, tan dolorosas y tan confusas. ¿Me gusta la sofi ahora? ¿Me gusta el Nico? ¿o solo envidio lo que tienen?
Luego que los hueones se aburrieron, el Nico fue al baño, imagino que a limpiarse y traer confort, de pronto escuché a la Sofi preguntándome si estaba despierto, me quedé en silencio y muy quieto, me hice el dormido y traté de dormir, me costó. Esa noche tuve sueños tan raros, desperté de los primeros y me quede viendo por la ventana, como el sol se colaba por la ventana, y pensando cuánto más rato tendré que quedarme aquí, la calentura no se me iba.
Me desperté, me puse las zapatillas y cuando escapaba, la Sofi me llamó mientras se sentaba en la cama, en sostenes, me costaba mirarla.
-¿y tu?¿A dónde vas? - me preguntó como retándome.
-A mi casa po… ¿a donde más? - respondí medio pesado.
-¿Todo bien? - mientras el Nico seguía en un sueño profundo.
- Sípo, todo súper bien - en tono sarcástico, me di vuelta y me fui.
Cuando iba saliendo, sentí que Sofi salió a buscarme, en ropa interior, ni se puso una polera, nada.
-Oye po, dime qué te pasa? - se puso enfrente y me detuvo con sus manos.
-Nada… - pero ya no podía seguir ocultándolo, me quebré, me puse a llorar, ella me abrazó, y me quebré más aún, me sentí completamente avergonzado de mis lágrimas, no quería que me viera así, pero no pude evitar, me preguntaba qué me pasaba, pero no sabía responderle, porque ni yo entendía qué me pasaba, o no quería entender qué me pasaba.
Nos sentamos en el pasillo, cerramos la puerta de la pieza, para que Nico no escuchará. Y le inventé algo para poder safar, le dije que me estaba afectando la situación en mi casa, ella creo que cachó que mentía, pero no me confrontó, solo me dio un abrazo y me dijo que podía contar con ella y con el Nico, solo respondì “lo sé”. Nos dimos un último abrazo y me fui a mi casa.
Llegué a mi casa y dormí todo lo que no había podido dormir. Ya en la tarde se me había olvidado.
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