Mi Vida en chile
Aporte de Erick
Me llamo Erick actualmente tengo 26 años, soy de México pero lo que les vendo a contar un poco de mi vida en Chile.
Allá por el 2016 surgió una oportunidad de intercambio cuando yo estaba en la mitad de la Universidad, en esa época yo tenía ya 22 años, total que conseguí una beca y con el apoyo de mis papás me decidí emprender esa experiencia, y el destino para mis siguientes 6 meses era Chile, en específico al sur, desde enero empecé a estar más emocionado ya que tenía que estar ahí para principios de Marzo (iba a estar en el primer semestre). Decidí irme unos días antes para conocer la capital y todo, entonces en la última semana de febrero hice maletas y todo, partí rumbo a Chile con muchas expectativas y ganas de probar de todo.
Luego de 8 horas de vuelo llegué súper temprano al aeropuerto onda 3 – 4 de la madrugada y por más que trate de hacer tiempo no pude más, salí rumbo al hostal que había reservado, y cómo toda persona nueva me vieron la cara y el taxista me cobró 40 lucas por el viaje, yo recién llegado aún no sabía ni que esperar, solo le pase la dirección y al llegar le pagué y ya (luego ví que me cobró demasiado), llegué al hostal onda 8 de la mañana y nadie me abría y me que ahí esperando nomás, luego de 20 minutos salió el dueño del hostal y me dijo que mi reserva era hasta las 12 que antes no podía. Total que luego de conversar me dijo con su acento chileno que me hacía gracia aún “andate a conocer el centro, si quieres guardamos tus maletas” y yo ahí sin saber que hacer, acepte solo tome mis cosas de valor en una mochila y salí a caminar nomás, sin datos móviles, sin efectivo, sin saber nada pues.
Estaba en el barrio Bellavista es lo único que había investigado por Internet eso sí, total que llegue a la plaza Baquedano y vi un teléfono público de monedas y con las pocas que tenía intente avisar a mis padres que ya había llegado pero me di cuenta que no completaba para hacer la llamada internacional, pero sentado ahí estaba un hombre de unos 45 años, yo creó le di lastima o algo por el estilo y me comenzó a hablar (cacho que no era de allá) y trato de ayudarme a marcar, pero entre que no sabía las idas y más cosas no se pudo, y me invitó a sentarme junto a el afuera de un local cerrado.
Luego de contarle mi trágica historia, el me empezó a contar que estaba ahí porque no había llegado a la pega y lo habían regresado, me contó que tenía familia y así, luego de un rato nos quedamos sin tema y se ofreció llevarme a conocer al centro “pa’ conocer” total que me acepte, digo que más podría hacer durante al menos 4 horas (aunque iba cagado de miedo). Me llevo en metro y todo me iba explicando cosas, que me anduviera con cuidado y tal, estando en el centro igual nos quedamos sin más que hacer. Y aquí empieza lo interesante.
– Oye y queri pasarlo rico – me dijo el.
– ya, ¿cómo? – Al principio no entendí que me quería decir, ni le había dicho que era gay o cola como dicen allá.
– pues si, probar algo muy chileno – Dijo esto tocándose el paquete.
Juro que tenía curiosidad mezclada con miedo, pero total si estaba para aprender y probar de todo.
– jajajaja (me comencé a reír nervioso), pero ¿cómo, aquí?
– ya, solo dime si queres.
– Bueno pues si, ¿a dónde vamos?
Me llevo a un “motel” de barrio Brasil y entre cagado de miedo, pero ahí estaba sin saber qué hacer.
– Ya Po, ¿empecemos no?
Luego del viaje yo llevaba ropa un poco abrigadora y empezaba a sentirse el verano de Santiago, baje mi mochila, quite mi abrigo y me senté en la cama sin saber por dónde empezar.
El se paró frente a mi, y yo ahí sentado comencé a tocarle por encima del pantalón, se sentía algo grande sin estar duro, empecé a bajar la bragueta y escuché un gemido saliendo de él, eso me animó a continuar, en eso el me levanta para poder quitarme la playera y me planta un beso, le empecé a corresponder y a tocar su cuerpo, como dije antes para sus 40 años estaba bastante bien (trabajaba en la constru).
Ambos nos desvestimos y el comenzó a tocar mi cola mientras yo comenzaba a pajearlo y comenzó a crecer hasta llegar a los 18 cm, me sentía tan a gusto ahí que no quería parar, pero el tenía otras intenciones y en eso me vuelve a sentar en la cama para que comenzará a chupársela.
Y ahí me encontraba yo, en un motel chupandosela a un maduro que me hacía tragar cada vez más, y yo gustoso seguía.
– ahhhhh – salía de su boca, cada vez más excitado.
– glup – yo ahí tragando y poniendo en alto a mi país, de pronto me detuvo y me volteo en la cama.
– Uffff, que culo – comenzó ah tocarme, cuando de pronto siento una lengua.
– Oooooooh – un gemido de lo más profundo salió de mi, y el continuaba ahí.
– ¿Sigo? – Me dijo el, con un tono burlón.
– mmmm – fue lo único que salió de mi.
De pronto deje de sentir su lengua y ahí estaba el sacudiéndose la verga con un condón en la mano, y supe lo que vendría. Gustoso separé más mis nalgas.
– Ahí va -y si sentía su verga penetrando, no negare que me dolió pero igual estaba gustandome.
– Te va toda – dijo antes de meterla por completo.Un grito que ahogue en la almohada fue el primero de las embestidas que el me daba, disfrutaba a la par con el dolor.
Luego de un rato cambiamos de posición y se puso mis piernas en sus hombros y así podía verlo de frente, sudado y ese pecho fuerte se me antojaba quedarme así más tiempo, luego de unos 20 minutos comencé a pajearme hasta eyacular, con lo cual se apretó mi culo y eso lo sintió el porque comenzó a empujarme con más violencia hasta ver cómo se corría dentro de mí, se desplomó encima mío.
Yo andaba cansado por el viaje y luego de esa follada termine aún más.
Luego de eso nos bañamos por separado, mientras yo ya me estaba cambiando sonó mi celular ya eran cerca de las 12 y era mi padre preguntándome si había llegado con bien (no sabía que ya hasta me había follado por vez primera).
Total que llevo de nuevo a la plaza Baquedano y ahí nos despedimos, sin guardar contacto ni nada. Regresé a mi hostal y el dueño me preguntó si había podido conocer algo.
Si superas pensé para mí, lo que pasó en el hostal es otra historia.
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