EL Maestro III
H-u-e-o-n, ¿cachaí que esa noche no dormí nada? está huea estaba escalando tan rápido que no sabía que esperar mañana ¿me van a culear? claro, obvio que sí po. OBVIO que ya cagué. ¿Tengo condones? El tenía lubricante, quizás también tenga condones, pero ¿quiero que use condones? onda, el morbo de una preñada no tiene comparación, ¿pero y si tiene algo? conchetumadre, demasiadas interrogantes, estuve con el pico parado hasta que llegó al día siguiente.
Le fui a abrir la puerta todo nervioso, él en cambio súper relax, me dio hasta un abrazo y un “buena compadre”, así como para confundirme más. Ese día en especial hacia caleta de calor, onda de seguro unos 34º fijo. Lo tuve que ayudar con unas cosas en el patio, de nuevo con la huea de la escalera, lo afirme bien la base mientras subía por esas escaleras, pero esta vez el culiao no traía ropa interior, onda todas las bolas y el pico colgado, oh hueón, quería subir y comérselo todo de nuevo, pero me dijo “calma maraca”, ya te va a tocar, además mi mamá seguía webiando en la casa.
Y siguió webiando en la casa po, ese día no fue a trabajar, una de mis tías se cayó en el patio de su casa y mi vieja quedo súper preocupada haciendo llamadas todo el día, onda la vieja vivía en Curico, así que se tomó el día. QUÉ PAJA. Me cagó todo el panorama. El Lucas se fue no más ese día, no me hizo ningún comentario sobre la huea, solo se despidió. PAJA. Aunque mi suerte cambió rápido.
Resulta que GRACIAS TÍA DE CURICO. Mi vieja tenía que ir a verla y cuidarla unos días, así que partió al día siguiente en la mañana, era viernes, me dejó plata para el fin de semana y se fue, le deseé suerte y se fue, sin antes retarme por lo insensible que era con mi tía Guillermina. A ver mamá, ¿cómo te explico la cagá que me dejaste ayer por esto? o sea, qué poco empática con mis necesidades de macho en fin. Este escenario era mejor.
Llegó el viernes, yo mega nervioso, ¿me habré duchado unas 10 veces? en fin, el Lucas llegó tarde para variar, comenzó a trabajar y terminó su jornada temprano. Le ofrecí unas cervezas y nos bajamos la primera de una. Le conté que mi vieja no llegaría sino hasta el domingo porque se fue a ver a mi tía.
-Oh puta la huea ¿y está bien tu tía? – me preguntó
-Sí, si solo se cayó, tu cachaí como son las mamás de preocupadas…
-Demás po… ¿y te dejó solo todo el fin de semana?
-Sí po, así que no sé po, podríamos aprovechar quizás, no sé.
-¿Qué huea querís cochino?- me preguntó cortante, onda me dio miedo porque no se rio ni nada.
-Nada, o sea, yo decía que… ¿querís otra chela? – le pregunté así como abortando misión-
-JAJAJA tranqui, gracias – silencio incomodo – sabís que me pican las bolas, ¿me las rascai con la garganta?
Me volvió el alma al cuerpo hueón. Nos reímos un poco, pero cambio brigido en segundos. Se me acercó como un perro al cuello, me oía, me vigilaba con sus ojos, me dio un agarrón bien duro en el poto, onda me llegó a doler, pero ¿qué puedo decir? tengo los mansos cachetes, obvio que los iba a aprovechar. Se notaba que era de los que no daban besos, de los que iban a imaginar que era una mina pa poder desempeñar, que era solo un hoyo para usar y desechar, pero estaba bien, no buscaba pareja, no buscaba el amor, solo un pico que me llenará un rato y chao.
Me tomó fuerte de la cabeza y me guió a su paquete, me agache rápido para cumplir. De nuevo no traía ropa interior y se notaba, me gustaba que me presionara con fuerza, podía sentir su fuerte olor, su textura por encima de ese short, como una previa enferma de mi premio.
-Ayer me dejaste terrible caliente culiao, hoy me desquito… – me dijo
Se sacó la pichula del short, y la uso para darme golpes en la cara, le gustaba usarla con violencia, yo trataba de que parte de la punta me cayera en la boca, pero no, me la daba de a poco, le sacaba la lengua y la usaba para dejarla reposar y dar golpecitos. Hasta que me aburrí y tome la iniciativa de tragarmela de una, se molestó.
-No conchetumadre, yo mando – y me dio una palmada seca en la cara, de esas que no duelen, si no te prenden más. Me tenía con unas ganas gigantes hasta me la ponía en la boca y sacaba continuamente, oh dios, la tensión, la espera, todo eso valió la pena cuando ya la tenía por la garganta, me culio la cara un buen rato, la sacaba para que me dejara respirar, lleno de saliva, era asqueroso y brutalmente sexy.
Después de un rato, me ordenó que me pusiera en posición, oh dios, ¡por fin! El hueón sacó algo de su bolso, un condón y un lubricante, filo, mejor. La cosa es que se lo puso y se echó lubricante y se pajeo un rato para dejarla bien dura. Yo mientras me quitaba la ropa interior, me quede solo en polera y con el culo desnudo, me puse en el sofá en cuatro, mostrándole todo el poto y el hueón se sorbeteaba lo que se iba a comer. Se acercó a mi, sentí su paquete cochando con mi hoyo, me agarro fuerte del cuello y me dijo: “no, te quiero pilucho, pilucho” y me quito con rabia la polera y ya no había nada más que ocultar.
Me puso caleta de lubricante en el hoyo, me lo masajeaba, me metía un dedito, me dilataba mientras respiraba en mi oreja, no decía nada más que “prepárate maricón, te lo buscaste, te lo buscaste”, yo le gemía rico, bien afeminado, le gustaba esa huea, se ponía más loco.
Me puse en posición nuevamente, espalda completamente encorvada y dispuesta. A pesar de que el hueón se mostraba agresivo, el sexo estuvo lejos de ser así, me metió el pico súper despacito al principio, fue súper considerado, más que otros fletos que me he agarrado. Luego la cosa se puso dura, agarró vuelo mientras me acostumbraba a su pico en mi hoyo, no costó mucho la verdad.
Sentir su pelvis chocando contra mi poto, hueón, era un sonido maravilloso. Me tomaba de las caderas y me lo acomodaba adentro, solo paraba para agarrar vuelo, estuvimos un buen rato así. La sacaba y me pedía que me abriera, lo obedecía, dejaba caer toda mi cabeza en el sofá, para agarrarme los cachetes y separarlos, sabía que me estaba tomando fotos, pero filo, después se las pedía.
En un momento mire para atrás y ahí sí que me enamoré hueón, lo vi entero mojado, sudado, con una cara de ahueonao caliente enfermo y me enamoré po. Me calentó caleta verlo gozando tanto con mi poto, era suyo, en ese minuto, yo era de él, era su propiedad, estaba dentro mío y éramos uno. LA HUEONA INTENSA. por la chucha, pero sí.
El hueón acabó con una sacudida terrible brígidas, me hizo ver estrellas, estuve evitando pajearme para gozarla más, pero no me aguante, también acabe y ensucie el sofá culiao. El hueón se pegó los medios gritos como de bestia. Me la sacó rápido eso sí, se sentó en un sillón que estaba al otro lado, completamente sudado, con el condón todavía en el pico y lleno de semen, le tomé una foto esta vez y se cagó de la risa.
Me fui al baño a limpiar y volví justo cuando el hueón se quitaba el condón, le hacía un nudo y lo dejaba tirado por ahí, obvio. Patudo, Se quedó un rato más en el sofá, desnudo, sudado.
-¿tenis algo pa’ comer? – me preguntó
Esa noche se quedó a dormir, la siguiente también.
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