Pendejos



Toda mi vida he vivido en departamento, con mis dos abuelos y desde que recuerdo, todos los conserjes han sido viejos, onda, muy viejos, me llevaba bien con todos. Crecí con varios, me vieron pasar por todas mis etapas, eran como parte de la familia.

Mis padres murieron cuando era chico, así que solo tenía a mis abuelos.Ya tengo 20, y voy por segundo año en la U y aunque batallo con todo (y a veces contra todos), siento que les debe tanto a ellos, que debe sacrificarme siempre, por todo.

La vida era buena, aunque todavía no salía del closet con ellos. No tenía nada que me lo impidiera, me daba vergüenza solamente. Había tenido un pololo a esas alturas, y sí, me agarraba hueones de vez en cuando, a veces tipos nefasto de la U, pero bueno, había que aprender ¿o no?

Una mañana, mientras me iba a la U como de costumbre, cache que había un pendejo sentado en la silla de los conserjes, me saludo muy tímidamente, le repliqué y salí, quede metido, era moreno y tenía un corte de futbolista, labios grueso y una tierna mirada. No le di mucha atención.

Al otro día, lo mismo, el mismo cabro, pero esta vez me detuvo, me preguntó en qué depa vivía, le dije que el 505 y se metió al apartado de los correos, al parecer tenía un paquete, pero luego de 5 largos minutos cacho que se había equivocado, se rascó la cabeza pidiendo disculpas, le dije que no importaba, aunque por dentro estaba cachando que iba más atrasado que la chucha.

Para la siguiente mañana traté de bajar más temprano, para meterle conversa y así fue, me imagino lo aburrido que debe estar, así que le pregunté cómo se llamaba, José Miguel, pero le decían Pepé, era nieto del Florencio, uno de los conserjes clásicos de aquí que se había retirado hace poco. Tenía no más de 19 años y se notaba. Venía de Santa Cruz, al igual que su abuelo, por lo que todavía no había sido contaminado por la capital.

Conversamos un buen rato antes de partir y repetimos la rutina por varias semanas, hasta que lo cambiaron de turno para la noche, mejor, porque así conversábamos al volver, con más tiempo.

El hueón me atraía caleta, era demasiado lindo, tenía el pelo negro, moreno, muy moreno y de cuerpo delgado, pero como fuertecito. Cara tierna, como de hueón, pero con más perso. El asunto es que nos llevamos bien de una. Nos recomendamos series, películas, teníamos parecido gusto musical, entre más hablaba con él, más me gustaba. Me daba vergüenza preguntarle el WhatsApp.

Una tarde en la U y revisando mi teléfono, caché que que alguien me había agregado al Instagram, adivinen, el Pepé. Lo seguí al toque, pero lo tenía privado, así que se demoró caleta en aprobarlo, demás po, porque estaba trabajando, pero cuando lo hizo, hueón, el hueón rico, tenía puras fotos sin polera, pero se veía medio zorrón de campo, como carretero, nada que ver con la imagen que tenía de él. Se lucía en la playa, en la piscina, no desperdiciaba oportunidad de tomarse una foto sin polera, y cómo no po, si tenía marcado esos oblicuos, onda, la mayoría de los comentarios eran hueonas calientes, amigas, qué se yo, me sentía picado.

La huea es que termine de pasarme rollos. Onda, la verdad no, me seguía pajeando viendo sus fotos, imaginando que todo pasaba, pero pico. Lo seguía viendo todas las tardes, tirábamos la talla y subía a mi depa. Rutina culía, me tenía chato, pero ¿cómo romperla?

De sorpresa, una noche, justo antes de irme a dormir, pesqué mi teléfono y comencé a revisar mi Instagram, y caché que las historias del hueón aparecían con un anillo verde, CTM, ¿me agregó a su lista de mejores amigos? Me metí a verla al toque, y CSM, tenía una foto acostado en su cama de guata, mostrando todo los cachetes, así a lo mickey, lo tenía tan redondo conchetumadre, ¿qué chucha? Luego me entró la duda, y me metí a revisar sus seguidores y ahí estaba po, teníamos como 20 hurones en común, gay po. Obvio. Esta es la mía pensé. Le escribí solo un , y me respondió con un , así que subí la apuesta y le puse un , y su respuesta fue una foto, me tomé como 2 minutos para apreciar este momento. Abrí la foto y era una selfie desde arriba, con los pantalones abajo, mostrando todo el poto, recién duchadito.

Prácticamente quede sin aire y el pico se me paró de una. Luego caché que tenía el uniforme puesto, el hueón seguía en el edificio, estaba abajo, mierda, mierda, mierda, ¿y si bajo? No po, si están los otros guardias. ¿Y si le digo que suba? Están mis abuelos, ¿qué chucha hago?, el Pepé tenía la solución, me dijo que bajara al -4, que me esperaba en las bodegas, nunca nadie iba, menos a esa hora, menos a esas bodegas cultas que parecían un laberinto culiao y húmedo. Baje más rápido que la chucha, onda ni siquiera pedí el ascensor. La hice piola para no despertar a mis abuelos.

Llegué hasta el piso, estaba todo oscuro obvio, no quise llamar su nombre por miedo a que estuviera a otra persona, no sé, preferí adentrarme a lo oscuro, no se veía nada. Pegue el medio salto cuando una mano me tomó en esa oscuridad. Esa misma mano me agarró el paquete de una.

“Te tenía ganas de hace rato” me dijo y atacó.

Me desabrocho el pantalón y bajó, pasó toda su cara encima de mis boxer y sintio mi pene erecto por debajo,, onda, ni había visto al hueón, pero ahí estábamos po, dándole. El hueón me la saco y se lo comió de una, como si no hubiese tomado once de pico hace rato, se lo devoraba con talento, me acaricia el estómago e intentaba apretar los pezones, eché la cabeza para atrás para disfrutar cada segundo.

Le tomaba de su pelo y le encantaba, pero no podía ser tan egoísta, luego de un rato así, lo paré, le baje el pantalón, su slip, lo di vuelta sin cuidado, y le metí toda la cara en el poto, así care raja literalmente, total estaba duchadito, olía tan rico, le agarré los cachetes con ambas manos, separando su humanidad para disfrutar de su portal hacia su interior. Le di la chupá de poto de su vida.

El hueón intentaba no gemir, pero perdía, mi lengua no le daba descanso. Culiao rico, tenía un culo tan lampiño, sabroso. Páramos, y esto pintaba para bueno, le rozaba el pico en el hoyo, lo quería, yo lo quería, pero una vieja culia nos interrumpió todo el show, al parecer la señora sabía que estaba abajo el Pepe y lo estaba buscando, gritando su nombre, el hueón no tuvo más elección que ir.

Me dijo que esperará. Me quede caleta de rato ahí, esperando, volvió a los 20 minutos, me dijo que sorry, que la vieja culia quería que la ayudará con algo y tenía que seguir en eso.Lo entendí al tiro, necesitaba esas lucas, así que le dije que filo, que habláramos por Insta.

Nos despedimos, riendo, como pendejos que habían hecho algo malo, no sé. Llegué a mi depa, caché que no tenía llaves, el muy hueón, tuve que despertar a mis abuelos para que abrieran, les di una excusa muy mala, pero pico.

Volví a la cama y justo antes de dormir, caché que tenía un mensaje, era el hueón en el baño, mostrando la raja hermosa que tenía, la que acaba de chupar, hueón rico, me tenía las bolas azules, así que aplique paja, me pidió foto y con gusto le envíe un par, y así estuvimos los siguiente días. No coincidimos al vernos, hablábamos todo el día prácticamente, la mayor parte del tiempo hablando hueas cochinas, enviando nudes o stickers porno, como pendejos.

Me tenía re caliente el pendejo.

Para mi suerte, mis abuelos se iban a la playa con unos tíos por el fin de semana, me preguntaron si quería ir, pero les metí la chiva que tenía que estudiar mucho. Me calentó caleta la idea de tener el fin de semana completo para mi solo. Le dije al tiro al hueón. Me respondió a las horas que solo podía el sábado, puta, algo era algo po, así que me preparé.

Compré chelas, cosas pa picar (y condones). El hueón llegó al finalizar su turno el sábado, la tuvo que hacer piola para que el otro conserje no lo cachará. Tocó el timbre, abrí y era el, con su carita tierna, sentí una huea en la guata y no era calentura, me dio susto.

Pasó, se sentó en el living, prendí la tele y boom, no aguantamos, nos comimos al toque. Nos desvestimos, de una, quedamos en slips en el sofá, echados, el encima mío, tocándonos todo por encima. Queríamos continuar con lo que empezamos en esa bodega hedionda, pero ahora en la comodidad de una casa, ahora con luz, ahora nos podíamos ver las caras, podía ver como disfrutaba mis besos y como su pico creía en sus slips. Ahora con la tranquilidad, ahora con la calma de poder recorrer todo su cuerpo con paciencia.

Estábamos tan calientes y hacía tanta calor que le propuse tomar una ducha fría. Nos metimos allí, nos tocamos enteros, como si a exploración fuera parte de la rutina. Nos seguimos tocando, le chupe el poto de nuevo, bajo el agua, mi lengua era mi mejor arma, ahora podía gemir sinceramente y sí que lo hacia rico, me perdía en esos cachetes grandiosos, onda, me faltaba la respiración, pero filo. Su poto era mi aire.

Nos detuvimos por un momento y nos tiramos mojados en la cama, nos secabamos con la calentura, entre beso a beso. Nos presionamos las caderas para que nuestros picos chocaran. Estábamos listos, me chupo el pico un rato, pero el cabrito la quería adentro y no lo iba a defraudar. Me levanté a buscar un condón y me lo puse. El pepe tenía lubricante (a mi se ma había olvidado).

Me pidió que me recostara, él se echó en el poto y yo en el pico. Se sentó arriba mío lentamente, hasta que se acomodó bien. No es que me crea nada, pero tengo un pico grueso, así que le costó bastante acomodarse, pero cuando lo logró, era una Beyoncé arriba, qué manera de moverse rico el conchesumadre. Levantaba todo el cuerpo y me lo dejaba caer arriba. El tenía el pico parado a full, pero no dejaba que se lo tocará, ni lo pajear,a porque según él se iba a ir muy luego, La huea es que me estaba pasando a mi, así que cambié de posición.

El pepe se puso en cuatro y mi vida no había estado completa hasta ese momento, ¿cómo te explico cuando ves un culo así de hermoso en la vida? ¿en cuatro y justo esperando por ti? hermoso, redondo y con su hoyito abierto. Me tomé un par de segundos para apreciarlo, dio vuelta la cabeza para preguntarme si estaba bien, riendo, le dije que tenía que tomarme unos minutos para asimilar esto, se río más. Pero de vuelta a lo nuestro. Le di unas nalgadas y force mi pico en su poto, esta vez más fácil. Lo penetre hasta el fondo, y lo amaba. Su potito rebotaba tan lindo, el sonido que hacía era hermoso. El se echaba y estiraba sus manos. La gozaba igual que yo, y lo amaba.

Culiamos un rato así, cuando de pronto cache que se había roto el condón, le dije que paremos, pero el no parecía estar muy de acuerdo.

-Culeame así, por fa, acabame adentro…

Me calente caleta, hasta ese minuto, nunca le había acabo dentro a nadie, así que no aguante más, me derrumbe sobre él, pero me volvió el alma al cuerpo para sacarla, y ver mi obra de arte, lo vi así, preñado, con mi semen saliendo de su cuerpo.

El hueón se dio vuelta y me acabo en el pecho, me comí todo lo que me saltó a la boca y nos besamos. Nos tiramos un rato, nos limpiamos, pusimos una serie, hablamos, siempre en pelota, lo veía ir al baño y no podía despegar mi mirada, onda, lo había culeado recién, pero sentía que necesitaba más de él y no hablaba de culiarlo de nuevo y de nuevo, aunque quería, sentía que buscaba más, su esencia, no sé.

La segunda vez que lo hicimos esa noche, fue más pausado, el me montó y yo levanté el torso, nos quedamos mirándonos cerquita, nos besamos, el se movía despacito, nos pajeamos, nos sentíamos, nos oliamos, nos sentiamos completos. La huea rica, acabamos muchas veces esa noche, dejamos mi pieza pasado a pico. Dormimos cucharita, a pesar del calor de mierda.

Hasta el amanecer estuvo increíble, en la mañana, a lo misionero, mirándonos, pero aplicando presión fuerte, hasta acabar de nuevo en sus entrañas, estaba tan lleno de mi que nos burlabamos de eso.

Cuando se fue ese día más tarde, quedamos que debíamos repetir más adelante. Seguimos conversando por Instagram, y tenía el corazón llenito, al menos el se fue llenito.

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