Paraíso Bisexual I

No fue fácil cachar que era bi. No señor. Un día veía un par de tetas en la tele, me gustaban las mujeres y era hetero, al otro se me paraba cuando veía a mis compañeros piluchos y juraba de guata que era gay. Era una disputa mental que no tenía resolución, no hasta que conocí a la Javi.

La Javi llegó para cambiarme el mundo 100%, nos hicimos amigos en la universidad, hacíamos los trabajos juntos, salimos a pasear después de clases, de pronto nos dimos cuenta que esto iba a transformarse en algo más que una amistad. A los 6 meses ya pololeabamos, profundamente enamorados, con ella perdí la virginidad y ella perdió la suya conmigo. Eramos la pareja ejemplar de la facultad. Conocí a a sus padres, ella a los míos y parecía que todo iba viento en popa. Con la Javi creí haber enterrado estos debates, era hetero y punto. Con ella pensé que terminaría para siempre. Iluso.

Cumplimos 5 años de pololeo, nos graduamos, comenzamos a trabajar y nos fuimos a vivir juntos. Teníamos los típicos problemas de cualquier pareja, pero los resolvíamos rápidamente, al final queríamos estar juntos porque nos amábamos por sobre todas las cosas, a pesar de que ya no culiabamos con frecuencia. Nuestra vida sexual bajó considerablemente, antes era cosa de todos los días, en cualquier lado, hasta en el cine una vez nos pillaron, pero ya no. No le di mucha importancia porque juraba que era algo que le pasaba a todas las parejas que llevaban mucho tiempo. En fin.

De un momento a otro, la comencé a ver extraña, más distante que de costumbre. Te juro que intentaba arreglar las cosas, salía más temprano de la pega, nos juntábamos como antes en nuestro bar favorito, buscaba volver a seducirla, a encantarla, pero su ánimos no eran los mismos. Me preocupé mucho.

Para salvar la situación, se me ocurrió organizar un viaje a la playa, todo bien hasta ahí, la idea pareció entusiasmarla mucho, a mí me duro re poco el entusiasmo cuando caché que había invitado a su mejor amiga y su pololo. En gran parte porque no me caía bien su amiga, la Camila (el sentimiento era mutuo) y menos su pololo, el Flecha. Todavía no sé porque le dicen así.

Creo que parte de mí molestia es que me sentía algo celoso, el pololo de la Cami era como súper exitoso, tenía un gym o algo así, además encachado, moreno, de frondosa barba y rostro bien tosco, muy masculino y además bien formado, yo estaba algo descuidado, y ya veía como hasta a la Javi se le iban los ojos. Me di cuenta de su interés cuando escuché sin querer a este parcito hablar de la gran “flecha” del flecha. ¿Había sido idea de ella? ¿ella quería a ese hueón allí? solo con pensarlo se me revolvía la guata. Además conocía a la Cami, era la típica mina que podría “prestar” a su pololo solo para hueviarme.

Partimos el viernes después de la pega. Para colmo fuimos en el auto del Flecha, así que con menos poder me sentía. Me fui adelante de copiloto y las chicas se fueron atrás todo el camino. Fue algo incomodo, pero este tipo al menos era agradable, nos fuimos debatiendo de todo un poco, me incomodaba algo su tonito medio flaite forzado + zorrón de la florida. Aún así era bien simpático.

Me di cuenta que andaba con buzo apretado y ahí comenzó todo de nuevo: le noté el bulto y recordé la conversación de las chicas, wow, se veía que sí era dotado. Ahí me detuve e intenté hacerme el gil de nuevo, no había visto nada, nada.

Llegamos como a las 23 hrs al Canelo, habíamos arrendado una cabaña re piola con dos habitaciones, hicimos las camas, ordenamos todo y partimos al supermercado. Fui con el Flecha y pude verlo con más detalles, brazos fuertes, piernas gorditas y un culo que se notaba trabajado. En cada oportunidad le miraba el paquete, la hacia lo más piola posible.

Ese día carreteamos piola y mis rollos fueron desapareciendo con cada vaso de pisco, además con la Javi al fin tuvimos sexo y estuvo re bueno, parte mía pensaba: “está pensando en él”, pero filo, yo también estaba pensando en él, así que era justo, supongo.

Ese día desperté temprano, satisfecho y feliz, fui a la cocina para prepararle el desayuno y me encontré con el Flecha, el hacia lo mismo. El muy gil estaba solo en boxer, sin polera y de nuevo mi autoestima sufrió caleta. Hueón rico.

-Buenooos días bro, ¿qué tal? ¿la pasó bien? porque escuché que sí…
-Ah sí, eh… sí jaja – le respondí nerviosamente.
– jaja ta’ bien oye ¿te tinca ir a trotar en 15? está lindo el día hueón

No sé porque le dije que sí, si no acostumbro a hacer ninguna actividad física más allá de ir a botar la basura. En fin. Terminé de hacer el desayuno, se lo lleve a la Javi, pero ni me pescó, estaba raja, filo, le dije al Flecha que estaba listo y nos fuimos a trotar.

Al ser invierno y temporada baja, no había mucha gente. Llegamos al bosque al borde de la playa y seguimos por el sendero que daba a esa roca gigante de las gaviotas, seguimos más allá, más alejados, lejos de la gente.

La escena era algo patética. Apenas me podía al aliento. Nos detuvimos, el se reía y hacia comentarios como “te falta amigo, te falta, pero no te desanimes que se puede”, solo le escupí un “si…” mientras pensaba que se creía este charlista motivacional.

Nos sentamos al borde de la playa, contemplando las olas en silencio, principalmente porque no podía hablar todavía, no había ningún otra alma cerca, el día estaba nublado, algo frío, lo que no detuvo al Flecha de querer tirarse al agua, “nada más rico que tirarse al agua con frío”

Yo lo quede mirando como “¿qué te pasa hueón?”, el no perdió el tiempo. Se sacó todo, se quedó en boxer, me quedo mirando, me dijo “no tomís fotos eso si” se río y se saco la última tela de ropa que tenía.

Si me hubieran visto, lo más probable es que parecía ese asistente de Mikami, ese que le explotaba la nariz cada vez que veía una mona pilucha. Me intente contener, pero ese culo lampiño me miraba, te juro que me llamaba e incluso me invitaba.

Conversamos sobre cualquier otra hueá, él se quedo de pie, el agua le llegaba hasta los bolsillos, así que podía ver el inicio de su famoso pico gigante. Pude cachar que se depilaba completamente, no había ningún pelo abajo de su cabeza, se veía tan rico. Miles de flashback pasaban por mi mente, recordé de un momento todas mis fantasías de chico, el debate se abrió nuevamente y quede para la cagá. Intenté mantenerme funcional, pero él notó que algo pasaba, le dije que era por el frío, me dejó lento. Salimos del agua y no teníamos con qué secarnos. Así que nos echamos a la arena un rato. Puse observar cómo su montaña de pico flácido se desparramaba por su entrepierna, yo estaba a lo indio tratando de calmar mis impulsos. Al rato ya estábamos secos, nos vestimos como pudimos y nos fuimos de vuelta, con arena en todo el cuerpo.

Llegamos a la cabaña y nos estaban esperando las chicas, la Cami nos advirtió que salía muy poca agua caliente y que costaba mucho que agarrará vuelo, así que cuando terminará de ducharse el Flecha que me llamará para no tener que apagarla. Mientras, la Javi y la Cami se fueron al súper para comprar algunas cosas que faltaban para el almuerzo.

Se metió a la ducha y 5 minutos después me llamó, partí obediente, tomé mi toalla y todo, abrí la ducha pensando en que ya se había ido, pero no, recién estaba saliendo. Se veía todo húmedo, con mucho vapor y justo sale este huéon de la ducha, todo mojado, caliente, evaporado, con las bolas gigantes y estuvo heavy. Pasó muy pegadito a mi y se comenzó a secar, yo esperaba que saliera, pero no lo hacia, hasta me retó: “métete po hueón, picala jaja”, chuta, me desvestí muy tímido, le di siempre la espalda, por miedo y me metí.

Podía ver en la sombra y en el reflejo del espejó cómo se secaba y hacia todo ahí, desnudo. Se sentía cómodo con su cuerpo y se notaba. Se aplicaba loción, desodorante y salió en pelota a su pieza para vestirse. Se despidió abriendo la cortina por un borde para contarme algo y yo solo pensaba “¿este huéon no sabe de limites?”, respondí rápidamente y salió.

Me quería puro pajear pensando en lo que había pasado, pero me sentía terrible al pensar en la Javi, era una traición. Ma pajeaba pensando en otras mujeres, pero no me permitía fantasear con hombres, esta carga de testosterona en el ambiente había realmente jugado con mi mente, pero me controle, al menos esa vez.

Salí de la ducha, vestido, obvio y me fui a mi pieza. Le escuché decir que iría a buscar a las chicas, porque llevaban muchas bolsas. No lo pesqué hasta que se me ocurrió ir a su pieza. Era un desastre, tenía todo desordenado y ahí tirado tenía unos slips azul oscuros, me dio tanto morbo, no entendía qué ocurría, tenían como un imán, los tomé y caché que tenía manchitas de semén, se me paró de una nuevamente, y con plancha debo reconocer que los olí.

No sé cuál es la explicación lógica de todo esto, pero sentí que las piernas me tambalearon, era como una droga heavy, me tuve que sentar al borde de la cama, me saqué el pico y me comencé a pajear con su slip en mi cara, tenían pelitos, un olor fuerte a pico, a orina, a semen, a sudor, a hombre, a macho. Acabé súper rápido, quede todo sucio. cuando recuperé el juicio, me levanté, deje la cuestión tirada y me fui a limpiar la polera. Me fui a la pieza y hueón, volví rápido e hice lo mismo, no me podía controlar, esta vez fui más cauto y partí al bañó con esos slip y acabe de nuevo, justo cuando sentí las llaves, entré en pánico, salí corriendo, tiré los slip de nuevo en su pieza y partí a saludar, me salvé.

Llegaron con las cosas, cocinamos, fuimos a pasear por la playa. Ese sábado carreteamos cuático. Nos habremos bajado varias botellas de pisco. Las chicas eran las más ebrias, la Cami cayó primero, la fueron a acostar y al rato cayó la Javi, un poco más dramática porque terminó vomitando y todo.

-Sorry por lo de la Javi – le dije
-No te preocupís… suele pasar ¿te sirvo otro? – me ofreció
-No, no, quede bien, si me tomo otro… uff
-¿Qué?
-¿Qué de qué?
¿Qué harías si te tomas otro?
-Jaja no sé, quizás terminaría como la Javi po
-Ahhhhh, eso, sí, quizás po.
-¿Por qué? ¿pensabas en otra cosa?
-Puta, no sé, cuando tomó más de la cuenta igual terminó haciendo cosas
-Jaja ¿cómo qué? – le pregunté medio curioso
-Ah ¿seguro qué querís saber?
-Si po
-La última vez que tome… puta, me agarré un hueón
-Shoo ¿antes de la Cami?
-No, cuando ya estaba con la Cami
– Uhh complicado ¿y le dijiste?
-No, estaí más hueón, además fue de una vez…
-Ahh, pucha, no juzgo en todo caso
-Sé que no, se te nota…
-¿Qué se me nota?
-Que erís igual a mi po
-No, no hueón
-Conmigo no hueón, te he visto como no le quitaí el ojo a este – y se agarró el paquete.

Quede algo helado con la crudeza de su relato, porque 1. tenía razón 2. me pilló y no sabía dónde esconderme. Me sentí tan incomodo que me hice el gil, no le respondí directamente y no fui a la terraza, el me siguió.

-Puta, sorry amigo, no quise ser tan directo.
-No te preocupís, si tampoco estaí tan equivocado

Nos quedamos mirando un buen rato, de fondo se escuchaba la furia del mar, el frío de la noche nos invitaba a que nos juntaramos, le hicimos caso. Me dio un beso muy piola, demasiado superficial, pero… me llegó hasta el hueso.

No sentía esto desde hace años, un calor, un dolor de estomago tan sereno. Me agarró el paquete y se me paró de una, hice lo mismo y pude rozar su pico grueso, nos frotamos, tocamos por encima un buen rato. Entramos y nos seguimos comiendo en el sofá, despacio para no hacer ruido. Nos sacamos los picos y nos pajeamos un buen rato, mutuamente. El olor era maravilloso, tan rico que no me podía concentrar bien, nada igual a sus slips. Antes de poder hacer algo más, se despertó la Cami, quería que se fuera acostar, nos guardamos las cosas rápidamente, con miedo a que nos pillarán. Se despidió y se fue. Me quede solo, así como ¿qué chucha paso aquí? a los 5 minutos salió de nuevo y me propuso algo interesante: salir trotar tempranito. Accedí de inmediato.

Esa noche no dormí. Tenía a la Javi al lado, y la culpa me obligaba a no tocarla, ni siquiera a rozarla, me sentía tan culpable por lo que le iba a hacer, pero ya no podía frenar, era un tren sin control y me iba a estrellar, con un pico gigante. ¿Han cachado cuándo sabes qué harás algo malo y debes detenerte pero no lo haces? pues así me pasé toda esa noche.

Al día siguiente salimos temprano “a correr” de nuevo con el morbo por delante. Llegamos al lado solitario de la playa rápidamente con los picos parados. Nos desnudamos en dos segundos y continuamos lo que empezamos anoche. Nos bésanos tan húmedamente, tan sedientos, sentía su cuerpo como un territorio sin explorar, mis manos no podían contener su felicidad, la sensación de libertad, de miedo, de pico era tan abrumadora.

Ni pensaba en la Javi, sorry, lo lamento tanto, pero necesitaba esto. Necesitaba sus brazos fuertes de hombre agarrándome el poto, necesitaba su manos duras para que me sostuviera la cabeza mientras le chupaba el pico y necesitaba ese pico para estar completo. No sé si lloré porque no me alcanzaba su pichula en la boca o de felicidad. Ya no habían ataduras, solo deseo descontrolado.

Me esforce para estar a la altura, el sabía mis antecedentes y fue muy gentil, un caballero, me hizo sentir tranquilo a pesar de que estaba a punto de ser penetrado por primera vez y no era una cama comoda, no, la cama estaba reservada para la Javi, el salvajismo de la playa era mi paraíso bisexual, y solo ahí podía hacerse realidad este sueño enfermo.

Nos tiramos al agua un rato, a ver si se nos pasaba la calentura y para nada, el agua se evaporaba a nuestro lado. Nos comimos un rato bien rico. Salimos y me puso a lo perrito, pensé “esta es la mía, ya no hay vuelta atrás”, pensé que sentiría su pico, pero no, era su lengua y me desconcertó, no sabía que era algo que se hacia y me pareció repugnante…. tan solo 4 segundos, porque al segundo 5 ya estaba dado, completamente a su servicio, derretido, ahogado de tanto placer. No cachaba que un besito ahí me podía poner en la luna.

El Flecha solo me demostraba experiencia, del bolsillo de su short que dejó tirado, sacó un pequeño lubricante y me lo pasó por el hoyo y asumo que también por la punta de su pico. Me fue abriendo las carnes lentamente, sentí que me partiría en dos, el dolor era insoportable, pero fui paciente, no me quejé, lo aguante porque sentía que lo merecía. Él en cambio me trató con delicadeza, tanto que me molestaba. Una vez que lo sentí completamente adentro, ya no quería vivir en un mundo sin tenerla así. La sensación de ceder el control, ceder el poder, ceder la penetración me excitaba tanto. Era imposible no recordar a la Javi y pensar que ya teníamos algo en común bastante heavy y por otro lado pensaba que le había ganado la mano con el Flecha.

El culión se puso más intenso, una vez que me acostumbre, mi compadre comenzó con fuerza su juego, un mete y saca divino y triunfal, primitivo y delicioso. Sentía que al igual que yo, este cabro lograba desahogarse. Sus gemidos sinceros me lo decían, qué bueno que las olas se pusieron celosas de tan fuerte embestidas y con sus ruidos, pasábamos piola.

Me agarraba las caderas y me sentía especial, me daba unas nalgadas y era el infierno. Sentía sus bolas chocar contra mi culo y ya no quería respirar más. Ese día lo hicimos solo así, sin amor, solo sexo, sudor, pico, culo, nada más. A lo perrito como animal, sin contacto visual, nada, solo nuestros cuerpos sucios.

Solo hablamos al final, cuando me preguntó “¿dónde lo querís?”, le respondí en la cara. Quería ser marcado con fuego, con su semen de macho. Me la sacó, me puse en posición, abrí la boca y recibí toda su leche, su alimento me dio vida para vivir 10 vidas, muchas gotas cayeron en mi pecho, otras en mi mejilla, lo quería todo. Sentí que absorbía toda su vida. Se la seguí chupando hasta que me fui yo, sentí que mi semen pudo haber llegado hasta Santiago con lo fuerte que salió disparado.

Nos paramos y nos fuimos al agua para limpiar nuestros pecados, pero encontramos algo mejor, un abrazo bajó el frío, bien apretado, el culo me seguía doliendo, pero no importaba, el corazón lo tenía reconstruido, lleno, con algo que la Javi jamás pudo darme, pero… no iba a terminar con ella por esto. No. Ella iba a terminar conmigo por otra cosa que no sabía.

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