Macho Alfa

¿Cómo se vive luego de cumplir esa fantasía que te mantuvo en vela por años? ¿Cómo enfrentar la vida cuando rompes el limite del deseo? y sí, estoy citando una mala canción de los noventa para recalcar mi punto y es que por muchos años imagine situaciones, escenarios, momentos en el que este sujeto me pescaba como quería y finalmente lo logré. Les contaré cómo.



Su nombre es irrelevante, pero lo llamaremos “L” para que puedan seguir la historia. A L lo conocí hace unos 6 años, en una pega, al principio nos llevábamos pésimo, porque venía a hacer lo mismo que yo, y teníamos ciertos encontrones, él era de esos macho alfa bien ahueonaos y yo muy cola con 0 tiempo de tratar con estas hueas. Así que los primeros meses fueron puros roces feroces, me caí mal.

Y déjame decirte que nada más, porque el hueón ni es guapo: blancucho, de pelo negro, medio alto y maceteado, no gordo, ni tampoco musculoso, ojos café, nariz chata, se adornaba con una tierna barba, digo tierna porque eran como 6 pelo amontonados. Eso si que esa boca, con esos labios gruesos, uff. Era tan normal, lo ves y al tiro le sacas la película: Le gusta el fútbol, tiene un hijo, toma cerveza y paremos de contar. No me equivoqué, al menos en superficie.

Las cosas comenzaron a cambiar cuando nos asignaron un proyecto juntos. Cachamos que teníamos demasiadas cosas en común, para mi sorpresa. Veía las mismas series, le gustaban los mismos directores y se me hacia muy fácil hablar con él luego de superada esa primera valla. Los meses pasaron y creo que nos hicimos re amigos en la pega, almorzábamos juntos, pelabamos al resto, sacábamos la vuelta juntos. Le presenté a mi pololo, el hueón no tenía ningún rollo, así que solo ganaba puntos.

Carreteábamos harto y ahí es donde me quiero detener un segundo.

Teníamos otro compañero que siempre se sacaba la casa y terminamos la mayoría de las veces allá, y pal pico esos carretes. Onda, mi compadre L se tomaba la vida en esas ocasiones, imagino que para escapar de la realidad habitual, el hueón era papá de tres hijos y solo tenía 23 años, o sea yo lo entendía y lo alentaba.

Era viernes seguro allá y cada vez eran más brígidos, cada semana el L se liberaba un poquito más. Una semana perriamos hasta el piso (y te juro que le sentí todo el paquete) y a la siguiente literal nos agarrábamos los paquetes, pero como de pendejos de colegio, cachaí, nada sexual. Este hueón siempre jugaba a que se me acercaba cerca pa’ darme un beso, pero justo en el momento, me apartaba la cara diciendo “ahhhhhhhhh”. Me tenía enfermito su juego culiao, hasta que una vez le dije: uuuy no se atreve” y saz, me chantó el medio topón en frente de todos, nadie lo veía como algo sexual, sino era el L siendo el L, aunque yo por dentro, algo pasaba… algo que me daba miedo.

Y cómo te contaba, con cada carrete se ponía más extraño, hubo una ocasión dónde fuimos a comprar hielo y en vez de bajar por el ascensor, tomamos las escaleras, el hueón, jugando, obvio, me agarró con fuerza contra una pared, riendo, hueviando, me bajo los pantalones a la fuerza, yo oponía resistencia, cagado de la risa, solo se detuvo cuando deje de resistirme, cuando me terminé rindiendo, ahí cachó que esto se había tomado otro viraje. Paró, se río y seguimos, así era la rutina con él, pero yo sé, yo sé, que entre broma broma, ¿qué se asoma?

Lo peor, es que cada vez mis rollos eran peores. En la pega me acercaba a su puesto a preguntarle por un contacto, sacaba su teléfono y lo primero que aparecía al desbloquearlo era una foto de su pico, la que cambiaba al tiro y con algo de vergüenza, yo me hacia el gil, como que no veía nada. Peor no podía dejar de verlo, tremenda pija por la chucha. Ese día me tuve que pajiar en la oficina para poder funcionar, así de caliente me tenía este hueón.

Esa semana recuerdo que ya pasamos una barrera cuática. El hueón se emborracho rápido (como de costumbre) y se me acercó en la terraza, donde estaba fumandome uno. Me dijo que se estaba engrupiendo una loquita por Instagram y me preguntó que foto estaba mejor, a ver, las fotos eran ambas de su pico, así que solo me atreví a decir CSM. Le dije que me las mandará a mi teléfono para verlas mejor, no me pescó la idea, solo se río, le dije que la con los boxer rojos, aunque si me preguntaba a mi, las minas respondían mejor a fotos más “estéticas de picos”, onda, no solo a un pico en primer plano, me dijo: “buena idea” y desapareció, onda el hueón se fue del carrete.

Me decepcioné caleta, pero pico, cuando me iba yendo a mi casa, recibo un mensaje, el L me enviaba una foto por Instagram, y boom, estaba en el baño, mostrando la tula, me asusté tanto que le tomé una captura, olvidando que la huea avisa al dueño. Le dije que había sido un error, que me había asustado, y me dijo “nahhh filo, gozala, ahora a atacar”. Me mandó otra, dónde hacia una poser de Superman y cache que estaba en un motel.

Me sentí mal esa noche, me fui caminando y recuerdo lo tonto que me sentía al tratar de forzar algo. Reflexionando caché que yo no lo estaba forzando, era este hueón que me provocando brigido, pero tampoco entendía porque me sentía así de mal ¿me estaba enamorando del hueón? Nah, solo era calentura, era el hueón hetero con familia, bueno pa la chela y las minitas que juraí que te podís dar vuelta, nada más que eso, la fantasía más cliché del mundo, pero una por la que pasamos muchos ¿o no? y así debería quedarse no más, como fantasía.

En fin, esa semana, noté que los viernes para este hueón eran una especie de dimensión desconocida, le pregunté cómo le había ido con la chiquilla y se hizo el hueón, cómo si no hubiese pasado nada. “Ahh ¿querís jugar a que no recordai? ok, juguemos así entonces”, pensé.

Ese viernes nos sobrepasamos.

MEJORAR

Algo le había pasado al L ese día, tomó más de lo habitual y demasiado rápido, onda, no paraba, yo me preocupé porque no lo había visto así nunca. Bailaba, agarraba a unas compañeras de las cinturas y se veían molestas, se puso full jugoso con todos. Incluso se intentó sacar los pantalones, ese fue el momento en que fui a acostarlo, le pregunté al dueño de casa, le dije que algo le pasaba al hueón, no le dio color, lo lleve para una pieza, el hueón andaba sin sus pantalones, solo con slip. Prácticamente lo tiré a la cama y fui a buscar sus pantalones, los encontré y devolví a la pieza y ahí estaba, con el pico parado por debajo de su slip.

Quede pal pico, onda, ahí lo tenía, pero estaba completamente borracho, me acerqué, le quite las cosas de valor que tenía, como su celular y los deje en la mesa, me quede a su lado hasta que se quedo dormido, me acosté abajo con un balde, por si tenía ganas de vomitar, cosa que pasó. No lo podía dejar solo.

Como nunca, nos amanecimos allí, el hueón despertó como a las 7am, me miraba destruido, y se largó a reír, no entendía mucho su lógica, lo ayudé a ponerse sus pantalones y pedirle un Uber.

El lunes no fue a trabajar, y el martes cachamos que lo habían despedido. Una de las chicas se quejó a recursos humanos y lo despidieron (con justa razón si me preguntan) Me dolió caleta. Intenté comunicarme con él, pero no quería juntarse, no me sirvió insistir. Después de eso, me cortó de su vida, así no más. Trabajamos por 4 años y de una me sacó de todo. Cerro su Instagram, me eliminó de Facebook, de todos lados.

Con el tiempo me cambié de pega, intente olvidar todo lo que había pasado. Me enteré que se había ido a vivir a Concepción con su familia, mejor para él pensé. Así pasaron los años, Pasaba el tiempo y veía sus fotografías y recordaba todo lo bueno, sus fotos cochinas me servían todavía para pajearme. Su recuerdo, sus sobajeos, todo me servía para recordarlo.

Un día x, no recuerdo cuál, recibí un mensaje de texto:

“Hola, soy el L, estoy en stgo ¿podís juntarte hoy?”

Quede en estado de shock, lo primero que escribí fue: “Sipo, si querís ven a mi depa po” aceptó, pero me dijo que pasaría en la noche, porque primero tenía que ir a visitar a unos tíos, me dio tiempo para prepararme, fui a comprar unas chelas y hueás pa picar. Me duché como 3 horas pa quedar ready, onda… ¿Qué perdía?

Se dejó caer como a las 11 de la noche. Abrí al puerta, nos miramos como confundidos, el hueón se veía igual, nos abrazamos largamente, como si nada hubiera pasado. Lo hice pasar. Mi pololo estaba en el sur, qué coincidencia más extraña.

Nos pusimos al día con nuestras vidas. Me pidió disculpas por desaparecer, según el se sintió avergonzado con todo lo que pasó Me contó que estaba más tranquilo, ahora trabajaba en una empresa de otro rubro en al religión, que su matrimonio iba bien, que sus hijos estaban súper felices allá, con sus primos y familia.

Nos habremos tomado unas 4 chelas cada uno cuando la cosa comenzó a cambiar. Conversamos sobre los carretes, lo bien que lo pasábamos y de pronto, me salta una bomba.

L: Tu me tenías ganas eso era tan obvio

Y: Estaí loco, tu eraí el que siempre me buscaba

L: Pa’ pedirte consejos po’ jaja nada que ver

Y: Bueno, querís saber la verdad, sí hueón, te tenía ganas…

L: ¡¿Viste?¡

Y: Puta, que creís, si me mostrabas fotos de tu tula, y yo pasándome los medios rollos po.

L: Jaja, sí, sorry por eso, nadie debería un tulachi.

Y: Pa’ nah, yo siempre quiero ver eso.

L: Jaja el hueón, no has cambiado nada…

Y: Ni tu tampoco po – tome un sorbo de cerveza luego de un pausa media incomoda.

L: Y… ¿Qué tipo de fantasias te pasabas? a ver…

Y: Jaja de que partíamos en una misión para encontrar el dorado

L: Ya po, en serio…

Y: Hueón, cómo querís que te cuente esas hueas jaja

L: Así po’ “te quería chupar el pico” jaja

Y: La hueá básica po hueón

L: Jaja por eso, cuéntame po, si no cachó.

Y: Puta, la chupa de pico es básica, además que tenías unas bolas bien bonitas… – me corté.

L: Ya… sigue po.

Y: Me da vergüenza po hueón

L: Jaja puta el hueón…ya, ¿así que te gustan mis cocos? eso jamás se lo escucharé a una mina fíate.

Y: Obvio, somos nosotros los asquerosos que chupamos cocos y poto

L: ¿Y te pasaste ese rollo?¿qué me chupabai el poto?

Y: No, fantaseaba con que tu me lo chupabai a mi – Silencio

L: shoooo y ¿Qué más?

Y: Luego me lo metías a lo perrito, así bien salvaje

L: ¿Salvaje?

Y: Si po, tenís la pinta que culiai como salvaje

L: ¿En serio? bueno, no te equivocas po perrito. Me gusta mandar.

Y: Sí, a mi me gusta seguir.

L: ¿así que eris como la mujer con tu pololo?

Y: No hueón, soy el hombre, pero pasivo

L: Ah sí, sí… sorry

Y: Aunque más bien versátil en ocasiones especiales

L: ¿cómo es eso?

Y: que me gusta que me la pongan, pero también ponerla de vez en cuando.

Había puesto música y justo en ese instante sonó “Convéncete” de la Princesa Alba, medio palo pal loquito. Más rato pasamos al pisco y ahí nos fuimos a la cresta. Comenzamos a forcejear como esa vez en la escalera, muertos de la risa, terminamos en el piso, el acostado y yo encima de su pico, nos quedamos ahí un buen rato, tenía la cara tan hundida en su paquete que podía sentirle el aroma, era cuático, el solo se reía. No quise hacer nada, hasta que sentí su pico moverse, lo tomé como una señal y le intente abrir el pantalón, me rechazó dos veces, entendí el mensaje y lo deje, hasta que cambió de parecer y se puso denso.

L: Abrelo po maricón, ahora vai a arrugar?

Y: ¿Qué?

L: Ya escuchaste culiao,

Solo seguía sus ordenes.

L: Abrelo po maricón

Y: Ya ya…

Primero le quite el cinturón, luego le desabroche el pantalón, me costó un poquito y de a poco fui abriendo el cierre. No entendía muy bien que pasaría más adelante, pero me gustaba.

L: No la saquís, huele.

Sí, todo se ponia más raro aún, pero no me quejaba, ahora solo una telita me separaba de su pico, todavía algo flácido. Hasta que se lo sacó

L: Mira culiao, cachai veí este manso pico? este pico es de hombre hueón, es solo pa minas, no pa’ maricones culiaos como voh.

El hueón se agarraba la pichula y me daba golpecitos en la cara mientras me hablaba hueas que en cualquier otro contexto hubiesen sido horripilantes. El olor a pico que emanaba, era solo de hombre macho hetero ahueonao, rico po.

L: A menos que seaí una putita, eris una putita? eris mi putita hueón?

Y: sí

L: Dímelo po, eris mi putita?

Y: Sí hueón, soy tu putita

Me dio una cachetada super seca, para nada fuerte, solo para demostrar su fuerza y posición. Si el hueón tenía que visualizarme como su putita pa’ poder actuar, no tendría ningún problema.

L: Sí, erís una pitita ¿Querís comertela?

Me tenía agarrado del pelo, y me ponía solo la puntita en la boca y la luego lo quitaba, como dándome un teaser, era violento y me encantaba. Me lo hizo tragar de una y sin advertencia. El conchesumadre tenía un pico violento, onda, grueso y largo, cabezon, hediondo y peludo frondoso, cocos gruesos y alargados.

Lloraba con su pico en la boca, pensé que me iba a romper la quijada, pero ahí estaba, aguantando por la fantasía. Su sabor, sus gemidos y su palabreo culiao añejo, me tenía mas caliente y el hoyo tirando besitos.

Se echo para atrás y me dejo hacer lo mío. Se la agarre con una mano y comencé a pajearlo mientras le comía la cabeza.

L: ¿Querís que te reviente el hoyo mariconcito?

Me escupió en la boca y ya estaba listo, completamente listo. Nos paramos. Me empujó al sofa, era el nuevo dueño de todo, quedaba clarísimo. Me bajó completamente el pantalón, dejando en evidencia mi jockstrap.

L: Lo estabai esperando? maricón culiao – y me dio un nalgazo de esos que te marcan el alma. Era tan bruto que hasta cuando me quería apretar algo me dolía, aunque… en el fondo me gustaba.

Bajó, me escupió la huea, me metió dos dedos de una, pegue el medio salto, pero como ya estaba dilatado, pasó piola, no sé que creía que era mi hoyo, si un choro no es po compadre, pero lo trató así. Me la metió así a lo bruto.

No pensé en nada más, nope, no me acordé ni de mi pololo, no quería saber de nada más. Tenía el pico del L en el hoyo y todavía no lo creía. Y no solo eso, me estaba sacando las entrañas, era un enfermo, sonaba como si estuvieran apuñalando a un hueón y ese huéon era yo, me llegaba tan rico hasta el fondo que no me quejaba, este macho si sabía cómo culear.

Me incomodaba ser tan gritón en el living, así que le dije que pasáramos a la pieza, como que la dudo, le vi el pico parado ahí, como confundido, no lo pesqué, me saqué toda la ropa (excepto el jock) y fui pa la cama, me puse en cuatro y espere, se demoró, pero llegó, no me dijo nada más, solo me encorvó más la espalda y me siguió dando, con la luz apagada.

Qué manera de sudar esa noche caliente, levantaba mi espalda y el hueón aprovechaba de ahorcarme levemente, a pegarme cachetadas mientras me la metía, fue tan rico. Tan bestia. Recordaba todos esos momentos que nos condujeron a esto. Cada agarrón, cada bailoteo.

La huea es que me dio paja que siempre ganará, así que lo paré en seco en un momento, y así como la kalishi, lo acosté y lo monté delicadamente, como dandole a conocer que existen otras formas de hacerlo entre los hombres, más calmado, “calmado” entre comillas porque le salté arriba de la callampa de una forma que ni te cuento, la hueá es que ahora yo tenía el control.

Parecía disfrutarlo porque por fin lo escuché gemir, le di la espalda, para tener una mejor pose, y le encantó, me pegaba cachetazos y todo. De pronto me tiró para atrás y quede rendido sobre su cuerpo, con un sutil movimiento de cadera siguió metiéndotela duro, acabé así, el hueón no duro mucho más, se paró y me acabo en toda la cara, las gotas de semen que se me metían por la boca las disfruté tanto, se veía tan rico desde abajo, sudado, fuerte de aroma, rico, la luz apenas se colaba, solo le resaltaba sus montes, era hermoso, jadeaba del cansancio, se acostó raja, nos miramos y no dijimos nada, solo descansamos un rato, nos quedamos raja.

Desperté como a las 3AM, no estaba a mi lado. Sentí que corría la ducha, me fui a verlo, tenía la puerta abierta, salía el vapor del baño. Me quede mírandolo un rato, se estaba pajeando, así de califa, cuando me vio, pegó un saltó, no se lo esperaba.

Y: Ahora te hací el tímido, cuando todavía me duele el hoyo por tu pico – Se rió.

Nada de tonto lo acompañe, me puse detrás de él y lo abrace, el tiró su cabeza para atrás, en señal de descanso y confianza. Me aproveché de tomarle el pico, que seguía parado y se lo chupé, tenía que aprovecharlo, le gustó la idea, pero quería otra cosa, se dio vuelta para que le comiera el poto, y nada de leso, era extrañamente lampiño el hueón ahí, pero atine igual, le separé los cachetes y se lo comí entero, le pasaba la lengua con rabia, quería penetrarlo así mismo, para que viera lo que se sentía, el hueón se pajeaba mientras jugaba con su poto, acabó súper rápido, me enojé porque desperdició esa leche en la tina, pero filo, nos quedamos bajo el agua un rato, como si no supiéramos qué hacer después del sexo ¿Qué más se puede hacer? él tenía una idea, y adivina, era más, pero está vez… de otra forma.

Comentarios

lucaz ha dicho que…
Y la continuacion

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