Profe Alfredo
Todos mis compañeros en el colegio hablan de una sola cosa: la seño Ximena y su tetas gigantes, todos los pendejos andaban re calientes con la vieja, comentaban en los recreos, se inventaron historias, que se había agarrado a un compañero y hueas, nada comprobado obvio. Sí, la profe tenía lo suyo, siempre con pantalones bien ceñidos, hasta te juro que una vez le vi la pata del camello con lo ajustada que andaba, además era bien coquetona con los cabros, obvio que iban a estar detrás de ella.
Mientras estos pendejos calientes babeaban por la profe Xime, yo en cambio tenía mis ojos puestos en las nalgas del profe Alfredo, onda, qué huea, creo que fue mi primer crush de adolescente, un hueón medio bajito (creo que era un poquito más alto que el), moreno, de rasgos fuertes, pero para nada feo, de cara afable y unos lentes que lo hacían lucir tan inocente, además era demasiado obvio que era gay, obvio para mi, no para el resto, los detalles lo delataban, ningún otro profe se preocupaba tanto por su apariencia.
Tenía algo en común con la Xime, también usaba los pantalones bien apretados, las camisas adentro y dios, era medio maseteado, por lo que era imposible no estar revisándolo cada vez que podía, en especial en las pruebas, cuando se paseaba revisando por los asientos, en esos segundos tenía su culo justo en frente, o cuando se ponía a revisar los trabajos y se agachaba, qué delicia hueón. No era el único que lo miraba como un pedazo de carne, mis otras compañeras lo veían con los mismos ojos, era un tema entre ellas, el “potito” le decían las ridículas.
Me pase toda la media pasándome los medios rollos con él, imaginaba historias, fantaseaba que lo hacíamos en la sala, me acercaba care raja a su puesto y lo besaba de una, le bajaba sus pantalones y le comía el culo ahí mismo en frente de todos, te juro que a veces hasta en clases no me podía concentrar, tenía tantas ganas de preñarlo, de meterle el pico hasta el fondo, pero obvio que no iba a pasar, así que la fantasía servía por el momento.
Los lunes eran mis días favoritos, porque podíamos venir con shorts y los usaba bien cortitos, a veces veía al profe en su tiempo libre, mirándonos como hacíamos educación física desde lejos, apoyado en un balcón como que no quería la cosa, pero yo sabía que nos observaba y me gustaba.
Pero no solo era bien rico, sino que se notaba que amaba su trabajo, se preocupaba que todos aprendieran por igual, siempre nos defendía, era obvio que amaba su trabajo y eso lo sentíamos, por eso era uno de los profes más queridos por todos y creo que por eso a medida que pasaba el tiempo, mi tipo de fantasía iba cambiando, ya no era solo comerle el culo y culiarlo tan fuerte como podía, sino tener una relación con él, imaginaba que despertabamos en su cama, dormíamos abrazados y obvio: culeabamos con amor. Mal po, me enamoraba de un hueón que no podía darme lo que yo quería.
Creo que el momento más intenso que tuve con él en el colegio fue para un paseo que organizaron por algunos apoderados, junto a los profesores, el típico paseo a una piscina, con quincho, asado, medio fome. Todos mis compañeros vueltos locos con la piscina, se fueron directo a los vestidores. Los profes y apoderados fueron a cambiarse después, para no coincidir con los estudiantes, así que no pude encontrarme con el Alfredo ahí, solo lo vi después salir de allí con unos short cortos y una polera. Se veía tan rico. Estuvo harto rato en el agua, nadaba de un lado a otro, y ya me era imposible salir de la piscina, tenía el pico tan parado que ya hacía olas.
Ya faltaba poco para que irnos, así que muchos se fueron a las duchas, iban por tramo, no todos juntos. Me hice el gil para ver si podía coincidir con el profe, pero se demoraba, fue de los últimos prácticamente, así que apenas fue, lo seguí a la mala. No me vio entrar, entré muy sigilosamente para que no me pillara. Por suerte, las duchas eran semi abiertas, pero no así los cambiadores, que eran cerrados, así que me instalé en uno de esos, y entre medio comencé a verlo, habían solo dos personas más que ya se iban. Vi como se quitó el traje de baño primero y hueón, te juro que se paró el corazón, ese culo hermoso, se nota que tomaba sol, porque se le marcaba el bronceado de la zunga.
Se quedó un rato revisando su teléfono a poto pelado, con la polera. Ese contraste era maravilloso. Se la quitó y se metió a la ducha, tenía tanto miedo que ni pensé en tocarme, completamente pegado y congelado. No sé cuánto habrá pasado, pero de pronto noté que alguien más había llegado, era el profe Marcelo, el de educación física, era relativamente nuevo, era todo lo contrario a Alfredo; desagradable, pesado, medio feo, pero tenía buen cuerpo.
Se desnudo también y algo le decía al Alfredo, no logré cachar que era, pero lo estaba hueviando con algo, creo que por su trasero, porque le pegó una cachetá en el poto, y sí, se molestó, o al menos eso pareció, se salió de la ducha y se vistió rápidamente y se fue, y ahí quedé po, completamente frustrado y atrapado en ese cubículo, viendo a otro hueón de mierda bañándose, no era ni el 10% del profe Alfredo, así que apenas pude me arranqué, ni alcance a cambiarme, así que me fui pasado a cloro ese día. Pero llegue a pegarme una ducha y una paja tremenda.
En fin, asumí que nada, nunca podría pasar con el, me tendría que quedar con la comodidad del pajero, aunque quería más y no tenía idea de cómo lograrlo. Hasta que una compañera me dio la mejor idea del mundo. Un día cualquiera, la Francia (sí, se llamaba Francia), usó su teléfono de forma descarada en clases, tanto que le profe no tuvo más opción de pedirlo, ella se puso muy nerviosa, hasta se le escapó que tenía cosas privadas, ahí declinó, pero le pidió encarecidamente que lo guardara y eso me dio una idea.
Mi plan era genial, primero me iba a sacar muchas nudes, mostrando el pico, obvio, tengo uno bien grueso y carnoso, así que tenía que sacarle provecho. La huea es que tomé varias y las deje en la galería, también le quite la contraseña. Segundo paso: Esa semana comencé portarme mal en clases, a hablar, a molestar, a pararme, lo cual era bien inusual en mi, pero tenía una propósito, y creo que el se dio cuenta. Ya al segundo día de usar mi teléfono de forma descarada en clases, me lo pidió, me dijo que me lo devolvía al final del día y perfecto, la idea era que le profe viera las fotos y me diera feedback o no sé.
La cosa es que el día terminó y fui a la sala de profes para buscar mi teléfono, no había nadie allí, así que mi corazón comenzó a saltar fuerte, lo sacó de su bolsillo y me lo pasó, solo me dijo “no te quiero volver a ver con el teléfono en clases” y se fue. Quede como estúpida, ¿habrá visto las fotos? ¿por qué no dijo nada? claro, no podía, pero… ¿alguna indirecta? ¿fui tan estúpido como para caer en eso? la huea es que me desanime caleta, pero filo. La huea es que cuando llegue a mi casa, cache que tenía un seguidor nuevo en Instagram, el típico perfil falso, con letras y números, ninguna foto, nada, lo más extraño de todo, era que mi cuenta es privada y no recordaba haberlo aceptado y ahí me di cuenta, era él po, obvio, todo tenía sentido ahora, ¡se aceptó solo!
No le quise escribir primero, pero como veía que no pasaba nada, le envíe un “hola”, me respondió como a las 12 de la noche, cuando ya estaba apunto de dormir, me llegó el tremendo poto a modo de foto temporal, conchetumadre, ni pude tomarle una captura, porque obvio que me pillaba y no logré identificar si era el, pero hueón, esa tremenda raja. Lo trate de comparar a ese tremendo culo que había visto en los vestidores, pero no pude cachar bien. Me puse nervioso ¿qué hago? me metí a la ducha y le comencé a mandar fotos también, se demoraba en responder, pero cuando lo hacía, dios mío, era el tremendo culo. De pronto me dejó de responder. Ok, quizás está ocupado, no sé.
El día siguiente fue muy incomodo, lo miraba y lo miraba en clases y no lograba dar con una señal de que era él con quien me enviaba fotos, era complejo verlo y no imaginarme ese culo. Nos enviamos fotos durante varios meses, no hablábamos, solo nos mandamos fotos, el tipo era lo suficientemente inteligente como para no mostrar señales para identificarlo, fotos muy de cerca, incluso de su hoyo bien depilado, la cagó el hueón.
El tiempo pasó y ya era momento de dejar el colegio. Se venía la graduación y todo el trámite jodido. Francamente estaba muy feliz de finalmente dejar todo eso atrás, aunque extrañaría caleta al Alfredo, sus conversaciones motivacionales, sus muletillas, su carita de felicidad que ponía cuando le decía que por fin había entendido cómo resolver una problema. En fin.
Llegó ese día, me despedí de mis compañeros, mis profes y del Alfredo, me dio un abrazo muy apretado y me deseó la mejor de las suertes y que si quería comunicarme con él, ya sabía dónde encontrarme y hueón, OBVIO QUE ERA EL.
Esa primera semana lejos del colegio fue confusa, no dejaba de imaginar, de soñar con el. Le escribí por ese instagram secreto, pero nunca más respondió, así que asumí que era una cosa momentánea, o no sé. Por suerte, todos los preparativos por la U, la PSU, etc, me tenían bastante ocupado para no deprimirme tanto.
Una tarde cualquier, era la última semana de diciembre, entre navidad y año nuevo, partí al mall porque necesitaba comprar zapatillas nuevas, me iría de viaje con algunos amigos a la playa. Después de recorrer casi todas las tiendas, un poto me saltó en la cara, se veía de lejos, pero era demasiado reconocible, era el Alfredo, que también estaba de compras, partí corriendo de una, sin miedo, sin pensarlo, le toque un hombre, saltó un poco del susto, pero apenas cacho que era yo, me dio un abrazo tan sincero, como el de la despedida en la graduación.
Nos pusimos al día, conversamos sobre cómo me había ido en la PSU, le mentí descaradamente. No pasó tanto tiempo, pero sentí que no lo había visto por años. Ahora reíamos sin esa tensión de alumno y maestro. Fuimos a un starbucks y estuvimos hablando por horas, ni pilucho lo imaginaba, era algo más sincero, no sé.
Se nos hizo bastante tarde a los dos, me ofreció llevar a mi casa en su auto, le dije que si al tiro.
Mientras caminábamos, aprovechaba de mirarle el poto, nada cambió. él creo que se dio cuenta, solo río, llegamos a su auto, lo tomé de su cara y lo bese sin sentir miedo al rechazo, sabía que lo quería y así fue. Me tomó de las caderas y se me pegó más, nos despegamos por unos segundos solo para asimilar lo que sucedió y seguimos agarrando bajo la oscura complicidad del estacionamiento del mall.
Solo paramos para subirnos al auto. Nos miramos y nos reímos, salimos de ahí sabiendo que no pasaremos por mi casa de inmediato. Llegamos a su edificio, nos montamos en el ascensor y nos seguimos comiendo, pico las cámaras de seguridad, que disfruten el show.
Entramos a su departamento, era pequeñito pero acogedor. Apenas se cerró la puerta, lo agarre de las caderas y le di otro beso, así como desesperado.
-Lo siento, he esperado mucho
Así que comenzamos fuerte de una, baje, le desabroche el pantalón, se la saqué y la chupe de una, sin esperar mucho, lo tenía completamente depilado, no me importó para nada, me lo tragé de una y no podía creer lo que pasaba, me sentía tan agradecido de estar siendo atragantado por ese pico, se pasaba las manos por la cara, como no creyendo la escena. Me levantó, y se rió un poco, me dijo “con calma, tenemos tiempo”, me dio algo vergüenza, pero me hizo sentir relajado.
Me señaló que en el refrigerador tenía unas cervezas, así que fui a buscarlas mientras él se metió al baño, pasó harto rato, creo que se comenzó a duchar, lo que me calentó más aún, me tomé una chela al seco y como no estaba muy acostumbrado, me curé rápido, no tanto, pero lo suficiente como para dejarme más caliente de lo que estaba y más deshinibido, tanto que me saqué el pico del short, y me comencé a pajear en en sofa del profe.
Estaba en eso, con una chela en una mano y en la otra el pico, cuando sale del baño y con él una estela de vapor, salió solo con una toalla cubriendo sus partes, me cachó en que estaba y se me acercó sin decir nada, yo no lo creía, se veía tan rico, mojadito todavía por el agua, con el vapor saliendo de su pecho, se dejó caer la toalla y para mi sorpresa tenía un lindo jockstrap negro, se dio la vuelta para que le viera el culo y casi me infarto, era la mansa raja, tan hermosa como siempre la había soñado y ahora estaba a tan solo unos centímetros, levanté mis manos para agarrar y te juro que sentirla entre mis dedos era la recompensa a tanta espera.
Se acercó más, yo seguía sentado, pasó sus manos por mi cabello tan lentamente, me besó y se dio vuelta tan sigilosamente que entendí todo, me paré y él se acomodo en el sofa, dejándome su poto expuesto, me tiré de una, con la lengua más para que mi pico, quería atravesarle toda el alma, dejarlo loco, tal como en mis sueños. Su culo lampiño no se salvó de mi lengua, se lo comí durante caleta de rato, mientras me pajeaba con rabia, costaba respirar entre tanto cachete, pero no importaba. Le agarraba su pico y sentía como goteaba a través del jock, lo tenía caliente al hueón y me gustaba, amaba escucharlo gemir, suplicando que me hundiera más, que con una de sus manos intentará que mi cara llegará a lo más profundo de sus montañas nalgisticas.
No podía seguir esperando, y creo que él tampoco, se levantó, me obligo a sentarme en el sofa, no me resistí, me bajó completamente los pantalones y el boxer salieron volando, pero conservé la polera, no sé porque. En fin, el hueón me la chupo de lujo, la hacía desaparecer toda mientras jugaba con mi abdomen y hasta las tetillas. Era capaz de tragársela toda, la escupía, pero lo más rico que hacía era chupar los cocos, con tanta delicadeza, sabía donde tocar, sabía dónde aplicar succión, era un verdadero maestro.
No pasó mucho rato y sin darme cuenta estaba arriba mío mirándome fijamente, encima del sofá, se fue agachando y mientras lo hacía, con una mano dirigía mi pico contra su hoyo, despacito, con un escupito, fui entrando en su carnes, no nos quisimos apresurar, quería disfrutar de todos esos pequeños detalles, de sus rostro haciendo muecas de dolor mientras trataba de recibir todo mi pico en su cuerpo y el no se despegaba de la mía, consumido de placer. De a poquito fue entrando y nos quedamos así un buen rato, abrazados, penetrando, felices. De a pronto esa relación tan fraternal cambió bruscamente, se me separó un poco del cuerpo, sin sacarla del poto obviamente, solo para tomar vuelo, comenzó a saltar arriba del pico, a moverse tan rico, a sudar más fluido a gemir tan rico, tenía su pico envuelto en el jock, pero se lo saque para pajearlo también, goteaba tan rico.
No podía creer lo que estaba pasando, me estaba culeando al profe, al fin y estoy seguro que el pensaba lo mismo. Aunque no todo podía ser tan bueno, me pasó el medio chascarro, no era virgen, ni nada, pero la situación era demasiado caliente y ¿qué pasó? pues, con tanto movimiento rico, tanto de arriba abajo, tanta sentadilla arriba de mi pobre pico, no resistió tanto, me fui súper luego, le avisé, y ni con eso paró, siguió moviendo sus caderas tan rico que casi me voy de este planeta hueón, ahí recién recordé que ni condón estábamos usando, le acabé en todas las nachas.
Me quede abrazándolo completamente hasta el culo. Se levantó y me obligó a chupársela hasta acabar, hueón, broche de oro, me dejó toda la boca llena de su moco, quedamos tan agitados sentados, gimiendo, nos miramos, tomamos otra chela y seguimos conversando, él se quitó el jock, y se fue al baño, volvió solo con una polera, intente animar los ánimos para que lo hiciéramos de nuevo, pero parece que tenía algo que hacer y también recordé que debía estar de vuelta a mi casa, se ofreció para ir a dejarme, así que partimos.
Mientras íbamos en el auto, le dije que ojalá se repitiera, y solo me respondió un “veremos, te escribo” y fue como una daga en el corazón, ¿tan penca fui? demás que sí, no habré durado ni 10 minutos, pero era tan difícil con ese culazo y esos movimientos tan ricos. Cuando me iba a bajar del auto, como que iba por ese último beso, pero me dio un apretón de manos y CTM, la media cortá. En fin, me bajé del auto, entré a mi casa y nada po, tomé once y me fui a dormir temprano porque “pa qué vivir más después de esto” po. Desperté al otro día, pensando en lo penca que era, cuando caché que tenía un mensaje por Instagram, de la cuenta misteriosa, solo decía:
“¿y? Te animas a venir al depto a las 8?
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