Cosa de Tiempo
Aporte anonimo.
Muchos hemos tenido algún crush con un hetero, algún conocido o incluso un amigo. En mi caso, un amigo muy cercano, el Osvaldito.
Al Osvaldito lo conocí hace unos dos años en un programa de verano, desde ahí nos hicimos un grupito de fumadores (marihuanos) entre los que estaba este cabro, un par de años menos que yo recién egresado de la U, chuncho, canchero, con perso y que por algún motivo me recordaba a Residente de Calle 13. Lo primero que pensé al verlo fue “puta el weon rico”. En ese verano estábamos en un internado y como íbamos a dormir en una pieza con varios camarotes me las arreglé para quedar cerca suyo y ver si por último alcanzaba a mirar algo, lo que ocurrió. Recuerdo que un día se tomó una siesta entre la llegada y una pichanga que tenían programada. Se puso a dormir en boxer y yo a jugar en una consola que andaba trayendo. Osvaldito no puedo evitar que se parara mientras dormía, lo que para mi fue material para muchas, pero muchas pajas venideras.
Con el tiempo nos seguimos viendo. Incluso coincidimos en vacaciones, por lo que los carretes, cañitos y chelitas con el Osvaldito nunca faltaron. Nunca han faltado.
Un día en la mañana Osvaldito me habla por wsp. “Hola principe, adivina quién es tu nuevo caaaaasi vecino?”. “Mi reeeeeeey, broma que se cambió para estos lares. Supongo que eso se celebra? Manitos extra con la mudanza?”, obvio. Había que ayudar al amigo. “Ya pue mi principe, traiga algo de bless, aquí unimos fuerzas y nos motivamos.” Listo. Ese día me fui a su nuevo hogar, ordenamos, nos fumamos un caño, nos tomamos un par de chelas. Para mi fue un espectáculo verlo andar sólo en short con su guatita al aire y su caminito al cielo. En un momento se sentó frente a mi en el suelo mientras estábamos fumando, abre las piernas y caché que andaba sin boxers. Conchesumadre, se me paró de una. Se me hizo agua la boca. Miré disimulado para que no se diera cuenta y cambiara la pose y al mismo tiempo no quería dejar de mirar entre ese short, su tula descansaba a la derecha. De ahí no pasó a más. Ese día terminamos con lo propuesto y como siempre nos despedimos.
Con los días nos empezamos a ver harto, como estábamos cerca no costaba nada. Un día en la noche salió un carrete con mi compañera de depto y amigos dentro de los que está mi guachito. Tipo 12 estábamos de lo mejor, cañitos, chelitas, risas. A los chiquillos que les calentó el hocico y empezaron con fuerte. Salieron piscolas y puffff, nos sé de dónde salió también un tequila. Pero para que durara empezamos a jugar al nunca nunca (hermoso). El dato importante aquí fue que durante el juego alguien dijo “yo nunca nunca he tenido una fantasía sexual con alguien sentado acá.” Cagué, tomé. Mierda, fui el único. El problema fue que solo habiamos 3 hombres jugando, Osvaldito, un amigo de mi compañera y yo. Por lo que fue evidente con quien era mi fantasía. Lo miré y le dije “Es que amigo, estái muy rico.” Me miró, sonrió y se pegó una quemada. La noche siguió, seguimos tomando porque se podía y porque no sé de dónde salía copete. Tipo 4, ya estábamos listos. Mi compañera arregló a sus visitas y yo tenía que lidiar con la mía.
“Washito, te quedai?” – le dije. “Te lo agradeceria, amigo. Me hací un ladito en tu cama?”. – se quedó mirando como expectante. “Obvio po, mi rey. Oye, pero quememos algo antes de irnos al tuto. Vamos al balcón? Te tengo un fino rico.” – le dije subiendo y bajando las cejas. “A usted no le puedo decir que no, mi principe”. Me dijo (es común en nosotros ese trato). “Jajaja ya calmao. Voy por los utensilios. Abre las últimas chelas po.” “Ya pue, me gustaste”.
Aproveché que estábamos solos para hablar de la vida. El Osvaldito hace poco había terminado y en verdad no habíamos tenido tiempo para hacerlo. Pero estaba tranqui, la cosa no fue con escándalo, solo estaba triste por la separación. Pero nada tan grave. Nos quedamos un rato en silencio mirando la ciudad desde el piso 12.
“Así que has tenido fantasias conmigo, príncipe?” -dijo, después sonrió y aspiró. “Ya te dije que estái rico po amigo.”- le respondí relajado. “Ta bieeeeen”- me dijo. “Y cuál es tu fantasía? Así por saber.”- preguntó inquisitivo. “La curiosidad mató al gato.”- le dije. “Pero nos soy un gato, así que dime.”- sonrió coqueto. “Yaaaa jajaja. De verdad querís saber?” – me hice de rogar para ponerle algo de jugo a la huea. “Si po.”- La cosa es que estuvimos harto rato así entre tira y afloja hasta que cedí. “En mi fantasía más recurrente. Estái sentado, así como ahora, fumandote un caño y yo chupandotela.”- le dije. “Miraaaaaaa.”- me dijo riendo mientras se pegó un agarrón al paquete. “Y te gusta hacer oral?”- preguntó. “Si po, pero cuando te imagino a ti como que se me hace agua la boca.” – le dije, y paré. “Calmao, voy a mear.” Aproveché de hacerme un lavado por si acaso (hueas de curao).. Cuando volví del baño es Osvaldito estaba parado en el balcón, en un espacio medio chico a la pasada hacía donde habían un par de sillas. “Listo”. Le dije mientras me paraba al lado suyo. Como el lugar era un poco estrecho, estábamos bien cerca. No sé qué fue lo que me impulsó pero hice dos movimientos. El primero, fue tomar la lata de chela que estaba atrás suyo a la altura de su espalda baja. Así que me acerqué a tomarla e inevitablemente me acerqué a él, obvio que pude haber pensado en otra forma pero quería sentirlo cerca. Quedé como al punto del abrazo y a propósito acerqué un poco más mi cara a la suya, sin llegar a tocarla, solo sentir su respiración, tomé la cerveza pasando mi mano por entre su cintura y su brazo y volví a pararme como estaba. En el camino logré sentir casi el roce de nuestras no muy frondosas barbas. Después de un rato de conversa. Mi segundo movimiento fue armar un cigarro de tabaco y dejarlo caer antes de prenderlo. “Oh, chucha. Se me cayó el pucho.” – le dije con la idea de hacerlo mirar abajo. “Ahí está”. Me agaché dejando mi cara frente a su paquete y alargué a escena lo más posible. “Qué onda amigo, no encontrai el tabaco?”. Me dijo inquisitivo. “Pucha, no. La droga.” – dije y me reí. “Ah, pensé que estabai disfrutando la vista.”- me dijo apuntando con la vista su paquete. “Bueno, si. También, son cosas extras que uno aprovecha po. Admirar el paisaje.” respondí de forma coqueta. “Ta bien. Mire más de cerca si quiere.” – respondió.
A la mierda el tabaco, acerqué mi rostro a su paquete, lograba sentir el calor de la zona sin tocarlo. Lo miré desde esa posición y agité la respiración, después empecé a darle golpecitos a su paquete con mi nariz. Abajo de su short se sentía algo palpitar y crecer cada vez que lo hacía. Empecé a respirar un poco más fuerte mientras Osvaldito solo siseaba al inhalar y exhalaba “ohhh”, los golpecitos con la nariz ahora eran sobajeos con la boca sobre el short. Ahí la tenía, la tula del Osvaldito. Erecta y aprisionada bajo ese short. Empecé a hundir mi nariz en su paquete, Osvaldito me agarró con una mano la cabeza. Pasé mi cara por su paquete de manera desesperada con la boca abierta y tratando de captar sus olores. “Le gusta harto parece, mi príncipe.” -me dijo. Inhalé tomando su olor de nuevo, lo miré y le dije “te la quiero comer.” mientras exhalaba. “Dele, no más. Esta noche es toda suya. Pero lo que pasa aquí se queda aquí.” – dijo. “Tranqui, una noche es todo lo que necesito. Si alguien pregunta, nos tomamos esto y nos fuimos al tuto.”- Sonrió, levantó la cabeza con los ojos cerrados y se subió la parte de abajo de la polera dejando su guatita al aire. Le bajé los shorts desde atrás y le dije que se sentara en una silla. Se sentó y abrió las piernas. Ahora le terminé de bajar el short por delante dejando libre su miembro. Salió de golpe hacia arriba pasando a rozar mi mentón. “Ohhhhh” – exclamé- “Toda suya, mi rey”. Me dijo.
Me tiré de piquero a su entrepierna, pasando mi nariz por su miembro erecto, seguido de mi lengua. Desde la base hasta el glande, varias veces. Cuantas pajas soñando ese momento hueon. Lo tenía ahí, los estaba probando. Se la estaba comiendo a mi crush hetero y el hueon la estaba gozando. La tenía enferma de dura hueon. Su glande palpitaba dejando salir preseminal el cual limpié con mi lengua justo cuando miró. “También te gusta que te den leche?” – preguntó. “La tuya me la tomaría toda.”- hice la pausa en mi labor y él quemó algo del caño. Como estaba de rodillas, me bajé los short y dejé el culo al aire y empecé a pajearme. Osvaldito pego un siseo hacía adentro, se inclinó y me agarró los cachetes con una mano, palmazo suave y agarrón por nalga. Volvió a inclinarse hacia atrás en la silla mirándome. “Tragatela toda.” me dijo con una voz que me calentó a mil. Se la comí con tanto esmero hueon. Me folló la boca de una manera tan exquisita para rematar el movimiento con un garganta profunda antes de sacarla. “Te la comís rico.” – dijo. Mientras me pasaba su miembro por la cara. “A ver, tirame un escupo en la mano.” – le obedecí. Me volvió a enterrar en su entrepierna mientras esparcía mi escupo en mi ano. “Por aquí igual te la comís rico?”. “Por donde querái. Esta noche soy tu perra.” – Le respondí. Algo de malicia brilló en sus ojos. “Ah sí? Y te querís comer con el culo?”. – “siii”. “Date vuelta.”
Me puse en 4 dejandole ver todo mi culo. “Ohhhhh, que rico.” decía mientras metía sus dedos. Continuó así por un rato hasta que no di más. “Metemela por fa.” – nada más que decir, escupo en el miembro y empezó. Estaba tan dilatado que no costó nada “ohhhhhhhhhhh, hueon que rica esta huea. Estái calentito y apretado. Riiiico.” – y empezó a moverse. “Te gusta?” – preguntó. “Ohhh hueon, siii”- “Qué te gusta?” – “Tu pico.” – “Dónde?” – “Dentro mio”- “ohhhh y como te gusta?” – “Hasta el fondo”. Y la metió toda. “Así?”.- “siiiii, metemela fuerte.” – “Saliste goloso.” – me dijo.
“Hueon, soy tu perra esta noche.” .- le dije. Se calentó más. Me puso de pie mirando hacia abajo en el balcón y me empezó a dar duro. Su caderas y mi culo aplaudían de una forma exquisita hueon. Yo estaba en la gloria. “Me voy a ir luego”.- me dijo. “Yo igual.” – con una mano me giró la cara hacia él y me dio el medio beso con lengua, y con la otra me empezó a pajear. “Lléname de leche.” – dije en un respiro de ese beso exquisito. Empezó a moverse más rápido, a respirar más agitado. De pronto sentí la explosión dentro mío. El primer chorro en mi culo y su mano pajeandome hicieron que yo también acabará. Seguía manteniendo mi rostro cerca del suyo, respirando agitado, moviéndose. Su miembro aún palpitaba y me seguía llenando. Descansamos un rato apoyando nuestras frentes, no quería que saliera de mi. Se acercó y me dió un beso con lengua exquisito. “Te dejé lleno”. Me dijo. La metió un poco más hasta que quedo algo flácida y la sacó. Arreglamos todo y nos fuimos a dormir. “En puro boxer, te molesta?” – pregunte. “Duerme en pelotas.” me dijo. “Quizás hay segunda vuelta.” .- dijo en tono de talla. “Estaría bueno, así puedo probar tu leche. Para no quedarme con las ganas.” – nos reímos y nos quedamos raja.
En la mañana, desperté antes que él. Estábamos ambos duros. Pero yo solo quería admirarlo en pelotas en mi cama. Mi sueño hecho realidad. Cuando despertó y cachó que estaba despierto, agarro el miembro y me miró. “Desayuno?” – me dijo. No se diga más. Se la comí con más dedicación que la noche anterior. Saboreando cada centímetro. “Oye, me dejai culiarte un rato?” – Me senté sobre él. Y me moví lo mejor que pude, lo tenía dentro mío, gozando, gimiendo en mi cama, mientras me culeaba. Me culio un buen rato, pero paramos cuando cachamos que hacíamos mucho ruido (las piezas están cerca). Menos mal habías salido limpia, así que un escupo y paja. “Oye, pero ponte de rodillas. Quiero ver como te dejo la cara con leche.” – Me dijo. Puse mi mejor cara de “espero ansioso tu leche”, porque en realidad era así. “Ohhh me voy a ir… ohhh.. Ohhhhh. Ohhhhh…..”. Los chorros me cayeron el la boca y cara. Pero yo nos los quería en la cara, quería cada gota de esa elixir. Me quería sentir su perra, siempre dispuesta. O por lo menos que un mensaje así se llevase. “Ohhhh culiai super rico”.– decía mientras recogía las gotas de semen de mi rostro y los llevaba a mi boca con su miembro.
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