Ares, pajas y porno I

Al Victor lo conocí en primero medio, era un imbécil, así que no nos llevamos muy bien los primeros años. Teníamos personalidades muy distintas, mientras yo soy tranquilo, quitadito de bulla, este cabro era un loco, le gustaba llamar la atención, el payaso del curso, florerito de mesa, me apestaba.

No era pesado, para nada, solo que éramos muy distintos, no teníamos nada en común. El jugaba a la pelota en los recreos, yo me quedaba en la sala discutiendo la Romane con mis compañeras. Tampoco era feo: bajito, de pelo castaño, moreno, delgado, ojos cafés, nariz algo respingada y con un poco de pecas. Tenía carisma y el don de la palabra, siempre que se metía en problemas, se salvaba conversando con la inspectora. Me cargaba que se saliera con la suya, debo confesar que quería que lo pasará mal, el tiro me salió por la culata eso si.

Ese último año de colegio fue intenso, caí enfermo y estuve con terapia durante mucho tiempo, falte por varios meses, así que tuve que repetir. Me deprimí más de lo que ya estaba, pero filo, un año más ¿qué más da? me voy a concentrar en salir y chao. Aunque claro, mis amigos ya pensaban en qué universidad iban a estudiar o en qué Pre entrar. Paja.

Ese primer día de clases fue duro, no conocía a nadie, pero entre la multitud apareció el Victor, me saludo afectuosamente como si fuéramos los mejores amigos. Supongo que estábamos atascados, juntos un año más, así que preferiría tener gente conocida. Nos sentamos juntos, se  me pegó de inmediato. Entre más hablamos, más me daba cuenta de las diferencias que nos separaban, pero a pesar de ello, nos hicimos amigos.

Pero me daba desconfianza, así que para alejarlo le confesé que era gay, solo me respondió: “mejor, más minas pa mi”. Este hueón además era mentiroso por excelencia, le gustaba vanagloriarse de que se había culiado a la hija universitaria de la directora, que tenía como dos pololas en dos colegios, claro, yo no le creía, pero todos los demás cabros lo miraban como un winner. A mi no me engañaba, pero ¿sabes? es tan divertido escuchar a un mentiroso mentir, ver como máquina historias falsas, y seguirle el juego, me gustaba escucharlo la verdad, además daba detalles de cómo lo hacía y algo de morbo pasaba allí, era muy explícito.

Era muy estúpido, porque de pronto este tipo era el único amigo que me quedaba, era el único con el que conversaba por MSN en las noches y te juro que me alegraba el día, con todas sus mentiras y tonterías. Cada día que pasaba lo miraba de otra forma, se me aceleraba el corazón pensar en él y varias pajas fueron imaginándonos juntos.

Al Victor no le iba bien en clases, en especial en matemáticas y se venía una prueba coeficiente 2 en el calendario. Me contó que esto lo tenía mal, que no podía repetir de nuevo o lo iban a obligar a hacer el servicio militar. Le dije que podíamos estudiar juntos un día después de clases, le pareció buena idea.

Ese día salimos un poco más temprano. Nos fuimos caminando hasta su casa, estaba más lejos que la chucha y era la media casa. Su mamá trabajaba, así que solo estaba la nana, pero pasaba la mayor parte del tiempo en su cuarto. Vivía solo con su mamá, sus padres eran divorciados, y aunque no se llevaban mal, no tenían una buena relación, solo era el proveedor y vaya que preveía ese caballero.

Llegamos a su pieza en el segundo piso, tenía baño propio su cuarto, una tele gigante y un play 2. Prendió el computador y se empezó a desvestir de inmediato, se quedó con la camisa abierta y en boxer mientras ordenaba algo y me hablaba de cualquier cosa. Yo no pescaba, prendí la play. Se quitó el boxer y quedó en pelota, me tiró su ropa interior como hueaviando, la tiré para el lado asqueado, el hueón seguía en pelota y se paseaba por todos lados buscando la toalla.

No le di mucha atención, ya lo había visto mil veces en pelota, en los camerinos, en las duchas, conocía su anatomía. Le gustaba estar en pelota a este hueón, tenía los cocos enormes, pero el pico no tan grande, aún así era más que el promedio de mis otros compañeros, así que siempre pensé que era una hueá de heteros primitivos, compararse las hueas y pasearse como un pavo real, no sé. Pero era brigido con el Victor, cada vez que tenía una oportunidad, este hueón se desnudaba,  por ejemplo, una vez cuando íbamos de paseo a una piscina se tiró pilucho, lo retaron cuando llegaron las chicas del otro curso.

Me había pajeado con esos recuerdos de verlo pilucho, tantas veces que ya lo había desgastado, y aunque ahora era distinto, porque solo eramos los dos, no me interesaba tanto. Rico sí, pero pico.

Salió de la ducha como a los 20 minutos, toalla a la cintura, se la quitó rápido y se empezó a secar, lo miré de reojo y caché que tenía el pico semi-erecto, quizás se había pajeado en la ducha, no sé. Se puso la toalla en los hombros como bufanda y se sentó al lado mío al borde de su cama, todavía sin ropa, agarró el otro control y seguimos jugando un buen rato así.

Le dije que se vistiera el incidente culiao. No me hizo mucho caso, se probó una polera y siguió buscando más ropa, no tenía nada limpio, su pieza era un desastre, así que se quedó varias horas más solo con la polera, más encima era corta, así que le veía toda la parte de abajo de los cachetes. Me preguntó si me quería duchar también antes de estudiar, le dije qué pa qué. Se río no más.

Nos fuimos a su computador para buscar parte de la materia que teníamos que estudiar, pero no llegamos a eso, en cambio abrió el Ares (es programa para bajar canciones, películas y mucho porno).

Al parecer tenía una película porno bajando hace rato y recién se había bajado, así que le dio play, le dije que no lo hiciera, solo me respondió que igual me iba a gustar porque tenía los medios picos. Ok, sentí curiosidad, puso la huea, y era una porno como brasileña, minas con potos gigantes, y hombres de picos enormes, me quedé helado, porque igual veia porno, pero puta, en mi casa era difícil, por la conexión y porque era un computador compartido,  me daba vergüenza, viviía a puro FilmZone, pero allí no mostraban picos, ni sexo gay, era softporn hetero, pero aquí… oh dios, me calenté de una.

El hueón se pasó la mano por la boca, se escupió y se empezó a masturbar al lado mío. El culiao necesitado, pero puta, yo me veía en las mismas, me empecé a sobar por arriba del pantalón, los hueones de la película eran musculosos, bronceados y con picos que jamás había visto, en una se agarraban a una chica entre dos, por vagina y ano, no entendía nada, pero no importaba. Ni me fije que este otro hueón se jalaba el ganso justo al lado. Noté que tenía una técnica distinta a la mía, me llamó la atención eso, sus pajas eran más suaves, no tan rápidas, más bien se apretaba bien el miembro y bajaba lentamente, se veía hermoso debo reconocer.

Lo miré a los ojos,  me miró, me guiñó un ojo y filo, me desabroche el pantalón, me la saqué y comencé a aplicar, cada uno concentrado en lo suyo. Unos minutos después, sentí que este hueón gemía un poco más fuerte, se acomodó, se tiró la polera para atrás y acabó en toda su panza plana. Hueón, te juro que no quería acabar ahí, onda, tenía pensado ir al baño, como una persona normal y acabar ahí, pero verlo eyacular, hueón, ni lo pensé, eyacule a los dos segundos después, encima de toda mi ropa, quede sucio pal pico, me saltó caleta de leche. Se río caleta de mí, se sacó la polera y me la pasó para que me limpiará. Se tiro en la cama pilucho, agotado.

Yo me limpie, fui al baño e intente quitar las manchas. Regrese y seguía allí, tirado, con el poto al aire, creo que se quedó dormido. Debo confesar que me pasaron muchas cosas, quería puro agarrarle el poto, pero me contuve.

El hueón se levantó como a los minutos, se puso una ropa sucia que tenía y por fin pudimos estudiar algo. Me fui como a las 9 de su casa, después de tomar la once que nos preparó su nana.  Nos despedimos en la puerta de su casa, me apretó los genitales y me dijo: ”estuvo rico”. Estuvo mejor lo que pasó después para serte franco.

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