Sega Genesis: La Otra Parte
Nico culiao, ¿por qué tenía que cagarlo todo? el hueón tonto, me da tanta rabia pensarlo ahora, porque lo quiero mucho, pero… ¿qué chucha le pasó?
Con el Nico nos conocimos de chicos, era mi vecino del pasaje, el único cabro de mi edad en la villa y mi mejor amigo durante todos esos años. Nos volvimos terrible unidos cuando cachamos que ambos teníamos una Sega Genesis, de esas dónde jugai con el Sonic, pasábamos horas jugando con la huea.
Siempre supe que era un cabro especial, así como rarito, no era igual a los otros, se notaba más sensible, no jugaba mucho a la pelota, lo intentaba, pero se notaba mucho que no lo disfrutaba. Algo me decía que era fleto, pero como que le costó salir del closet, la verdad ni me importaba, era mi amigo, como un hermano.
Veíamos porno cada vez que podíamos en su compu, cada vez que su vieja salía a hueviar. Muchas veces hasta bajábamos virus con el Kazaa, de puro calientes. Te confieso que siempre me dio morbo esa hueá, pero no me cuestionaba nada, ¿pa’ qué?
La verdad es que me gustan las minas y desde chico. Perdí mi virginidad como a los 16, con una compañera que iba muchos cursos más adelante y desde ahí no paré. A diferencia del Nico, que no le conocíamos a nadie, ninguna hueona, nada, pero era obvio. Nunca quise presionarlo mucho, le presentaba amigas, y amigas fáciles po’ hueón y nada. Así que paré de hueviarlo.
Creo que esa hueá hizo que saliera del closet, no sé, lo vi tan triste, tan acabado, creo que creía que yo le iba a pegar o no sé qué después de eso, pa’ na’, no le di importancia.
Fue durante esos días que me quede solo en casa, mi vieja y mi hermana chica se fueron al Temuco a cuidar a mi abuela.
Así que para pasar la pena, nos hicimos cagar la casa a puro carrete, durante una semana completa. El Nico era mi primer invitado, siempre llegaba primero y me ayudaba a ordenar después. Me gustaba sacarlo de su lugar de confort, y parecía disfrutarlo, encajaba bien con mis amigos, igual lo observaba mirándole el paquete a más de uno, me daba risa, pero no le dije nada.
Ahí fue cuando comenzaron mis problemas po. Una de esas noches llegó la Pilar, una morena hueón, te morís, tetona, potona, caderas ancha, era como una actriz porno, no sé, como la pops, la de ese grupo culiao ¿cómo se llamaba? ¿Axe Bahia? No sé, pero era igualita. La hueá es que esta hueona estaba pololeando con el Jerry, onda, por años. Un hueón x, que en verdad no importaba. La huea es que me calentaba la sopa brígido. Nos íbamos a la cocina, me rozaba el pico con las manos como de accidentalmente, oh hueón, te morís.
Al Jerry lo conocíamos de las pichangas del sábado, era amigos de otros hueones con los que jugábamos y era conocido… por tener el manso pico. Lo molestaban por eso, de puros envidiosos creo. No es que yo este mal equipado, pero este huéon era un burro, onda literal.
El asunto es que si esta otra pololeaba con Jerry, ¿qué podía ofrecerle yo? no sé, me sentí como inseguro. Así que le pedí al Nico, a modo de broma o quizás no tanto que me ayudará a ¿medir? no sé, estaba muy curao’ hueón.
La hueá es que me dijo que la tenía grande, y si este que era fleto me encontraba bien, bueno, estaba listo entonces. La hueá es que luego que se fueron todo, me fui con la Pili pa’ mi pieza y culiamos po.
La hueona rica, se sentía como una sirena, suavecita, sus tetas olían tan rico, su zorra jugosa depilada también, era aguerrida mi comadre. Lo chupaba mal eso si. Pero no importo en verdad, se puso en cuatro y hueón, le dimos, le dimos hasta hacernos mierda, luego me montó tan rico, se movía como Shakira arriba de la tula. Terminamos usando una caja de condones entera.
Ya en la mañana, despertamos, yo con el pico parado y esta otra ya me la chupaba medio durmiendo, me puse el boxer y salí al baño para tirarme agua y a ver si encontraba otro condón y nada, solo me encontré con el Nico, hablamos rápido y volví a mi pieza.Me esperaba en cuatro, al borde de la cama, me baje el boxer de una y chum pa dentro, seguimos dándole, ahora sin condón eso sí. Gemía tan fuerte, lo que me calentaba más y le acabé adentro, error. Pero la gozamos tanto. Cuando ya nos cansamos, salí a ver si seguía el Nico y me lo pille en el sofa con el pico afuera, se nota que se había pajeado, lo encontré tan re tierno, hasta me calentó un poco que se hubiera pajeado por lo que escuchaba, me dieron ganas de invitarlo.
Y la hueona era insaciable, esa semana entera se quedó en mi casa, la recorrí completa, la chupe la zorra como su pololo no lo hacía, hasta le comí el hoyo, la hueona le encantaba, y además conseguía que hiciéramos casi de todo, no prestaba el chico no más, pero pico, pa qué tan ambicioso. Mi pico era el más feliz y destruido, hasta que su pololo cachó que algo pasaba, alguien le contó, hasta ese día no tenía idea quién.
Así que nos despedimos, se fue corriendo. Apenas caminaba. En fin, ese día me quedé solo y me sentí tan solo. Onda, solo con mis pensamientos, no son muchos, pero puta que me sentí solo. Haciendo aseo al otro día encontré mi antigua consola y me acordé de las tardes que pasabamos con el Nico jugando con esa hueá, jugando a las luchas y me dio nostalgia. Lo fui a buscar a ver si quería acompañarme. Pensé que me diría que no, porque lo tenía medio botado y este era medio sensible, pero aceptó a la primera.
Pasamos al súper a comprar algunas cosas y nos pusimos a tomar, a tomar y a tomar. Cachamos que la hueá del SEGA estaba más malo. Así que conversamos no más, hablamos, hablamos, luego jugamos a las luchas como par de hueones. No sé, de puro malo, pa’ molestarlo, empecé a quitarle la ropa, yo igual, a ver si lograba excitarlo, no sé, una parte de mía le gustaba esa hueá, que me sintiera, le agarraba el pico a ver si le provocaba una reacción y sí que conseguí una.
Nos quedamos mirándonos y este huéon me chantó un beso de la nada. No estaba preparado para nada la verdad, pero puta, tampoco es que lo rechace po. Te juro que me hizo corto circuito. Se acercó de nuevo para buscar otro beso y me tiré para atrás, él lo interpretó como rechazo y se puso muy nervioso, se fue a la puerta, pero alcance a detenerlo, fue puro instinto, y con puro instinto lo detuve con un beso bien caliente, lo agarré con fuerza, lo tiré para arriba, lo tome con mis brazos y lo lleve a la pieza.
Siempre sentí una parte de mi, muy dentro que estaba intrigado, que quería probar cosas nuevas, pero nunca me atreví, y si lo iba a intentar, sería con mi amigo Nico, teníamos tanta confianza, tanto cariño que se sintió tan natural, raro pero rico.
Llegamos a la pieza, lo tiré sobre la cama y seguíamos besándonos, tocándonos todo. Para mi era todo nuevo, sentía su barba y me picaba, sentía que podía ser todo lo rudo que no podía ser con la Pili por ejemplo. Sentía que se me salía el corazón, pero me sentía vivo, caliente y desconcertado al mismo tiempo, como cuando perdí la virginidad por primera vez. Era la misma sensación. Sentía todo nuevo.
Nos desvestimos con locura. Nos rompimos la ropa, queríamos sentirnos nuestros picos piluchos peleando, el mío era más grueso, pero tampoco estaba mal el cabro. Él se notaba ansioso, igual que yo. Bajó y me la chupó un buen rato, era increíble su técnica, se lo podía tragar de una y no tenía miedo a chuparme las bolas y más abajo, era seco el cabro. Intentaba no verlo directamente, me ponía incomodo, ¡era él Nico chupándome el pico! obvio que era raro y morboso. Se pondría mejor eso si.
La agarré su potito, era chiquito, pero bonito. Se puso en cuatro súper rápido y lo contemplé un buen rato, le abría los cachetes para observar su hoyo, todo muy nuevo pa’ mi. Cachaba que si quería penetrarlo tenía que lubricar bien. Un escupo basto, no quería seguir esperando. Se acomodó mejor, dejándome toda su humanidad a mi servicio, dirigí mi pico en su poto y comencé a presionar lentamente, sentía como iba entrando lentamente y como se quejaba el Nico.
Llegue hasta el fondo apenas, estaba muy estrecho, tan caliente, tan distinto a la Pili, no mejor o peor, distinto, rico, novedoso y excitante. La saqué despacito y repetí hasta que se sintió cómodo para meterle chala y sí que lo hicimos.
Sentí que este hueón se restringía, no gemía como quizás él quería, así que lo motivé, metiendo el pico más fuerte, hasta que la gozará tanto que no pudiera contenerse, y así lo hice, golpeando sus cachetes con fuerza, metiéndole el pico a fondo, terminó como mi perra, con su hoyo bien dilatado, satisfecho, bien cuidado. Era una huea muy primitiva, pero tan rica.Hasta se la chupe un rato, pero como que no me convenció mucho el asunto la verdad. Me costó.
Me sorprendió caleta el Nico, jamás lo imaginé así, pero ahí lo tenía, arriba del pico moviéndose con todas sus fuerzas, sintiendo mi pico dentro y profundamente, se movía tan rico, tan apretado, tan masculino. Le tomaba de sus caderas para guiar su movimiento, tan en sincronía. Paramos un rato porque me dolía, pero no pasaron ni cinco minuto y le seguimos dando.
Esta vez a lo misionero, con sus patas bien pa’ atrás. Estaba listo para acabar, pero quería seguir estirando el chicle, quería más de él, más y más. Pero ese hueón se las mando, me dijo una huea como “acábame dentro” o algo así, y no aguante, le termine llenando todo el culo con leche.
Fue tanta la carga, que me derribe encima del Nico y nos quedamos allí, toda la noche, despertamos tarde. Nos vestimos, tomamos desayuno y empezaron a aparecer los primeros remordimientos, producto del miedo, la ignorancia, no sé. Intente no hablar de la huea, el tampoco lo hacía, hicimos como un pacto, de no volver a hablarlo, cuando por dentro me moría por hacerlo de nuevo, de todas las formas posible. Idiota.
Nos despedimos como a las 12, quedamos en ir al Persa al día siguiente pa’ ver si podíamos conseguir un SEGA nuevo, pero no pasó nada.
Ese mismo día me llamó la Pili para contarme que estaba embarazada y que lo iba a tener. Se me vino el mundo abajo, no sabía qué chucha hacer, solo atine a escribirle a este hueón del Nico, ahí todavía no sabía que me había traicionado.
Comentarios
Publicar un comentario