El Maestro II
Más encima, el hueón nunca me pidió los boxer que había dejado en mi casa, los recibí como un regalo de los dioses, los usé para pajearme hasta que perdió el olor, creo que todavía los tengo ahí guardados (ok degenerado, sí).
Así que comprenderán mi entusiasmo cuando caché que mi vieja lo contrató de nuevo para hacer un trabajo en el baño, era más chico, cambio de unas lozas, pero luego cacharon que había problemas más graves en el baño, así que cagamos. Estuvo con nosotros un buen tiempo.
El primer día que llegó fue la felicidad máxima, no había pasado mucho tiempo, pero lo vi más corpulento, con un bigotón, no sé, más peludito, más rico, más hombre, más ay dios. Más encima llegó tan feliz como de verme, o así lo quería ver. Lo mejor fue que mi vieja seguía con sus turnos tarde-noche, así que en las tardes hablábamos un rato y luego desaparecía dejándome caliente.
Una de esas jornadas, el hueón me pidió la ducha porque tendría otra cita. OK señor citas. Le dije que ningún problema, solo que la puerta, la había quitado (necesitaba quitarla para hacer un cambio, no sé) y la cortina de la ducha no estaba, había un poco de desorden, pero no le importaba, le pase una toalla y me fui.
Ahora inventaba viajas a la cocina para verlo, y hueón, el tipo sin vergüenza, ahí todo en pelota, duchándose con la ducha teléfono. Me preguntó sobre si cachaba algún lugar de sushi, pa’ llevar a esta cabra, así que le di algunas recomendaciones mientras trataba de no mirarle la pichula directamente, o lo hacia cuando se pasaba el agua por los ojos.
-¿La misma chiquilla de la otra vez?
– Mmm nah, otra po’, la otra me aburrió, muy cartucha…
– Ah chuta, exigente el maestro eh
– No, pa nah, pero soy caliente po jaja y tu? tenis polola?
– Eh… sí, obvio…. – le mentí descaradamente
– y ¿cómo se llama? – me preguntó justo cuando se pasaba todas las manos por los cocos jabonosos.
-Se llama…. Karen, sí, Karen, llevamos como 3 meses…
-Nah, el hueón mentiroso – se rió de mí, en mi cara el patudo.
-Jaja en serio –
-Amigo, no mienta, no ve que diosito se enoja, si a ud se le nota lo… ud sabe.
– ¿lo qué a ver?
– Pucha, ¿fleto? no quiero faltarle el respeto
-No no…. bueno sí, un poco
– ¿un poco fleto?
– Bueno, bastante…. – y nos reímos
-Está bien po, más minas pa mi po, así lo veo yo…
-Jaja es una buena forma de verlo.
-¿Y eres virgen? siguió el interrogatorio, sabía que esto iba para algún lado, así que le mentí.
-Sí, la verdad es que sí….
-¿En serio? yo pensé que para ustedes es más fácil culiar
-Sí, para muchos sí, para mi… no la verdad.
-Pucha socio, ¿entonces nunca ha aplicado conferencia?
– ¿Cómo?
– Jaja, chupao pico po
-Ahhhh no – Me sonrojé heavy y lo notó.
En este momento el hueón salió de la ducha y se comenzó a secar, quería irme para no ser tan evidente, pero pico, ya me descubrió, así que lo iba a seguir espiando care raja y el hueón cacho y no le importó.
-¿Y te gusta lo que vei? – me preguntó mientras se agarraba el paquete
-No te voy a mentir diciendo que no…
-Jaja – Tomo su celular, hizo una mueca como de enojado y me miró de nuevo
-Puta la huea, la maraca me canceló…
-Pucha, ¿suelen hacer eso?
– A mi no…
Se puso el slip, una camisa igual de fea que la anterior y como que se le prendió una ampolleta. Me quedo mirando un rato.
-Así que nunca hay chupado pico ¿no?
– No…
– y me dijiste que te gustaba lo que viste ¿no?
-Sí
-¿No querís aprender a chuparla?
-Eh…. ya po, pero…
-Necesito vaciar los coco hueón ¿tu mamá no va a llegar luego no?
-No, no, tranqui, falta – le mentí
Fuimos hasta el living. Se sentó en el sofa, con el slip todavía puesto y la camisa abierta. Se sentó, se fumo¡ un porro, sacó su teléfono, puso unas porno y me dijo: ataque.
Yo sabía cómo, pero me hice el pavo. Lo primero que hice fue pasar mi lengua por encima de su slip, sentir su aroma, aunque estaba limpio, aún olía a pico, recordaba todas esas pajas pensando en su pico y ahora lo estaba lamiendo por encimita, con mis dos manos le agarré las hueas y se lo saqué, el se levantó para poder sacarlo fácilmente.
-Eh… así, comete la cabecita primero, eso…. -me pedía el Lucas.
El hueón como que se turnaba en darme direcciones, fumar y ver su porno. Era un cerdo, se escuchaba como gemia las locas de sus videos, mientras yo trataba de hacerle parar el pico, costó harto fijate, pero sentir su pichula blanda y sentir como crecía en mi boca, era lo mejor.
Se la agarraba con las dos manos para que se sintiera poderoso y eso le gustaba.
-Eso, así, despacito – me tomaba por la cabeza y controlaba la velocidad en como me devoraba su pico, amaba eso – Escúpelo, mojadito, eso…
Varias veces me hacía chuparsela hasta el fondo, era difícil respirar, pero pico, estaba cumpliendo la media fantasía. La sacaba solo para besarla por fuera, por recorrer todo su tronco, jugar con sus bolas, oler su humanidad. Al rato ya tenía la mandibula cansada, pero no quería parar.
Agarré confianza y ahora le agarraba la guata, lo toquetaba entero, el solo respondía con una cara coqueta, así como “oh el culiao hueco, pero sigue”. En una de esas cache que me estaba grabando, lo deje, total, después le pedía el video. Me hacía verlo, y decirle que tenía rico el pico, que era grande, y puras hueas, me sentía tonto, pero habría hecho todo lo que me hubiese pedido.
-Ya conchetumare, estoy listo, abre la boquita – me ordenó el Lucas, obedecí de una.
El culiao no me achuntó a la boca, pero varias gotitas de su semen cayeron a mi lengua, la mayoría llegó a mi cara, mis mejillas, mi frente, hasta borbotear de mis labios. El hueón me agarró de la cabeza y me pidió que se la dejará seca.
Gimió tan rico cuando acabó. yo no quería soltarla, se la chupe flácida un buen rato después, hasta que me paró.
-Oye que te veí bonito así…. – y saz me tomó una foto con toda su leche en mi cara.
Se terminó de vestir, yo me fui a limpiar la cara, en eso justo llegó mi vieja, se saludaron, sin cachar lo que recién había pasado y se fue a la cocina, yo me apure para ir a despedirlo. Le pedí que me mandará los videos y las fotos, y lo hizo ahí mismo.
-Nos vemos mañana po, quizás ahí me prestí este otro – me dijo eso mientras me dio el medio agarrón en el culo y se fue riendo, cagado de la risa.
Yo impactado quedé po, ¿mañana qué? ¿mañana me toca? conchetumadre…
Lee la tercera parte aquí
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