El secreto de Alex
¡Qué lata! Ese jueves tenía demasiado trabajo, luego de una semana súper ajetreada y todavía me quedaba el viernes. Salí super tarde de la pega y aún tenía un compromiso al que no podía faltar: el cumpleaños de mi mejor amiga, la Karen. Me era imposible decirle: “hey, estoy enfermo, no puedo ir”, no, no señor. Así que se me ocurrió llegar temprano, saludarla y luego partir temprano a descansar. Había reservado un bar en el barrio Italia, estaba por entrar cuando recibí un mensaje de parte de ella: - “Oye, voy llegar un poco más tarde, y el Axel ya llegó, podis entretenerlo un rato?, te va a caer bieeeeeen, nos vemooos”. No me sorprendía para nada, siempre llegando tarde a todo, incluso a su cumpleaños, y más encima tenía que conversar con gente que no conocía mientras esperaba, atroz. La Karen siempre se hacía nuevos amigos, era difícil mantener el ritmo a esa chica. Le respondí un “ok” y entré resignado. La mesera me condujo a la mesa de la cumpleañera, y ahí noté al Axel, no era nada...