Guardia de mi corazón
Ok, lo primero que me sacaré del pecho es: sí, sé que el titular es cursi ¿ok?, pero bueno, en parte, es lo más parecido a lo que me pasó... veamos ¿dónde comenzar?
Primero te contaré lo importante. Mi nombre es Nicolás, aunque mis amigos me dicen Nico, sí, original. Tengo 19 años, vengo de una familia del norte, me gusta el cine y el próximo año me gustaría estudiar enfermería, seguimos originales.
¿Cómo soy? Mmm eso es difícil de decir, la pubertad parece que no pasó en mi, soy bajito, y a pesar de que siempre quise desarrollar una barba, no pude (carita triste), lo bueno es que sin pelos en la cara, también significa sin pelos en el poto, lo cual es un beneficio interesante cuando eres este tipo de pasivo. Soy moreno, simpático, no creo que ser feo, feo, feo, a lo más soy muy normal, ah y bien potón gracias a dios y las sentadillas.
No soy mucho de gym, pero me gusta entrenar mi mejor atributo, mi culo, me gusta entrenarlo, aunque tanto tiempo en soledad me hacen preguntarme, ¿para qué? ¿Qué estoy logrando con mi vida? he pololeado, onda… ¿una vez? y fue con una persona mucho más mayor que me usó y me dejó serias cicatrices feas, me volví frío, cínico, ya no creía en el amor, por suerte tenía a mis amigos.
Mis amigos colas ❤️ ¿qué sería sin ellos? me apoyan, me dan diversión, buenos amigos. Acostumbran a contarme historias tan, pero tan calientes, que siempre me han causado algo de envidia. No es que no goce de la vida, pero estos la cagan. A veces creo que exageran. Yo en cambio soy un romántico, no me atrae la idea de andar tirando con desconocidos en lugares escabrosos, no es que sea puritano, ni nada, no juzgo a ninguno de los cabros por su vida sexual, pero… no sé, a mi no se me da la cosa, para bien y para mal.
En especial el Danilo, ese cabro sí que tiene historias para todo. Mi amigo más viejo, nos conocemos desde nuestras primeras pajas. A pesar de que una vez intentamos pololear, nos dimos cuenta que solo servimos para amigos, en especial porque el huea es un caliente de mierda, tanto que se ha cagado a todas sus parejas. De nuevo, no juzgo (o al menos lo intento)
Nos juntamos prácticamente todos los fines de semana, era como una tradición. En una de esas citas de amigo, me contó que se había agarrado a un viejito en un baño del mall.
-¿Qué huea Danilo culiao?- le dije conteniendo las ganas de reir.
-Pero hueón, estaba rico el viejo y tampoco es que era tan viejo…
-¿Qué tan viejo?
-¿Unos 50? se veía que era padre de familia y que su esposa no se la chupaba hace años.
-Uhhh qué pena
-Sí po, y ahí entro yo, a brindarle un servicio a la comunidad de viejitos calientes.
-Ok, si así quieres justificarlo…
-Tenis que intentarlo algún día po
-¿Qué cosa? ¿meterse con viejos?
- Cruising po
-¿Qué es esa hueá?
-Culiar en espacios públicos con completos desconocidos.
-Ok RAE, paso, pero gracias por la recomendación, a todo esto ¿en qué mall fue esto?
-En el Espacio de Provi
-Me estai hueando…
-No ¿por qué?
-El lunes entro a trabajar ahí po, en la tienda de té que te dije.
-Jajaja ¿me estaí? entonces con mayor razón, este baño es perfecto, está en el -1, súper escondido y tenis que darte una vuelta para llegar, y encima los water están como piolas, por el costado.
-Ok, gracias por el dato, pero nope.
-Hueón, intentalo, si vas en las tardes, al menos verás un show.
Me daba risa y curiosidad el asunto, incluso algo de morbo. Igual podría darme una vuelta, qué se yo, para ver qué decía en mi mente, nada más, pero rápidamente la idea quedó en segundo plano por la ansiedad que significaba el nuevo trabajo.
Ese lunes entre a la pega, y aunque estaba súper motivado porque necesitaba las lucas, tenía la misma cantidad de miedo en el cuerpo. Me recibió la Cami, quién se transformó en una gran amiga y una gran ayuda dentro del local. Me dio el tour, me enseñó todo lo que tenía que hacer. Ese primer día fue súper fome, no mucha gente va a este mall, así que la gran parte del tiempo estoy esperando clientes, la mayor parte del tiempo tiramos la talla con la Cami.
La semana avanzó sin mucho ajetreo. Uno de esos días partí al baño como siempre, pero me entró la duda, tenía uno más cerca, pero pensé “voy a conocer este baño degenerado del -1”, me costó encontrarlo, pero cuando llegué no había nadie, pensé que podía ser por la hora, igual me sentí aliviado, solo quería saber cómo era el lugar.
Me puse a mear en uno de los urinarios, eran poquitos, solo 3, había bebido muchísimo té, así que estuve harto rato ahí, tanto que llegó alguien más y pensé “ahhh cagué”, para mi sorpresa era uno de los guardias. Se puso a mear en el urinario de al lado y me dijo algo así como “hey” o “hola”, yo súper incómodo concentrado en lo mío, podía ver de reojo como se bajaba la bragueta y comenzaba a mear, lo escuchaba y mi corazón palpitaba de una forma extraña. Apenas terminé, me levanté y partí a lavarme las manos.
Me quedé harto rato en el lavamanos porque las manillas del agua no funcionaban bien, salía poca agua. El guardia se puso al lado de nuevo y se lavó las manos.
-Hola
-Hola- le respondí como mirando el piso
-¿Eres de la tienda de té nueva no?
-Sí… de esa.
-Ahh buena, yo soy Miguel, guardia del mall
-Sí, así veo
-Claro, el uniforme, qué tonto jaja un gusto
-Soy Nico, un gusto igual.
-Bueno, nos vemos por ahí - me comentó y se fue.
Miguel, como ya se dieron cuenta, era guardia, no llevaba mucho tiempo en el mall y era terrible rico, así como me gustan, se notaba que era mayor, pero no tan mayor, era fuertecito, pero no tan fuertecito, como grandote, era moreno, ojos café y no muy lindo, pero atractivo, sin barba hacia que se viera más joven, muy chileno, como me encantan.
El asunto es que el guacho me quedó dando vueltas en la cabeza ese día, pensar que meamos juntos, que estuve al lado de su pico afuera, en ese baño pervertido, llegue a mi casa a pajearme pensando en todos los escenarios que se me podían ocurrir, y eso que con menos de 2 minutos de interacción.
Al otro día en la pega, decidí ir al mismo baño de nuevo, a la misma hora para ver si me lo podía topar, pero nope, solo viejos que me tincaban cochinos, me devolví medio decepcionado a la tienda. Además que no lo podía ver en ningún lado, no ese día.
Hasta que llegó la tarde y entró a la tienda, saludo con su sonrisa de merme, Camila lo atendió, pero estoy seguro que quería hablar conmigo. Quería recomendaciones de regalos para su mamá, y ahí la Cami habló con él unos minutos, dijo que pasaría más tarde a comprar, cuando terminará su turno o lo podían retar, se fue como apurado, pero riendo.
-Está rico el guardia ¿eh? - comentó la Cami
-¿Sí? no lo noté - me hice el gil…
-Ahhh ¿Cómo que no? ¿estaí ciego? jaja
-No es de mi gusto en verdad - le mentí, no sé porque.
-Segurito, igual debe ser 0 gay, si no te has dado cuenta que se pasea harto por afuera?
-¿En serio? nunca lo he visto…
-La dura, lo he visto pasearse y mirando pa’ dentro unas 6 veces al día
-Es guardia, es su pega…
-Demás que sí, pero parece que le gustó ¿visto como me coqueteo cuando vino a “comprar”?
-Jajaja nah… estaí loca oye.
Me quedé pensando en lo que dijo la Cami, obvio que el hueón era hetero, así que filo. No le di más vueltas al asunto, total, yo venía a trabajar señores, necesitaba el dinero y no iba a aceptar distracciones, y lo más ridículo es que cuando más me convencía de aquello, lo veía pasar y saludar con su mano torpe y se me derretía el poto. Dios, ya basta por favor. Era lo último que necesitaba.
Las cosas empeoraron en mis intentos de mantenerlo al margen cuando nuestros horarios de salida coincidieron, me lo topé una vez en el metro y de ahí nos fuimos todos los días juntos. Vivía en La Florida y yo en Puente Alto, él se bajaba en Trinidad y yo seguía en soledad hasta Protectora de la Infancia. Nos íbamos conversando de mil hueas en nuestros viajes de regreso y cuando se bajaba en su estación sentía el vacío, me ponía mis audífonos y escuchaba música romántica. De cierto modo era algo que necesitaba, un amor platonico.
¿Cómo sabía que era platónico? bueno, en nuestros viajes hablábamos de fútbol, de LOL, de Breaking Bad, nada más hetero que eso. Por suerte mis hermanos mayores son todos heteros y de chico me enseñaron todo relacionado al fútbol, me obligaron a ver Breaking Bad, y aunque no juego LOL, me gustaba escucharlo hablar de ese juego.
Todo re piola. Hasta… hasta que me agregó a Instagram po. Bueno, no sé como me pilló, pero me encontró la cuenta. Si me sigues y ves mis fotos, en menos de un minuto me cachaí lo cola, si no te diste cuenta en vivo y en directo (es algo que se me ve), con mi Instagram te quitai cualquier duda. Tenía fotos mostrando la guata, con la banderita LGBT+, etc, todo muy indicativo de lo que era.
Igual esto es un camino de dos vías, el ve mis cosas, yo veo las de él en su Instagram, pero eran tan difícil descifrarlo, no tenía muchas fotos la verdad, muchas en familia con filtros malos, no era muy activo. Hasta que se me ocurrió ver sus seguidos y para mi sorpresa, no había nada raro por la chucha, seguía como 30 cuentas no más, todas sus amigos o familiares o conocidos, nada raro, ni sospechoso.
¿De qué hablábamos? no mucho la verdad y de puras hueas, me enviaba memes, pero eran como fomes, igual le escribía “jaja”, para que no se sintiera mal y me seguiría escribiendo.
Las cosas cambiaron muchísimo cuando me mandé una cagá cuática, la media plancha de mi vida. Bueno, imagino que como muchos de ustedes, tenemos agregado a nuestros “Mejores Amigos” en Instagram, a las personas a las que te quieres em… mostrar ¿No? hablo de cosas más explícitas a ver si cae algo ¿no? no me dejen solo en esto. La huea es que me tomé una foto tan linda en el baño, el poto se me veía increíble, como apoyado en el lavamanos, grandote, mi espalda también, así que la subí no más po, pero era súper tarde y me fui a dormir.
Al otro día me levanté con 20 mensajes distintos, me había equivocado, subí la foto a mis historias, pero no a mis “mejores amigos” y todos la podían ver. La borré de una y con miedo. Me escribieron hasta familiares celebrando mi poto, “¿qué huea?”, entre en pánico revisando los mensajes, hasta que vi uno del Miguel. “CTM” pensé. Abrí el mensaje pensando en “mañana renunció”, pero para mi sorpresa, era solo una reacción con emoji y una muy rara, era un: 😂.
Me hice el gil al otro día me lo tope en la pega como si nada. Nos saludamos pioalmente, igual no podíamos hablar mucho durante el día y a la vuelta no lo pude ver, me fui solo en el metro, pensando en la huea horrible, algo triste hasta que recibí un mensaje del hueón: “Me tuve que ir rápido, había cumpleaños en mi casa” y sonreí, todo estaba bien, creo.
Todavía no sabía cómo interpretar ese 😂 que me había enviado para reaccionar ante mi foto de trasero, pero creo que si habíamos pasado por eso y no le había dado color, tenía que volver a probar, así que me arriesgué y lo agregué a mis “Mejores Amigos”, subí otra foto similar, pero ahora encima de la cama y con unos jockstrap que me había comprado hace poco, nada de piola, muy explícita y a esperar. Recibí unos mensajes de unos amigos y conocidos, pero nada de el hueón, ni la había visto. Pensé en borrar hasta que me envió otra respuesta, esta vez creo que era menos confusa: 🔥y luego me cambió el tema.
Quedé más caliente después de eso. Me propuse subir fotos así más seguido, así que aproveché de tomarme más esa noche, cada vez más explícitas. Tenía que cerrar el trato.
Quite a varios jotes de mis historias y como que lo deje solo a él. Era mi único target. Pero igual me contuve, onda publiqué la siguiente historia cochina unos días después. Mientras tanto en la pega todo iba súper
Subí otra foto parecida y ahí recibí otra respuesta del hueón, pero esta vez fue:
Esos cambios de conversación me mataban, siempre hacía lo mismo cuando comenzamos a ponernos más, no sé, ¿íntimos? no sé, hasta que una vez, se rompió el ciclo:
Igual me había dejado desmotivado el hecho de que Miguel tuviera polola, pero lo que más me afectó es que justo esa semana se fue de vacaciones a Viña, y creo que con ella. Fueron dos semanas de pega más aburrida, de viejas en metro en solitario, de pajas sin fotos de él. Triste, porque tampoco me pescó mucho, solo imaginaba lo afortunada que era ella.
En fin, llegó el día de su regreso y estaba algo emocionado por verlo de nuevo, lo vi pasar por afuera de la tienda, pero en vez de mirar para adentro siguió de largo, como haciéndome la desconocida. ¿Qué estaba pasando? Tampoco me lo tope al final de la pega, me fui solo de regreso.
Pasaron varios días y cuando me topaba dentro del mall con él, solo me decía “hola”, un frío “hola”. Le escribía por Insta, pero era cortante o de plano no respondía. Me sentí pésimo y comencé a comportarme algo “psicópata”, espere a que entrara al baño y lo perseguí para poder hablar con más tranquilidad.
Lo pille meando, tierno, me puse al lado y le metí conversa.
-Hola po
-Hola… - me respondió fríamente.
-Oye, te noté algo… no sé, raro ¿pasa algo?
-No… nada
-Bueno, ehm.. cuando quieras hablar, aquí estaré.
-Ok- me dijo cortantemente.
Me fui a lavar las manos con un poco de corazón roto, él se puso al lado sin verme. Se secó las manos y se fue, esta ley del hielo me tenía al borde del quiebre, yo me quedé un rato, tratando de mantener la compostura. Me limpie la cara. Pensé que esto era una posibilidad y no podía estar triste por ello.
Cuando ya estaba mejor, salí del baño para solo toparme con el hueón de frente, sin entender mucho, me tomó de la mano con fuerza y me jaló para dentro, estaba dispuesto a pegarme y yo no comprendía por qué.
Pero me equivoqué, solo me empujo a uno de los cubículos y comenzó a besarme con fuerza. Yo solo no me resistí, no procesaba nada. Sus besos eran violentos, como que me quería comer, no besar, yo le agarraba la cara para calmarlo.
Nos quedamos de frente en frente, tratando de respirar para callados, escuchando nuestras respiraciones. Creo que le podía escuchar su corazón de lo fuerte que sonaba, me siguió besando y ahora corriendo mano con sus manos en mi poto, yo intentaba hacerlo, pero su uniforme era muy engorroso y grande, solo cache que podía frotar el pico por encima del pantalón, se soltó en gemido y nos soltamos cuando escuchamos a alguien entrar. Me dijo que subiera las patas a la tasa mientras esperabamos que se fuera. Pánico y calentura.
La persona hizo lo suyo y se fue, y nosotros cagados de miedo, como que nos reíamos no más en el baño.
- ¿Qué pasó hueón? jaja - le dije así como ansioso
- Nada… no sé po - me respondió mirando el piso
- Eso no fue nada po, ¿estás bien?
-Sí, sorry, es que ya no me aguantaba
Y wow, me bajó todo el amor de nuevo, ahora yo lo tomé de la cabeza y le di un beso pa que no se me arrepintiera nunca, un beso húmedo, caliente, sabroso, mientras le rozaba por afuera el pico, quería puro sacarlo del uniforme, pero era difícil. Paramos porque ya debíamos volver a la pega, esperamos un minuto para que se nos bajarán las erecciones y nos despedimos, me dijo que nos juntaramos atrás del mall para conversar después de la pega.
Y ahí lo espere un rato, salió ya sin su uniforme, con el pelo algo mojado y una sonrisa que era imposible de fingir. Creo que era un lugar seguro para él, nunca había nadie, onda nadie, nadie, tampoco era como pa’ culiar, pero teníamos más privacidad. Ahí me contó varias cosas, les costó abrirse pero finalmente lo hizo.
Resulta que en sus vacaciones con su polola, la hueona le leyó sus Instagram y vio nuestras conversaciones, pasó el penúltimo día de vacaciones, la hueona explotó, me contó que le pegó, lo trató de maricón y siendo que no había pasado nada, eran solo fotos. La hueona se devolvió sola a Santiago y les contó a todos sus amigos lo que había pasado, el pobre Miguel de pronto se quedó solo, la noticia llegó a su familia conservadora, quienes lo comenzaron a mirar feo. El trato solo empeoró esa semana, incluso me contó que se había decidido por irse de la casa, pero tampoco entendía mucho lo que le pasaba por su mente.
Es más, Miguel decidió irse de su casa, estaba viviendo con un amigo mientras esperaba encontrar arriendo en Santiago o cerca. Le dije que yo lo podía ayudar en todo y solo me dijo:
-No te preocupes, no te quiero molestar amigo, tu ya me has ayudado harto harto.
Y mi corazón roto se llenó de una, como que quería besarlo nuevamente, pero nos contuvimos. Nos fuimos de vuelta en metro, ya hablando de nuestras cosas del día, eramos como amigos, pero ese día sentí que podíamos ser algo más. Esta vez se bajó en Macul, dónde vivía su amigo y el camino a Protectora ese día fue mágico, seguíamos hablando en Instagram, pero ahora era distinto y se notaba.
La Cami al otro día siguiente incluso me tuvo que retar, porque pasaba mucho rato en el teléfono, pero cuando le contó todo el cahuín casi se fue de espaldas y me entendió.
Se me ocurrió hacer algo cochino al día siguiente, partí al baño, a nuestro baño a esas alturas y entré en uno de ellos, estaba completamente vacío, como era habitual, me bajé los pantalones hasta la rodilla, como para dejar ver mi culo y me tome una selfie desde arriba y se la mande a mi guardia po, onda como para que se avispara y pasará un ratito que sea. No pasaron ni 30 segundos y caché que me estaba dentro y buscándome.
Abrí levemente la puerta para confirmar 100% que era él y para adentro, nos besamos de nuevo, tan rico y calientes, como era más grande que yo, tenía que mirarlo hacia arriba, sus manos en mi cintura y mi poto ya descubierto me hacían sentir tan pequeño, como abrazando un gigante. Ya me había quedado claro que le gustaba mi poto y se notaba como jugaba con él, apretaba con fuerza, soltaba, acariciaba con ternura, tan caballero que era mi guardia, pero yo quería más que besos y agarramos.
Sin previo aviso me agaché, le intenté abrir el cierre, como era un uniforme complejo, solo le pude sacar el pico del boxer, costó. Hice que se sentará en al water, me arrodille apuntando hacia él y comencé a comer su pico. Tenía un olor fuerte, como a meado y a hombre, no me importó, estaba delicioso, algo peludo, de hombre, se lo chupe bien fuerte durante harto rato, quería jugar con sus bolas, pero el puto pantalon era imposible, así que filo, me concentré en su cabecita, la chupaba tan fuerte, se la escupía y todo, creo que la hice de oro, porque el hueón se fue cortado a los 5 minutos, onda, justo afuera de mi cara, me dejó todo el hocico con leche, hasta la mejilla, no me quejó, el hueón como que se fue en la palida, onda estaba terrible excitado, se agarraba el pico y lo hacia golpear contra mi cara, riendo, feliz, lo empujaba luego dentro de mi boca y yo obediente me tomaba su lechita caliente, ¿Qué mejor premio a la paciencia?
Se paró, se arregló el pantalón, se guardó el pico y me chanto un beso. Yo estaba acostumbrado a que los hueones activos acabarán y me dejarán así, tirado, pero Miguel era diferente, me siguió besando y rozando mi culo, onda ahora el hoyo era la víctima para que pudiera acabar también, lo hice en un minuto pajeandome, qué plancha, pero imaginate la calentura, deje todo mi semen en el water, el se río no más.
Nos arreglamos, salimos, nos lavamos las manos y antes de partir a nuestras cosas de pega, nos dimos un toponcito y nos fuimos a trabajar, la hicimos de oro, la pobre Cami estaba más enojada porque se había llenado la tienda como nunca.
Los días pasaron y yo quería ir un poco más lejos po, así que no recuerdo qué día, pero me preparé con cuática, no comí nada, para estar “limpio”, me duche y me “limpie” caleta, me puse el jockstrap debajo de mi uniforme, guarde unos condones y lubricante, e hice la rutina de siempre, pero esta vez en horario de almuerzo, pa’ tener un poquito más de tiempo.
Le dije que me esperará en el lugar de siempre, el hueón agarró papa al tiro, obvio, hombre. Esta vez él llegó primero, entré en el baño y ahí estaba, con esa cara de caliente menso, sabiendo lo que iba a pasar, entramos a nuestro cubículo favorito, luego de un par de besos (no había mucho tiempo) me bajé los pantalones, le deje ver mi culo, le pase un condón y lubricante, cachó al tiro pa donde iba la cosa. De nuevo, no se pudo bajar los pantalones, pero se sacó el pico y qué pico, se puso el condón, me esparció lubricante por el hoyo y comenzó a batallar para entrar en mi.
Ese día hacía un frío de mierda, tenía todo el culo congelado, pero aquí venía la vacuna de carne, la inyección de calor que necesitaba, como ya estaba preparado, su pico entró fácilmente en mi (¡gracias lubricante!), hasta llegar hasta el fondo y sentir su pubis chocando, qué rico el hueón. Por otro lado, sus manos en mi cintura y acariciando mi torso, mientras me besaba en el cuello y mordía levemente mis orejas, solo pensaba en lo triste que debía sentirse su ex polola ahora por lo que se estaba perdiendo, un macho entero.
Lo hicimos bien despacito por temor a llamar mucho la atención, pero ahí estaba yo, apoyado en la delgada separación del otro baño, siendo penetrado por el guardia del mall, heavy, cuático también como su pico se ajustaba tan bien a mi poto, con mi ex tóxico jamás la pasé tan bien, solo me dolía, ¿pero con Miguel? todo se sentía correcto, su pico en mi era lo que mi vida necesitaba.
Escuchamos un ruido y nos paralizamos, te juro que apreté el hoyo como nunca del miedo y me eché para’ atrás, fue tan fuerte que hice que se viniera el hueón, me di cuenta porque ponía una cara como de desperado porque no quería hacer ruido, oh la huea caliente, pobre cabro, luego que el ruido pasó, fue una falsa alarma, volvimos a la normalidad. Vi como el hueón se sacaba el condón llenisimo, y pa no dejarme así, se agachó y me la comenzó a chupar, tan tierno que era, le acabé en la boca sin avisar ya que como no había tomado desayuno casi me desmayo, y el hueón se sorprendió tanto que terminó escupiendo todo mi semen en el water, se rió y me pidió disculpas.
Salimos piolamente de nuevo sin causar sospecha alguna. Yo con el culo algo adolorido, pero me hubieran visto la cara, ese día entendí como nunca a los clientes, todo era mágico, todo era maravilloso.
Ese mismo día nos fuimos de nuevo juntos con Miguel, ahí conversamos en que no era buena idea seguir haciéndolo, al menos no así, debíamos ir a un motel para quitarnos las ganas en un 100%, de él fue la idea. Así que dijimos que el viernes siguiente iríamos a uno que él conocía en La Florida y nos quedaríamos toda la noche y ufff como espere ese día.
Obviamente nos guardamos todos esos días, y no hicimos nada más hasta que llegó ese viernes, me preparé como nunca. Llegó la hora de salir y la Cami me deseo suerte, como si la necesitaba. Le dije a mi mamá que me quedaría en la casa del Danilo, me creyó sin problemas.
Llegamos al lugar y el hueón se manejaba con todos los detalles, me encantaba verlo así, así como tan hombre,tan responsable y tan falta de vergüenza, yo pensé que le daría color, no sé... que lo vieran entrar a una pieza con otro hombre, pero no, el cabro pagó por una habitación con jacuzzi y una de las tías, súper profesional nos hizo pasar a nuestra pieza, que estaba en el segundo piso. Nos dejó unas bebidas de cortesía que ni pescamos. Apenas la señora cerró la puerta, esto se transformó en una batalla campal.
El se recostó en la cama y yo me lance sin esperar nada, quería sentirlo desnudo en su totalidad, cosa me que faltaba, le quite la polera y caché que tenía varios tatuajes, me calentó aún más el asunto, me quite yo mi camisa y nos empapamos el uno al otro, hasta quedar en pelotas, tocándonos hasta el alma, ahí el Miguel me tranquilizó, me dijo al odio: tenemos toda la noche, tranqui y se levantó para prender el jacuzzi.
Verlo caminar en pelota era maravilloso, verle ese culito moreno y peludo, una delicia. La huea se llenó super rápido y nos tiramos de una, estaba tan caliente el agua, pero no me importó, me tiré encima de él y bajo el agua me senté sobre su paquete, tanto besito, tanto manoseo, me pidió que me pusiera en cuatro en al borde de la tina.
-¿ya querís metérmela?
-Te quiero comer primero
-¿tai seguro? ¿Lo has hecho antes?
-No, pero con alguien tengo que aprender ¿no? o querís que le vaya a chupar el poto al del Taco Bell?
Nos reímos fuerte y me puse en posición, dejándole ver toda mi humanidad, a estas alturas estaba completamente vulnerable ante él, noté como se acercaba a mi, como un cazador, como me tomaba de los cachetes y los separaba para ver la entrada del placer, me rozaba los cocos y sin previo aviso, pum, su lengua me comenzó a recorrer todo el poto, lo que es todo, el hueón actuaba con desesperación, como si mi culo lo estuviera curando de alguna enfermedad grave (la heterosexualidad), me encantaba como me hacía sentir: necesitado por alguien.
Me comió el culo durante harto rato, hasta que me atreví a decirle si quería que se lo hiciera, se echó para atrás y como que no reaccionó de inmediato, solo me dijo que bueno, como que se paró, no se puso en cuatro, simplemente se paró, y filo, aproveche lo que tenía, le separé los cachetes y le comencé a lamer su ano, cosa que agradeció pajeandose, cada vez gemía más fuerte, hasta que le escuche “ahora entiendo harto”.
Igual nos sentíamos como acelerados, así que ni nos secamos y nos tiramos a la cama, yo saqué el lubricante, le dije que si él quería lo podíamos hacer sin condón, le cambió la cara de felicidad a felicidad x100, me puse en posición, o sea en cuatro, pero no le pareció, dijo que me acostara para arriba, que me quería ver mientras me la ponía, me beso en la frente, me tiró las patas para atrás para dar con mi hoyo y con harto lubricante comenzó a penetrarme.
El cielo amigos, el cielo mismo cuando llegó hasta el fondo, no era ni fuerte, ni rápido, era justo como lo necesitaba, se tiró encima mío y me besaba de vez en cuando para no perder el ritmo, no podía dejar de verlo a los ojos, me encantaba como gozaba con mi cuerpo, y yo con él, pero era mucho más que eso, no diría que era amor, pero algo parecido.
Lo detuve por un minuto, y para agradecerle le dije que lo montaría, creo que el hueón era demasiado virgen con hombres, porque no sabía que eso se podía hacer, pero le enseñe, se acostó y simplemente me senté en su pico, ahí seguía encajando como un puzzle perdido.
Me comencé a mover rapidito, de arriba abajo y cuando me cansaba, del lado para el otro, el hueón solo gemía, ya ni siquiera despacio, fuerte, como hombre y listo para ser deslechado, por eso agarré vuelo y comencé a pajearme y a moverme más fuerte, hasta que se fue cortado dentro y dios, su cara de placer era indescriptible, yo le acabe en el pecho también a punto de perder la conciencia. Nos quedamos un rato así, abrazados, cuando partí al baño, me detuvo, me dijo que me pusiera en cuatro, quería ver su lechita salir de mi poto, así que se lo mostré todo, el hueón se calentaba con eso y creo que yo también la verdad.
Uff, esa noche lo habremos hecho unas 4 veces antes de quedarnos raja tirados en la cama, llenos de semen. El se quedó dormido primero, como en mis brazos, le quede haciendo cariño en su pelo rígido por varios minutos antes de quedarme dormido también.
Nos despertamos casi al límite de la hora de salida, pero eso no fue un inconveniente para una quinta vez. Me lo puso en cuatro y con la prisa de salir rápido del motel, fue una de las mejores de ese día, como desesperados, su pico duro entrando y saliendo, mi culo ya bien suelto y abierto, fue la última vacuna de leche que necesitaba.
“Pa que te vayai bien llenito de mi a tu casa” me dijo antes de salir, y creo que jamás habían sido tan románticos conmigo.
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