Amigo futbolista II

Lee la primera parte aquí.

Esa noche me costó conciliar el sueño, mi mano palpitaba caliente pensando que había tenido el pico del Eric hace un par de minutos. Todo parecía un sueño, uno bien caliente. Me pasaba la mano por la cara, tratando de alcanzar ese aroma a pico, todavía me rondaba, todavía me calentaba.


Al otro día nos despertamos súper tarde, cada uno en su cama (obvio. Con algo de caña. Hablamos de los preparativos del partido, pero nada de la paja mutua que compartimos anoche. Tenía dos opciones, 1. se hacía el hueón o sinceramente no recordaba nada por lo borracho, cualquiera de las dos opciones me ponía nervioso, ¿tenía que comentarlo? mejor no, me lo iba a guardar.


Nos juntamos con los otros cabros pa’ almorzar. No existía un buen ambiente entre nosotros, nadie hablaba mucho, todo seguía con caña, quizás qué otras cosas se lamentaban en la mesa.


Esa tarde, perdimos por goleada el primer partido ¿y cómo no? Ninguno estaba en condiciones de jugar bien, nos fuimos a los camerinos bien derrotados, frustrados y molestos, pero claro, éramos los únicos culpables, aunque en mi caso era que no me podía sacar de la cabeza esa paja mutua, uff.



 El único que se veía alegre e intentaba subir la moral, era el Richi, quien en slip mojados se lanzaba discursitos lastimeros cursis, pero sin mucho éxito. Nos vestimos, agarramos nuestras cosas y volvimos al hotel.


Esa noche la teníamos libre, pero no quería nada. De la calentura pase a la culpa en un minuto, me estaba comiendo, pensaba en Naty, mi polola. Trataba de convencerme de que era una huea de hombres, de caliente, nada más.


 Los otros cabros salieron igual, incluido el Eric. Me quedé en el cuarto del hotel viendo tele, entrenando, haciendo cosas para distraerme.


 Como a eso de las 10 de la noche sentí que llamaron a la puerta, mi corazón comenzó a latir con fuerza ¿Eric había regresado? corrí a abrir la puerta, pero no era él.


Me sorprendí muchísimo al ver a la Marisol, viajó solo para darle una sorpresa a su pololo, se veía muy feliz, pensaba encontrarlo. Le dije que había ido a comprar algo y que lo iba a buscar, le pedí que por mientras se acomodará. Salí corriendo a la disco del hotel, me costó pillarlo y ahí estaba, bailando y comiendose a una hueona cualquiera, me enojo la huea, lo agarré del brazo y lo saqué de la pista.


-¿Qué huea hueón?

-Hueón, está la Mari

-¿Qué?- ya prácticamente le gritaba al oído.

-La Marisol hueón, llegó.

-Conchetuma…

-¿Dónde está?

-En la pieza po.


Nos fuimos corriendo pa’ la habitación, antes de volver, pasamos a la pieza del Richi (que de casualidad estaba en su cuarto) para que se lavará la cara y se cambiará la polera que estaba pasada a cigarro, enguaje bucal y lo dejamos listo. Partió para encontrarse con su amor.


- Te vai a tener que quedar conmigo parece - me dijo el Richi

- ¿Por qué?

- ¿Por qué creís? van a querer culiar po

- Ahhhh cierto, ¿y el Angelo?

- Se fue con una loquita a un motel parece

- Ahh el culiao … ¿y por que no estai abajo?

- Me dio paja jaja, además iba a ir a entrenar ¿apañai?

- Vamos po… - Cualquier cosa que me distrajera un segundo. 


Necesitaba sacar de la mente la escena de ayer y más aún, la escena con el Eric culiando con la Marisol, no sé qué cambió, pero ahora me dolía imaginarlo ¿me estaba pasando algo con el hueón? parece que sí, así que tenía que reprimir estos sentimientos de alguna manera, menos mal que estaba el Richi, pensé…


Llegamos al gimnasio del hotel y por la hora no había nadie, así que pudimos entrenar solos, un rato en las máquinas. Richi intentaba meterme conversa y le respondía medio cortante.


Después de una hora ahí cachamos que ya era bueno, así nos fuimos a las duchas, de un momento a otro el Richi desapareció un rato, comencé a desvestirme y me lo pillo de golpe, me asusté un poco, el hueón se rió y me mostró un pisco que se había robado. 


-Ya hueón, si no me vai a contar lo que te pasa por las buenas, será por las malas po - Tomó un sorbo y me pasó la botella.

-Ja ja, no… estoy bien - pero el hueón insistió y cómo le iba a decir que no a esa carita, así que tomé un sorbo y otro sorbo y otro sorbo…





Terminamos curados, sentados en el camerino del gimnasio del hotel, terminamos la botella entera, cagados de la risa por cualquier cosa, igual no logró sacarme nada encima, solo que me sentía nostálgico, le inventé un problema. Ni curado se me escapaba ningún secreto, era un mecanismo de defensa que aprendí de años de ocultar quién era.


Pero Richi no era cualquiera, tenía un poder distinto, esa sonrisa, esa energía. 


Nos dimos cuenta que ya era tarde, así que prendimos la ducha y como estábamos tan curados, no cachamos que seguiamos con ropa, terminamos empanados, entre risas se me acercó el hueón, al darse cuenta que no me podía sacar ni la polera, me ayudo, se me pegó súper cerca, me sentí entre incómodo y excitado, no separaba sus ojos de los míos, ya con la cara seria, se sacó su polera mojada, fueron segundos que parecían minutos.


No sé cómo lo hizo, pero me dio vuelta en esa ducha, me apoyé de los tubos. Su cara la tenía en mi cabeza,  comenzó a dar besos en el cuello y me derretí completamente. De pronto sentí su mano en mi paquete, el que comenzó a endurecerse rápidamente, me sacó lo que quedaba del short y quede ahí en pelota, con este hueón atrás, sentí que se apartó un segundo para quedar desnudo también.




Comenzó a frotar su cuerpo junto al mío, sentí como rozaba su pico en mis cachetes. Me asusté, así que me giré, nos quedamos mirándonos y apunté a su boca sin vacilar, nos besamos duro bajo el agua caliente, nuestros picos chocaban con violencia, entre más duro más rico se sentía, sentía miedo, pavor, descontrol, pero jamás quise parar. Mis manos estaban inquietas y recorrían todo lo que podían alcanzar, su cara, su pecho, sus pezones, su… pico.


Tenía una facilidad para darme vuelta, antes de que pudiera hacer algo, sentí que su cara se hundía en mi poto, eso bastó para que me relajará, su lengua en mi hoyo, dandome una chupada a lo maldito, tomándolo con las dos manos, agarrando cada cachete y tratando de separarlo para hacer espacio para su lengua. Conchetumadre, ya no me importaba nada, ni donde estábamos, mi cuerpo completo se electrocutaba. Se sentía tan rico, tan certero.


Perdí el miedo o quizás el alcohol hacia efecto.


Se salió de ahí, aunque no quería, quería que siguiera consumiendo de mi hoyo, pero se detuvo, se levantó y solo me dijo “te toca”, me agachó de forma inmediata hasta su pico, el que devoré sin esperar. Había tenido uno en la mano ayer, pero ahora era distinto, ahora lo sentía en mi boca, con todo su sabor, con todo lo que eso significaba, trataba de mirar pa arriba, pa ver si me veía y ahí estaba, con sus ojitos claros se dibujaban entre sus pechos marcados, gozando de mi boca inexperta pero entusiasta. Me sorprendió lo grande que creció en mi boca, era tremendo.


Escuchamos unos ruidos a las afueras y nos asustamos, nos secamos rápidamente y nos fuimos hasta el cuarto en toalla no más, teníamos toda la ropa mojada todavía. Llegamos hasta la pieza y nos arrojamos a la cama, de una, sin esperar.


-Hace rato que quería hacer esto - me dijo.


Nos echamos y nos recorrimos todo el cuerpo, yo también quería saborear su poto, así que en una quedo completamente echado, dandome a conocer sus nalgas, era gran potón este hueón, tanto que no lograba llegar tan abajo con mi boca, hasta que lo abrí y caché su hoyo rosadito, el que roce con mi pulgar mientras el otro hueón se quejaba rico. Nos pusimos de lado, tipo 69 y comenzamos a comer los picos, mientras con sus dedos intentaba ablandarme el hoyo.


Queríamos más. 


Con fuerza me tomo de los brazos y me puso en cuatro, volvió a comerme el culo un rato, pero esta vez había otra intención, con un dedido se hacia el paso, sacó del velador un poco de lubricante y me rozo. CTM, no se si estaba listo para esto, no sabía si lo quería, antes de que pudiera decir algo, sentí su cabeza entrando de a poco a mi, y a pesar de que dolía un montón, quería saber hasta dónde podía llegar y me sorprendí como me trague todo ese pico, llegó hasta su último centímetro y mi cuerpo tenso se comenzó a relajar, cada mete y saqué hacia que me gustará más la huea. 




Tenía una enfermedad, él era el doctor y su pichula la mejor medicina.


Seguía acostado de guata, así que cuando ya me acostumbre me levantó de la cadera, quede en cuatro con el culo abierto y esperando y uff, así que lo sentí más rico, comencé a pajearme mientras me daba duro, se puso bravo rápidamente, se escuchaba rico el roce de su pubis chocando con mi poto, no me importó si hacia mucho ruido. el hueón gemia rico, como hombre, bien duro comenzamos a sudar. Me jalaba del pelo bien duro, agarrandome de los hombros, yo intentaba poner de mi parte y le jadeaba rico, mientras trataba de presionar su pico en mi hoyo y tirando el poto pa atrás, me daba pequeñas cachetadas en el poto y en la cara.


Seguimos haciéndolo así por un par de minutos, parecía que vivíamos en una eternidad. 


Ya me dolía el pico de tanto roce, quería acabar y creo que él también. Me acostó en la cama, me puso una alhomada por debajo de mi espalda, me levantó las patitas, la apoye con mis manos para dejar abierto mi hoyo, mientras el Richi tomaba su dragón y lo dirigía hacia mi calabozo, entró de una para mi sorpresa, ya estaba bien abierto, lo podía imaginar, mi hoyo rosadito, bien rojizo, abierto como un hoyo negro.





Gracias a la almohada, sentí su pico mucho más adentro, agarro tracción con sus pies en la cama y me dio las estocadas finales, me pajie tan duro que todo el semen que bote, llegó directo a mi cama, Richi no paraba, seguía dándome duro, cuando retome el conocimiento del tremendo orgasmo que me había pegado, dirigí mi mirada hasta sus ojos y ahí acabó. 


Vacío sus cocos en mi hoyo, pego un gemido final, como de bestia, se rindió ante mi cuerpo mientras podía sentir como sus genitales palpitaban bombeando hasta la última gota de su semen, directo hasta lo más profundo de mi poto. 





Le pedí que me la sacará, pero se negó hueviando ya habíamos vuelto a nuestras personalidades y estábamos bromeando, cuando por fin me lo pude sacar de encima, corrí al baño, no había sentido nunca esa sensación, como de querer ir al baño a botar el semen que te habían dejado adentro, me toqué y caché como salía su leche, hermoso.


Me pegué una ducha caliente por varios minutos, cuando salí pilucho me lo encontré de boca abajo, durmiendo. Se veía tan lindo.


Me acosté a dormir, pero estuvo difícil, si antes la culpa era x2, ahora estaba x10. Tuve pesadillas y despertaba constantemente, el dolor de poto que sentía se encargaba de recordarme lo que había hecho.


Esa mañana fue algo distinta, el Richi no había sufrido amnesia, recordaba todo lo de ayer, pero concordamos que no podíamos decírselo a nadie, me sentí tan aliviado saber que no me ignoraría y también me calentaba la idea de que podría volver a repetirse la escena.



Bueno, y pasó esa mañana, pero no tan heavy, nos chupamos los picos y acabamos encima, algo piola comparado con lo que había pasado en la noche, pero que me bastaba para bajar la ansiedad. Además más temprano podía ver todo su cuerpo, su leche brillaba en su pecho, esos cocos tenían olor al cielo, cada detalle se disfrutaba mejor sobrio.


Volvimos a Santiago sin ningún triunfo, regresamos como fracasados, aunque yo por dentro me sentía entre fatal y feliz. Creo que sabía lo que tenía que hacer, estaba listo para terminar con Naty, a pesar de que la quería mucho, tenía que enfrentarme con esta situación, no le contaría nada, ni menos que era bisexual, no, no… todavía no estaba listo para ESO.


Pero la vida es cruel, y no fue importante para el universo si estuviera listo o no. Esa misma noche que regresé a mi casa, mi teléfono sonó muchísimo, decenas de mensajes que me preguntaban lo mismo “¿eras tú?”, no entendía y comencé a asustarme, pero lo que preparaba mi mente, ni se acercaba con la cruel realidad.


Alguien había conseguido un video de lo que pasó en las duchas del hotel y lo habían compartido en el grupo de amigos y lo peor: se lo habían enviado a la Naty, quien nisiquiera me pidió explicaciones, cortó al segundo conmigo, sin antes proferir una gran cantidad de insultos homofóbicos. 


Me quedé petrificado, no podía parar de ver el video, todos en el grupo estaban muertos de la risa. Lo que sí me llamó la atención es que en el video no se podía ver bien la cara del RIchi, a pesar de que estaba de lleno en mi culo, solo me veía yo, disfrutando de como me comían el poto un “hombre” desconocido y claro, solo yo salí perjudicado, no el Richi.










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