El Hermano chico de la Isa I
Esto pasó hace unos 10 años más o menos y aún lo recuerdo con lujo de detalle. Llevaba casi un año pololeando con Isabel o la Isa como le decían sus amigos. No era mi primera polola, pero yo sí era su primera pareja. Nos conocimos en el colegio y seguimos hasta la universidad, antes de qué todo cambiará súper rápido.
La Isa no tenía padre, pero sí un hermano y una mamá religiosa y algo bipolar. Quizás era por eso mismo que le costaba tanto “soltarse”. Era algo rubia, de tez clara, facciones que cualquier hombre podría considerar perfectas, era tranquila, de esas personas con personalidad extrovertida, pero que de vez en cuando sacaba su voz, media enojona a veces, pero tierna al final, para nada celosa, no carreteaba mucho, la polola perfecta, el único problema es que no era muy afectuosa.
No la forzaba ni nada, pero la primera vez que lo hicimos se puso a llorar y cada vez después de eso, cada vez que intentaba ponerme “cariñoso”, me hacía el quite, no la presionaba ni nada, pero me tenía con las bolas azules. Con 20 años, una polola demasiado rica y sin poder hacer mucho? uff. Todos mis amigos juraban que era afortunado, pero la verdad es que me estaba cansando.
Creo que ella se dio cuenta y empezó a “abrirse” más, fui paciente, deje que naciera de ella y de a poco, cada vez que salía su mamá a trabajar, nos escabulliamos en su habitación en el segundo piso pa hacer “cochinas”. Su hermano estaba en el primero, supongo que sabía lo que pasaba, pero se quedaba piola.
Algo cambió en la Isa esos meses, ahora se compraba ropa interior más sugerente, me enviaba nudes, estaba dispuestas a hacer más cosas, incluso no le desagradaba hacerlo a lo “perrito”, hasta me pedía que le jalará del pelo y todo, me chupaba el pico y hasta dejaba que le chupará el sapo, cosa que antes le daba mucho pudor, aunque claro, el * estaba fuera de discusión. Nos cuidábamos solo con condones, era muy estricta con esto.
Las cosas parecían ir bien, hasta que empezaron a ir mal. De un momento a otro se puso esquiva, volvió a ser la misma de antes, incluso peor y más desagradable. Y no po, estaba chato ya, habíamos estado culiado caleta para frenar así y no era solo eso, era desagradable, cortante, no tenía idea del porqué el cambio tan brusco.
Trate de terminar con ella un miércoles recuerdo y creo que lo sospechaba, antes de que pudiera decirle algo, me comentó que su mamá nos invitó a ir a la playa con ellos por dos semanas, se le veía tan ansiosoa cuando lo mencionó y es que es cierto, su mamá, a pesar de que yo le caía muy bien, era bastante conservadora, cuando se encontraba en la casa, nunca nos dejaba estar a solas en su habitación (pobre de ella que no sabía lo que haciamos cuando iba a trabajar, creo que confiaba en que el hermano chico nos iba a acusar o a detener, pero no estaba ni ahí.
Primero tuve mis dudas, no estaba tan seguro, pero pensé en darle una nueva oportunidad y debo reconocer que las ganas de culiar de nuevo no me dejaban pensar bien, era joven y ese culo lo valía, a pesar de lo cascarrabias.
Partimos un viernes en la tarde en el auto de la mamá, la Isa iba de copiloto y yo atrás con el hermano, el Carlos, pero le decían Carlitos, era un pendejo buena onda, se parecía mucho a su hermana, cara tierna, medio rubio, flaco y algo tímido. Le tenía que meter conversa para que hablará, sino se iba callado viendo el paisaje.
Llegamos tarde al litoral, ya que había un taco horrible, pero no importó. La cabaña era hermosa, grande, pero chica a la vez, tenía solo dos habitaciones, una doble en el primer piso y otra bastante grande en el segundo piso. Obvio que me instalaron en la habitación del primer piso junto a su hermano, tenía dos camas, una al lado de la otra, mientras ella se quedaría con su mamá, arriba. En fin.
Estábamos cansados luego de tan largo viaje, así que me tiré en la cama un rato a ver mi teléfono, mientras las dos mujeres se fueron a descansar de inmediato, en cambio el Carlos se fue a dar una ducha, el baño estaba dentro de la pieza. Cuando salió, lo hizo como Carlos Pinto, detrás de una gran oleada de vapor, vestido con su pijama, me dio risa y me llamó la atención que no se vistiera fuera del baño, quizás por su timidez o qué sé yo.
Nos quedamos conversando un rato, antes de apagar las luces y quedarnos dormidos. Al día siguiente me desperté primero, quedamos el día anterior en salir a pasear temprano, así me metí a la ducha, Carlitos seguía durmiendo. Salí al rato, dejé todas mis cosas afuera, arriba de la cama, salí solo con una toalla a la cintura, empecé a buscar ropa cuando se cayó la toalla, no le di mucha importancia, estaba en la habitación con otro hombre, filo.
Fui a buscar el teléfono que se me había quedado en el baño y cuando regreso Carlitos ya estaba despierto y no podía disimular su cara de sorpresa.
-Buenos días - le dije.
-Buenas… - respondió - ¿no es muy temprano?
-Sí, pero con tu hermana queremos ir a dar una vuelta a la playa.
-Ahh…
Yo seguía secándome por parte y cachando que el Carlos no dejaba de mirarme, estaba como petrificado, no me importó, de hecho me sentí como, no sé, deseado. No había cachado que Carlitos era de esos, pero filo. Me puse los boxer, me vestí, me despedí y partimos con la Isa.
Llegamos hasta un roquerío que estaba completamente vacío, intenté persuadirla a que, no sé, aprovecharamos que estábamos solos, pero solo conseguí rechazo, humillado total, volvimos a la cabaña sin haber conseguido nada y con las bolas más azules que el cielo del himno nacional. A pesar de eso no me quería pajear. Nope.
A pesar de eso, estuvo entretenido el paseo, luego almorzamos todos en la cabaña y volvimos al centro, a comer churros, a pasear por la playa, la feria artesanal, todo lo típico de una salida al litoral.
Lo más rico de todo, es que la cabaña estaba muy cerca de la playa, así que partimos de noche a hueviar un rato, a mojarse las patitas. La mamá de los cabros se quedó, salimos los 3 solos. Así que aprovechamos de pasar a una botillería y nos compramos unas cervezas, luego de un par de horas terminamos mojadisimos luego de que no vimos una ola, igual cagados de la risa nos devolvimos, la Isa subió de inmediato a cambiarse, y yo a ducharme, tenía arena por todos lados.
Mientras me desvestía en la pieza, caché que Carlitos había entrado, claro… se quería repetir lo del otro día, pensé. Quizás era la calentura que tenía que me parecía todo esto excitante, el hueón se echó en la cama y yo me metí en la ducha, con la puerta abierta. Tenía el pico duro, y no sé si se alcanzaba a ver, pero de nuevo, no me quería pajear. Al salir, ya tenía el pico mas controlado, pero está vez decidí quedarme más rato en pelota, paseándome al frente del hueón, a ver cómo reaccionaba. Lo caché, había sacado su teléfono y lo tenía muy cerca de la cara, como tomando fotos, no lo hacía para nada piola, quizás quería que lo pillará, pero lejos de molestarme, me calentó más, me vestí antes de que se me parará.
Luego de un rato se metió en la ducha, cerró la puerta y escuché cómo caía el agua. Me entró la curiosidad, ¿de verdad me estaba tomando fotos? había dejado el teléfono sobre la cama, y no me pregunten cómo, pero me sabía su clave, así que no lo dude, lo agarré, me metí a la app de fotos y claro, ahí estaba como en 50 fotos de yo cambiandome ropa, jaja me dio risa, no me molestó, como que me dio algo de lata, porque me sentía reflejado, caliente y sin poder hacer mucho, seguí bajando y encontré fotos de él en pelota, y ahí ya me entró la maldad y la culpa, bloquee el teléfono al tiro y lo deje de lado.
Aunque esa foto de su culo desnudo me impresionó, aún más me impactó lo que pasó después. Al salir de la ducha, mi compadre salió en pelota, mirándome como avergonzado, con una toalla en la cintura, como si se estuviera mostrando él ahora, se quitó la toalla y se comenzó a secar y ese poto que había visto rápidamente en esas fotos, se volvió una realidad, era precioso, se parecía mucho a la Isa, redondito, lampiño, ufff. Me sentía terrible y conflictuado, quería puro agarrarlo, quería… no sé que quería.
Hablamos un rato antes de quedarnos dormidos, me costó bastante por lo caliente. No recuerdo en qué momento me quede dormido, pero si recuerdo cuando me desperté como a las 3AM, fui al baño, eché una meada piola, la luz del baño iluminaba de forma indirecta la habitación, no era mucho, pero era suficiente como para ver una silueta en la cama del Carlos, el hueón se había acostado desnudo, de guata (solo se quedo con los calcetines puestos) y los tenues rayos de luz iluminaban con delicadeza sus nalgas, resaltaban entre tanta oscuridad, redondas, grandotas, hambrientas y poco experimentadas.
Me quedé bastante tiempo en el baño, visualizando tal belleza. Carlos despertó, miró hacia atrás y me observó, ya se me había caído la careta, de frente, mirando como un voyerista, con el pico duro a través del boxer. Solo nos miramos, no decimos nada.
Apague la luz y atiné a caminar hasta la cama, me senté en ella mirándolo ahora en una sútil oscuridad, solo la luna nos daba algo qué ver. Él se acomodó y me imitó, se sentó sobre la cama y pude ver su pene erecto también, pero ya no era tímido, para nada.
El silencio era eterno, no me atrevía a hacer nada, yo no iba a hacer nada, pero Carlos…, oh no, él sabía que alguien debía dar el primer paso. Se arrodilló frente a mí, en la bajada de cama, mirándome directamente a los ojos, comenzó a sobarme el pico, primero suave, luego duro, no dejabamos de romper contacto visual. Puso sus labios sobre mi boxer, me tenía al borde de la cama, olía mi pico, lo esperaba, hasta que me sacó los boxer por completo y quede expuesto, sus labios gruesos comenzaron a rodear mi pico, lo hizo desaparecer en su boca, su juguetona lengua se paseaba por toda mi anatomía con hambre, con ganas, con un entusiasmo que no se lo había visto a ninguna mina. No respiraba, solo chupaba pico, lo sacaba y lo metía en su boca con tanta facilidad, era mi dueño y ya no tenía ningún complejo, ya fuí y no iba a parar ahora.
Me da un poco de vergüenza reconocer que casi acabó un par de veces en su boca, su talento pa chupar pico era sobrehumano, pero claro… Carlos quería más y yo estaba más que feliz de dárselo. Se paró y me atacó con su boca, nos besamos. Pensé que sería raro, pero no, se sentía bien, nos tiramos en la cama y seguimos comiéndonos. Agarré su poto con fuerza, separando sus nalgas con mis manos gruesas y conseguí que me gimiera despacito, no podíamos hacer mucho ruido.
Le pedí que se sentará en mi cara, había estado intentando que la Isa lo hiciera hace rato, pero no le gustaba), en cambio Carlos aceptó de una. Me comí ese culo a lo maldito, mi lengua quedaba justo en su hoyo y sus pequeños gemidos se fueron incrementando de a poco, calentándome más.
Al rato se me escapó, se cambió a su cama y se puso en cuatro, onda todo su cuerpo tirado en la cama, excepto sus patas, dejando su culo en primer plano, hermoso. Prendí la luz porque quería ver mejor y dios… ese asterisco palpitaba, me llamaba con ansias. Le pase la lengua un rato más, lo escupí, lo toque, lo dejé listo listo para lo bueno.
Con la cabeza de mi pico comencé a darle palmaditas a su hoyo, tanteando terreno, alargando un poco la situación porque sabía que una vez que entrará, no sé cuánto podría aguantar. Comencé de a poco a penetrarlo cuando con sus dos manos se abrió los cachetes, lo quería. Comenzamos despacio porque conchetumadre, estaba tan apretado, tan caliente. Llegue hasta el final y seguí dandole despacito, el hueón agarró mi boxer y se lo puso en la boca para no gemir. Le di cada vez estocadas más fuertes, pero cortita para evitar el ruido, y evitar irme…
Traté de cambiar de posición para controlarme, él se acostó y levantó las patas y la escena hueón, era preciosa, con sus manos se afirmaba las piernas en el aire, dejándome su hoyo completamente a mi merced, exponiendo su pequeño pico erecto y lleno de precum. Agarré con fuerza mi pico y lo comencé a penetrar así, fuerte y cómo te explico la sensación que me producía ver su carita de caliente, como si estuviera sufriendo y deseando al mismo tiempo, como me pedía que lo besará mientras se lo metía, como me agarraba el poto para que se lo metiera más profundo, para que su mismo pico goteará mas fuerte mientras el mío se hacia paso para llegar hasta su próstata. La huea rica.
Después de un rato así, se paró, me pidió que me acostará y lo obedecí sin pensar, el se levantó frente a mí, tomó con firmeza mi pichula dura con su mano pequeña y se sentó en ella, no le costó nada, y comenzó a montar como si fuera un toro mecánico. La escena era maravillosa, él se afirmaba de mi pecho mientras galopaba raudamente, mi pico le estaba dando vida, era lo que mi pico quería con su hermana, pero a falta de concha, un hoyo dilatado, rico y apretado funcionaba mejor.
Resfregaba toda su raja en mi cuerpo, quería hasta el último centímetro, se tocaba mientras lo penetraba. La escena era tan caliente que no podía esperar más, le dije que parará, no fui explicitó pero él entendió todo y agarró vuelo, se movió más fuerte, lo mire con una cara de “esto lo estás buscando”, y no pude evitarlo, le lance todo el moco dentro, exploté, estaba terrible acumulado y se notó, el Carlos eso si no paro ni cuando me vio “acabado” , siguió cabalgando hasta conseguir lo suyo, a cabo y su leche me llegó en el pecho, se sentía tan cálida, ahí recién me atreví a tocarle el pico, estaba flácido ya, rojo, chorreando semen.
Se levantó y se acostó en la cama, tratando de recuperar el aliento, yo fui al baño al tiro. Me limpié el pico, me miré la cara y no podía creer lo que había hecho, me cagué a mi polola con su hermano chico, hueón me quería morir, aunque me duró poco, volví y me encontré con este hueón en la cama, de guata, en la misma posición, acostado. Me senté a su lado, le agarré una nalga, le abrí un poco para ver el desastre que le había dejado y claro, le brotaba mi leche de su ano enrojecido, era hermoso. El mientras tanto me miraba como coqueto, riendo, cómodo mientras mis manos todavía manoseaban su raja, aunque todavía no decíamos nada…
Continuará.
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