Ultrasolo (Profe vs Profe)
Nervioso, ansioso, inseguro, todo eso sentía antes de mi primer día. Había estudiado harto, cursado una práctica intensa, me sentía capacitado a full, pero aún así escuchaba esa voz de mierda en mi cabeza diciendo: “Te van a odiar, lo harás pésimo”.
No me costó mucho encontrar ese trabajo, era un colegio chico, particular subvencionado en La Florida, todo muy normal, llegaba como el nuevo profesor de biología. Mis temores iban por todos lados. Siempre me sentí inseguro por mi estampa, soy medio bajito, flaco, entonces siempre pensé que no me tomarían en serio, además temía que si se me salía lo gay, podría perder mi pega, lo cual la verdad nunca pasó por suerte.
Ese primer día fui recibido muy bien por las otras colegas, la mayoría eran profesoras jóvenes, muy amables, congeniamos de inmediato. Los alumnos también eran muy simpáticos, algo distraídos, ruidosos, lo normal para un curso de 1º medio, así que todo iba viento en popa. Full enfocado en el trabajo, quizás demasiado.
Me concentré tanto en mi carrera, que descuidé mucho mis relaciones, perdí un pololo súper amoroso y un par de amigos se alejaron de mí, pero antes de estresarme por ello, antes de pensarlo lo ultrasolo que me encontraba, me dediqué a preparar las mejores clases, ser el mejor profesor para esos alumnos.
Eso sí, no todos se llevaban bien en ese colegio.
Fue en la sala de profes, allí la primera vez que lo vi entrar, con ese rostro desafiante, mega afeitado, con ese buzo ceñido y esos brazos fuertes, pasó sin saludar y en completo silencio. Me quede como medio pegado, hasta que la profe de lenguaje me movió con su brazo para despabilarme.
-No, que no te guste ese… es el peor.
Yo haciéndome el tonto, así como, “no, ¿qué? na que ver…”.
-Sí, sí, no engañai a nadie cabrito jaja, así que no, a ese ignoralo, es un aweonao.
Resulta que se trataba de Álvaro, profesor de Educación física, había llegado como reemplazante de una profe que todos querían, pero que finalmente tuvo que renunciar, así que nos quedamos con este gil.
Paseo de profes
Era habitual que a mitad de año el colegio organizará un paseo para los profesores, un día de semana donde nos se hacían clases, nos llevaban a un recinto con piscina, hacíamos un asado, tomábamos y pelabamos a los alumnos, justo y necesario. Nadie creía que el idiota iría la verdad, si no se llevaba bien con nadie, solo con el inspector, peor para sorpresa de todos… apareció.
Llegamos temprano, agarramos un quincho y el Álvaro comenzó a preparar las cosas para el asado, obvio, cosas que haría un hetero. Las profes llevaron las ensaladas y yo un par de vinos que complementamos con otras chelas.
Antes, se tiraron todas las señoras a la piscina, yo me quede a un lado, como soy mega blanco, me tenía que cubrir todo el cuerpo con bloqueador o al día siguiente lo iba a pagar caro. Desde mi posición pude notar (y casi en cámara lenta) como el Alvaro entraba a la piscina, y como las profes que decían odiarlo se pegaban mirándolo, ¿y cómo no? profe de educación física joven, fuerte, cuerpo trabajado, medio musculoso, al parecer se depilaba, traje de baño ajustado, el hueón no pescaba a nadie, solo nadaba de un lado a otro, fue tanto el impacto que tuve que relajarme un poco, onda que se pasará un poco la erección para ir a la piscina.
Ahí me encontré con la Josefa, la profe de química, la primera que me advirtió sobre el hueón.
Mira ese hueón care raja, no cacho porque vino si nadie lo pasa.
El inspector rojas parece que sí
Es que es un saco huea igual que el..
Jaja
Al rato y después de un par de copas de vino, me dieron ganas de ir al baño, los que estaban algo lejos de la piscina, así que me apuré, como era día de semana, no había nadie más que nosotros y una que persona que trabajaba en el recinto. Para entrar al baño tenías que dar como una vuelta en U, era rara la entrada, pero no tenía puerta, los urinales estaban de un lado y caché que las duchas eran abiertas, no tenían ningún tipo de cortina o separación, me llamó la atención.
De pronto siento una presencia, era el hueón que me había seguido, uff me carga coincidir con gente en el baño, me pone nervioso, más aún si era este hueón y para colmo, se puso al lado mío, onda, habían 10 urinales y se instaló al lado mío, lo quede mirando así como “qué te pasa gil” y con su cara coqueta me cerro un ojo no más.
-cachaste que la Marta tiene el medio poto ¿cachaste? se ve entera rica en tanga-
yo incomodo solo atine a decirle un “no me había fijado”.
-¡No te creo hueón! a menos que te guste ver otras cosas
-¿qué otras cosas?
Se agarro la pichula y como que la meneo para que la viera, de reojo no me pude contener y la mire como 4 segundos, antes de sacar la mirada, era hermosa, larga, circuncidada, depilada y meando uff.
No seai hueón… -atine a decirle como riendo.
voh no seai hueón, hazle caso al papa: “no tengas miedo, de mirarlo a el” - y de nuevo se agarro la pichula como hacia mi lado, se cagó de la risa y se fue, obvio que sin lavarse las manos.
Me sentí entre violentado y excitado, aunque sobre todo pensando. ¿Por qué hizo eso? es obvio que me cachó, pero por que ser tan así, no me cabía en la cabeza, pero por culpa de ese episodio, tuve que disimular la erección durante todo el paseo, estaba contando las horas para irme a la casa a pajearme con ese recuerdo.
Cuando ya faltaba poco para volver, me fui a duchar, no me gusta como me queda el pelo con cloro, agarré mi toalla y fui a los baños, me tranquilizaba saber que no habría mucha gente, sino nadie, y no te miento, igual me daba morbo toparme con el Alvaro ahí, llegué y no había nadie, me desvestí, di la ducha y comencé a lavarme rápido.
Antes de continuar creo que es justo señalar que para que se entienda esta historia deben saber algo de mi, no tengo un pico así gigante, no, es bastante promedio, pero sí tengo un poto grande, en el colegio siempre me molestaban y me cargaba, pero ahora lo agradezco, dicho eso, sigo.
Me lavé el pelo con una botellita de shampoo que traía, pero por alguna razón la espuma no se iba nunca, parecía que seguía apareciendo, me preocupe, qué huea y cuando cacho era este huéon que me estaba echando más shampoo y ni lo había sentido por el ruido del agua. lo empuje para atrás, el cagado de la risa, como cualquier adolescente haciendo tallas pesadas fomes.
Sorry, no me aguante jaja -no le dije nada - solo prendió la ducha, se sacó el traje de baño y se ducho al lado mío, en verdad eso es lo que estaba buscando, pero ahora que me pasaba, no estaba tan seguro.
Oye compradre, ¿te han dicho que tenis la media raja?
Sí, la verdad es que sí.
Es que hueón, parece de mina, tai entero lampiño hueón.… - de nuevo silencio, ya me estaba irritando.
lo digo en buena oh…
¿gracias? le respondí irónicamente mientras trataba de no verle el pico directamente o me hueviará más.
El hueón patudo como que se da vuelta, me queda mirando y como era mucho más alto que yo, creo que media como 1.90 y yo tan solo 1,60, mire para arriba, algo helado, como una presa, el hueón con sus manos me rodeó y me apretó los cachetes, fuerte, pero rico.
-Hueón, ni el poto de mi mina es tan rico, la cago - seguí con mi risa nerviosa.
- Naaah… igual está más abandonado - No sé porque le dije eso, como si tuviéramos confianza, no sé.
Se me pegó más al cuerpo, y con su mano, con sus dedos intentó ingresar más adentro, lo quede mirando con cara de “para” y el con su cara de morboso no se detuvo hasta llegar a mi puerto principal, lo comenzó a rozar y hacer ruidos como cuando te va a comer algo rico. Sin palabras.
Se me paró al toque obvio y lo notó, ahí fue cuando me aparté, saco sus dedos de mi poto, pero el hueón se agacho por atrás mio y ahora con sus manos las puso en mis caderas, abriendo mis nalgas, yo ya estaba rendido completamente. el hueón ya no hablaba, solo decía hueas como “shhhhhh la media raja hermano”, de pronto, sentí una cosa inmiscuirse justo al medio de mi poto, era su boca, la que ahora se besaba con mi ano y francamente no me lo esperaba, me estaba comiendo el culo, onda con fuerza, se separaba de mi solo para tomar aire y volver al ataque, yo ya tenía el pico durísimo mientras el hueón intentaba penetrarme con su lengua. No pasó mucho rato, pero se salió, yo esperaba el servicio completo, pero se cagó de la risa.
-Yaa, mucho, mejor me voy a buscar a la Rocio - que era su polola parece - me dio una nalgada dura, y se fue riendo, como si todo esto hubiese sido una broma. Me sentí tan estupido y caliente.
Cerró el agua, se secó y se fue, caché que no tenía la tula dura, así que pensé que estaba jugando conmigo solamente.
Llegué a mi casa y me corrí la paja como 7 veces esa noche.
Al día siguiente pensé que sería extraño verlo en el colegio, pero no, me calentó verlo, recordando todo lo que había pasado. El se comportó como siempre no más, no me pesco mucho aunque lo salude muy efusivamente y la respuesta fue un simple “hola”.
Brutal el cambio, pero no me sorprendió, solo pensé que luego de que su lengua estuviera prácticamente dentro de mi, no me iba a ignorar de esa manera, pero filo.
Esa semana pasó lenta, lenta, lenta. El jueves llegó como un alivió, aunque no tenía planes, ese momento en la ducha con Alvaro me hizo pensar que quizás debería volver a buscar algo, algo quizás no tan serio, pero algo, basta de tanta abstinencia. Así que bajé Grindr para ver qué salía, ahí conocí a un hueón que vivía cerca, así que quedamos en la noche juntarnos en mi depa, filo, no era de esos, pero ya lo necesitaba, sacarme estas ganas con el culiao.
Hice la hora en el colegio, avanzando con la revisión de unas tareas y cuando ya estaba listo para irme, guardando mis casos, aparece el huea por detrás, asunstandome.
Sorry, pensé que te gustaba que te saludaran por atras
¿Qué chucha? - le respondí molestó
¿Qué de qué?
Nada…
¿Tai enojado?
No… ¿debería?
No sé po, ¿oye qué tenis que hacer ahora? - me cambio de tema
Me voy a juntar con un amigo
Fome, ¿por qué no te vení a mi depto?
¿Qué?
La Rocio se fue a Viña, vamos a tomarnos algo po
Eh…
Ya po - me quedo mirando con esa cara de rebelde, hueón pesao y no le pude decir que no, aunque no sabía que me depararía la huea (o quizás sí)
Eh… bueno
Bacán, pasamos a comprar algo.
Salimos del colegio, pasamos a una botillería, compramos unas chelas y nos fuimos derechito. Mientras ya había cancelado con el otro hueón de Grindr. Estaba como mega ansioso, no hablaba mucho, imagino que sabía lo que me esperaría.
Llegamos a su departamento y era un desastre, la cocina estaba llena de platos sucios, en la mesa muchos papeles, incluso unos médicos, pero no me importó, ropa por todos lados. No esperaba algo diferente de todo modos, pero bueno…
Me pasó una chela y nos sentamos en unos sofás, tuve que sacar unos calzoncillos (aparentemente sucios) que estaban ahí. Ahí me habló un par de hueas de su equipo de fútbol y yo así como “claro, claro”, me contó sobre cómo consiguió el puesto y que el antiguo profe era un imbécil y yo así “claro, claro” y en mi mente “¿cuándo me vai a meter el pico”. Mientras pasaban las cervezas, una y otra, siento que tenía que soltarse antes de poder incursionar.
En un momento y para acelerar la cosa, fui al baño a “prepararme”, creo que cachó.
Como ya cachaste, este hueón era muy raro, así que poco me sorprendían sus salidas,.
-¿Cuando cachaste que te gustaba chupar pico? - me preguntó de una y riendo, después de un par de cervezas ya estaba más relajado, así que no me importó responderle todas sus hueas
-Puta, de chico, de que vi unas revistas de Avon, donde salían hueones como tu en calzoncillos- Se rio
-Bueno, la naturaleza es sabia, si te dio un poto así, es pa’ ser usado y si dios me dio un pico así, es pa usarlo.
-Es buena lógica.
-¿No querís usarlo? - me preguntó moviendo sus cejas.
Por dentro estaba “por fin”, así que no respondí, me acerqué no más, le baje el buzo, él levantó un poco la raja para que saliera rápido, y ahí me golpeó el olor a pico fuerte, estaba algo duro, así que no dude en meterlo en mi boca al tiro, pero sin sacarle los ojos de vista, estaba risueño y a medida que me lo iba escondiendo su cara se transformaba, gozandolo.
Estaba algo oxidado, pero de un momento a otro recordé todo mi talento y me trague ese pico como nunca, su olor me tenía intoxicado, como drogado. Chupándole los cocos, el hueón la gozaba, se sacó del pantalón un pito y comenzó a fumar, ni me convido, pero no me importó, yo tenía algo mejor en la boca. Lo pajeaba con una mano, mientras mi lengua jugaba con su cabecita, lo volvía loco. Me sentía como un juguete, nada más, nada importante.
No aguantó mucho, se levantó, se terminó de sacar los boxer, se me acercó y me tomó de la mano, me guió hasta su cama, con fuerza me tiró, caí de guata, mientras él se acercaba por detrás, me dio vuelta, me sacó el cinturón, me desabrocho el pantalón, todas sus risitas se habían detenido, ahora era como un león, me volvió a dar vuelta, y me bajó el pantalón de a poco, como disfrutándolo, luego el boxer de a poco, hasta que quede con el poto completamente vulnerable, el hueón se hundió nuevamente en mis profundidades, y estaba tan rico, sus manos me separaban todo, quería partirme, un par de escupitos, muy húmedo, su lengua me preparaba y el alcohol me había relajado bastante.
Ni terminó de sacarme la ropa y quería penetrarme.
Me puso en cuatro y siguió comiéndome el culo, su incipiente barba se sentía tan rica en mi raja, para qué decir esa lengua juguetona, me tomó con fuerza y me instaló al borde de la cama, con sus dedos me empezó a abrir el hoyo, sin lubricante, solo su saliva y de a poco algo que era más grueso que un dedo.
Empezó a rozarme su pico por mi hoyo, pero sin entrar, estuvo así un rato, y yo a punto de explotar.
-¿Lo querís?
-Sí, lo quiero.
-Ruega…
-Por fa
- Más
-Méteme el pico
-¿Querís mi pico?
-Sí, todo…
Y sin mucho amor me empezó a penetrar, para mi sorpresa no me dolió. Pensé que me iba a matar con ese tremendo pico, pero no, encajamos bien y su saliva bastaba, se sentía tan delicioso, con tan poco amor, solo sexo duro.
Mientras más gemía más parecía calentarlo, si le decía que fuera más rápido hacia caso, tomaba vuelo, me agarraba de las caderas y se tiraba todo el cuerpo encima, todas sus bolas chocaban violentamente. Habíamos comenzado hace poco, pero ya pensaba en que quería que me dejará toda su leche dentro.
Entre tanta embestida quede bien adentro en la cama, completamente echado, pero eso no importó, el hueón se terminó acostando encima mía, con su pico completamente adentro, no cabía ningún centímetro más, 2 minutos más y acababa con el roce de mi pico en su cama.
Paramos por un momento, el hueón se quedó a un borde de la cama, tomando aire seguía con polera, con el pico duro, me acerqué y aunque sabía que esto no era más que una calentura de un hetero, me atreví a besarlo, me lo recibió sin muchas ganas al principio, pero luego de un par de segundos, el hueón hasta me tomaba la cara y me comía los labios, con mi mano libre lo seguía pajeando, eso le gustó ya que volvimos a las mismas al tiro, quería ponerme en cuatro de nuevo, pero le dije que no.
Con calma lo guié, le dije que se acostará, que quería montarlo, sonrió traviesamente, y me puse en posición, me empecé a sentar en su pico lentamente, hasta llegar al fondo y luego sentadillas arriba, movimientos circulares, el hueón la gozaba caleta, caché que si me movía de de adelante hacia atrás le gustaba más, así que le di duro, fue una actuación para ganar un oscar, el hueón gemía, jadeaba, la gozaba. Creo que incluso me excedí, lo llevé al punto, pero no quiso terminar así.
Me puso a un costado, de lado, como para hacer cucharita, puso su pico en mi hoyo nuevamente y pa dentro, con uno de sus brazos me levantaba la pierna, lo que hacia que entrará mejor, ahí yo no aguanté más, me daba justo en el lugar correcto y acabé como elefante, gemí tan fuerte que el Alvaro acabó a los segundos, dentro mío, ni me preguntó, pero fueron 30 segundos demasiados intensos. Como te explico el sonido de su pico chocando contra mi, luego bien mojado. Me costó retomar el aire, me toque el poto para sentir su leche saliendo de mi cuerpo.
El hueón estaba en las mismas, se quedó acostado un rato. Mientras me levanté al baño para bueno, tu sabes. Al volver me empecé a vestir, pero el hueón no me dejó, se levantó bruscamente de la cama, me agarró y me tiró de vuelta a la cama, me quito el boxer, y empezó como a luchar conmigo, yo estaba muerto de la risa, el también, me agarró del poto, jugando.
Luego la cosa se puso sería de nuevo, chocó su cabeza contra la mía, me dio un beso y luego la hicimos como misionero, me dejó acostado, con las patitas para arriba y su pico atravesándome, estuvo más rico que la primera, como más cariñoso, acabé así, con todo mi semen en mi guatita, el me la sacó y acabó también en mi estómago, fue tan rico verlo, sus bolas rebotando, ver su semen salir de su pico tan violentamente, su cara gozando, su pecho musculoso, me sentía en el cielo.
Lo hicimos un par de veces más antes de quedar raja, fue increíble, no recuerdo cuando me dormí. Me levanté súper tarde pensando que era sábado, pero no, tenía que estar en el colegio, me bañé en su tina, estaba todo tan desordenado y poco limpió, lo que ayer no me molestaba por calentura ahora me molestaba. El hueón no tenía clases parece, seguía durmiendo, así que no lo desperté, estaba durmiendo pilucho, boca abajo, se veía tan lindo y no me había percatado que tenía lindo culo.
Salí corriendo, llegué justo a la hora, medio desordenado. La Josefá como que me pilló.
-Cache que ayer te fuiste con el Álvaro y ahora tenis la misma ropa que ayer ¿pasó algo pillin?
-No puedo hablarlo, estoy atrasado-
Me costó terminar ese viernes, no podía quitarme de la cabeza esos momentos, su pico chocando contra mi poto, esos besos tan ricos, ufff. No tenía ni su teléfono, ni nada. Solo cachaba que tenía un Instagram que no usaba mucho, pero que plancha escribirle por ahí, onda tipo sycho, así que no insistí, el hueón tenía polola, no quería lucir muy intenso.
Llegó el lunes y estaba ansioso de verlo, aunque sabía que me iba a ignorar, pero no pasó, Álvaro no llegó, no dio explicaciones, al siguiente día pasó lo mismo, así que lo despidieron. Intenté hablarle ya por Instagram, filo si pensaba que estaba loco, pero quería saber qué le había pasado. No hubo respuestas.
La Josefá me había contando que solo le habría respondido solo al director, pero que no le dio muchas razones. Raro. Pasaron las semanas, los meses, hasta que me dio por revisar su perfil de nuevo, vi sus fotos y algo me llamo la atención, la última foto que había subido hace meses tenía muchos comentarios nuevos, y todos apuntaban a algo: "te vamos a extrañar", "¿por qué lo hiciste?", " mi más sentido pésame a la familia".
Álvaro se había quitado la vida hace unos días.
Lo encontraron en una casa que estaba arrendando en el sur. Me tuve que sentar, no lo podía creer e intente tratar de averiguar lo que había pasado. El cabro tenía una enfermedad degenerativa, no iba a vivir más de 30 años y estaba en una misión de poder probar todo antes de partir, de alguna forma me hizo sentir bien saber que al menos pudimos compartir un par de momentos antes de su partida, unos que atesoraré harto.
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