Bi-brígido

Brígido. Todo lo que pasó durante ese fin de semana fue brígido, algo rancio, sí, pero aún recuerdo y me pongo muy caliente al toque. No te voy a dar la lata, iré directo al grano, pero hay algunas cosas que debes saber primero.


Mi nombre es Gonzalo, aunque todos me dicen Gonza. Tengo 25 años y soy sagitario. Un tipo medio feo, medio alto, medio flaco, pichulón, sí, esa es mi gracia debo reconocer, y simpático también... creo.

La huea es que tengo un grupo de amigos algo grande, unos 4 cabros y 2 cabras bien loquillas, pero buenos compas. Entre ellos se sumo una chiquilla que se integró porque era prima de un amigo y venía de Rancagua: La Caro, y... ¿cómo te describo a la señorita? era una en un millón, literal, pelo largo claro y liso, ojos grandes, labios carnosos, carita hermosa, pechos normales y un culo, un culo de esos que te tienes que dar vuelta a ver. 

Como podrán comprender, la cabra era la baba de todos los hueones, pero era un fruto prohibido, no por respeto a nuestro amigo, sino porque estaba pololeando, aunque nada se sabía del pololo, solo que era milico o de la Fach, algo así.

Era verano, éramos jóvenes y obvio que queríamos escapar de la ciudad, así que que organizamos un viaje a la playa, pa aprovechar las vacaciones, muchos debíamos volver a la u y no estábamos listos. El Mario, el primo de la Caro, tenía una cabaña grande, así que partimos casi todos, al principio todos queríamos ir, pero finalmente terminamos yendo 3 giles, incluido el Mario y una de las pololas de uno de los del grupo y la Caro obviamente, pero iba sola. Uff.

Nos fuimos en una camioneta, maneje yo, obvio la Caro se vino adelante, así que la raja, pudimos hablar casi todo el camino. Nos caimos bien, era tan fácil de conversar la cabra.

Llegamos un día súper tarde, ordenamos las cosas de la casa. No había mucho qué hacer. Al otro día partimos a la playa súper temprano, la Caro se sacó el short que andaba trayendo y nos dejo ver su culo a través de esa tanga chiquita, nos quedamos pegado, como degenerados. Se fue al mar con las otras cabras y un pareo y te juro que no me podía despegar  la vista. Era un imán.

Ese día me encargue de hacer el almuerzo, me acompañó en la cocina y hueviamos caleta, nos costó mucho terminar el almuerzo, todos estaban ya impacientes y hambrientos. Esa noche nos quedamos hasta tarde, tomando, riendo de nuevo, creo que todos notaban que nos gustamos, no sé. 

Nos quedamos solos, era súper tarde, la veía a través de una luz cálida, se veía hermosa, sentía que algo podría pasar, pero no po. De una se despidió y se fue a acostar. Quede más caliente. Me tuve que correr la paja en el baño pa bajar la revolución y darme cuenta que no era nada, que nada había pasado, ni nada podría pasar, estaba pololeando, solo estaba siendo simpático. 

Me castigaba pensar que una chica linda era simpática conmigo y claro, no tenía ninguna intención, o eso me hice creer...

Al día siguiente, me pidió que la acompañará a dar una vuelta. Acepté ya sin pensar cochinás. Salimos a caminar por la playa, ella se había puesto el traje de baño abajo de un short muy cortito, y yo partí así no más.


Llegamos a un lugar super lejano, donde ya no había nadie, entre las rocas se formaba una pequeña playa mal cuidada, ahí se quitó el short y me dejo ver su traje de baño tipo tanga, cortito, chiquito, se quitó la polera y me pidió que le tomará fotos para su Instagram. Hacia poses, nos reíamos, le tomaba fotos mientras se reía, todo muy natural, muy normal. 

Luego nos acercamos al mar para seguir con la sesión, ahí una ola la pillo, y se le soltó el sostén, en vez de quedar avergonzada, se quedó ahí, con total naturalidad, con sus hermosas tetas al aire, el tiempo parecía ir tan lento, entre su risa, entre sus movimientos, se lo puso de nuevo y seguimos caminando como si nada.

Llegamos más lejos, hasta una cueva, me retó a entrar, según ella habían espíritus, pero lo único que se veían eran condones usados sueltos, se notaba que la gente ocupaba la cueva pa culiar, qué fantasmas. Mi corazón comenzó a latir con fuerza, creo que hasta ella podría escucharlo.

Entramos los dos, sabiendo que iba a pasar, ya no hablábamos, a pesar de la oscuridad, una luz se colaba justo para iluminar nuestras boca, sin hablar, nos comimos a besos, tan ricos, tan necesarios, tan inevitables, entre tanto beso, le comencé a agarrar el poto, por intuición, ella se bajo el short y se quedo solo con la tanga, así que le sentía todos sus cachetes, estaba terrible caliente, tenía el pico tenso, pero tenso. 

Ella lo notó e intentó reciprocar, me rozaba el pico con una mano, frotando fuerte con una mano y con la otra en mi cara, yo a estas alturas ya le había quitado el sostén, le chupaba las tetas delicadamente, aunque de seguro me veía como un enfermo, pero le gustaba, se notaba que sí, gemía tan rico mientras le daba pequeños piñiscones.

Como me considero un caballero, bajé, le termine de quitar la tanga en la oscuridad, y sin tener nada para ver, le chante mi lengua en su choro mojado, me guiaba su olor, su gusto, su zorra que emanaba humedad. La Caro se terminó soltando, y ya gemía sin ataduras, el eco culia era inolvidable. Le devoré la concha como si fuera la última en la historia de la humanidad, de paso la di vuelta y me sumergí entre sus cachetes gigantes, la penetraba con mi lengua y jugueteaba con su hoyo, ¿por qué no? estábamos ahí.

Ella me devolvió el favor, se dio vuelta, se agachó, me sacó el pico del pantalón y se lo devoró. lo sacaba y lo volvía a poner en su boca tan rápidamente que no entendía bien que pasaba, solo que quería puro ponérselo. Se volvió a parar y nos quedamos juntos, muy cerquita, me tomó del pico y lo frotaba junto a su humanidad, me sentía como un vibrador humano, pero no me quejaba, estaba tan húmedo, tan rico.

¿Querís metérmela?", me preguntó, le respondí con un tibio y caliente sí en su oreja, ella me respondió dándose vuelta, tomando con su mano mi pico y dirigiéndose hacia las puertas de su edén. 

Se sentía tan caliente, tan mojada, no costó mucho para que le entre toda. La penetraba con clase, le jalaba tiernamente del cabello mientras le brindaba besitos en su cuello, pero sin olvidar que yo era el que dictaba el ritmo, al menos en esa cueva. Le di tan duro que el recuerdo del eco de mi pelvis chocando contra su poto todavía me atormenta. Estaba listo para terminar, ella lo notó y se apartó, la saqué y termine en la arena, justo a tiempo, nos costó volver a la normalidad, entre que nos vestíamos en silencio y tratábamos de buscar la luz. 

El retorno pudo haber sido incómodo, pero no, seguimos tan como antes. Quedamos con un hambre feroz eso sí.

Esa noche seguimos en lo nuestro, cómo ella se quedaba sola en una habitación con baño, aproveche de ir a verla en la madrugada, mientras todos ya dormían. Como era tarde y estábamos medios curados, tratamos de no hacer tanto ruido, pero entre sus montadas locas, verla en cuatro y con toda la luz del mundo, no pudimos contenernos,  creo que sacudimos toda la habitación. 



No te explico lo feliz que me hacía verla montando mi pico, era una fuerza salvaje, sus tetitas hermosas, su cuerpo tibio, su choro mojado saltando encima, estaba vez no pudimos parar, acabamos al mismo tiempo, yo encima de ella, y sin condón, le deje todo adentro, hasta mi alma, fue heavy.

La mañana fue cuática, nos despertaron de golpes en la puerta, yo salí en boxer, así como para que se cachara lo que había pasado, onda pa', pero era el Mario, con una cara de espanto, para avisarme que el pololo de la Caro había llegado de visita. Conchetumadre, salí corriendo a mi pieza. alcance justo. Sentí como el hueón se acercaba a la pieza de la Caro y escuché un grito, pero como de alegría, salí a ver qué onda y ahí estaban, besándose como si no se hubiesen visto hace décadas, y lo único que podía pensar es que mis semen seguía fresco dentro de ella.

Me terminé de vestir y salí para saludar y vi a este pelmazo, era un cabeza de músculo, medio zorron, medio rubio. Me dio rabia el hueón. Pero terminé fingiendo muy bien, como aquí nada hubiese pasado, pero todos sabían hueón. Fue muy incomodo al principio. La Caro actuaba como si nada.

El hueón, de nombre Camilo, resultó ser todo lo opuesto a lo que pensé en un principio, era amable, simpático, agradable y hasta chistoso, era obvio porque la Caro estaba con él. La rutina fue la misma, fuimos a la playa hasta muy tarde, almorzamos, tomábamos en la noche, y esa noche, no fui yo quien se fue a la cama con esa hermosa señorita, no, fue este gil, y me lo hizo saber con esos ruidos nocturnos, eso gemidos, que yo había provocado ayer. Es raro, pero me estaba destrozando por dentro.

Al día siguiente cambie de actitud, filo, ¿la pase bien? sí, filo. Me llevaré bien con el hueón, si total era simpático, ya no iba a arruinarme los últimos días de vacaciones. Así que comencé a conversar más con Camilo, hablamos de futbol, de cine, de cualquier huea, era muy tela, y entre mejor me caía más mal me sentía por lo que le había hecho.

Esa noche, tomamos mucho, más que de costumbre. Salí a fumarme un pucho, esa noche hacia frio, pero no me importaba, pensaba en la Caro cuando de pronto sale este hueón, me pidió un cigarro, y nos quedamos allí, hablando de cosas sin importancia, hasta que soltó una pregunta incomoda.

-¿Así que te culiaste a la Caro eh?

Quedé helado, ¿quién le fue con el cuento? ¿quién me traicionó? Comencé a balbucear nerviosos, unos "no, no, no..."

-No te preocupís hueón jaja, me contó la Caro, también me dijo que te portaste súper bien con ella...

Todavía no sabía que responder, completamente paralizado ¿Qué chucha la Caro? ¿o era una trampa?

-Jaja pa' algunas personas es raro, pero nosotros tenemos una relación abierta con la Caro, así que por eso no te preocupís, solo que me contó buenas cosas de ti...

-¿ah sí? mmmm ¿bacán?

-Jaja, relájate hueón, si está todo bien... es más, ¿por qué no te pasai más rato a nuestra pieza? pa seguir el webeo

Le dije que sí, así como para terminar esa conversa incomoda. Seguimos hueviando hasta que se hizo bien tarde. Todos se fueron a acostar, en el pasillo vi como estos dos se iban a su pieza, y como Camilo me cerró un ojo antes de entrar y cerrar la puerta.

Me fui a acostar un rato, pensando en esa invitación. ¿Qué sería? ¿quería un trio? me entró la duda, y la calentura fue más, camine hasta la pieza, toque la puerta y me abrieron lentamente. Allí estaba Camilo, en boxer y sin polera, y la Caro en ropa interior. Y yo así como, incómodo. 

La Caro se acostó así como riendo en la cama. Nos pidió que nos acercaramos a ella, de una. Se quedó abajo, mientras sacaba el pico del Camilo de su boxer, intenso. Con la otra mano, me lo sacó y comenzó a mamar, no te miento, fue raro, pero los copetes que nos tomamos antes ayudaron caleta a relajarme, se me paró rápido, mi compadre también estaba duro como roca. Todo marchaba bien hasta que la loca junto ambos picos en su boca, los hacía rozar, y creo que jamás había tocado otro pico, con mi pico en mi vida, pero no se sentía mal.

El hueón me miraba, así como “ops”, gajes del oficio. La hueona seguía frotándonos y la calentura seguía creciendo. Paró un momento, se miraron con el Camilo, como sabiendo que estaba pensando cada uno y el hueón habló:

-¿Te molesta intentar algo que hace rato queremos hacer con la Caro?

-Sí... obvio…

-¿Doble? 

Uhhh cache al tiro, y no sabía qué pensar, pero había que intentarlo. Mi abuela dijo que había que comer de todo.

Me acosté, la mina se me montó encima, acomodo mi pico en su vagina y pa adentro, rico. Luego sentí como el hueón se ponía detrás, penetrandola en su otro agujero, este hueón tenía los cocos grandes,  estoy seguro que se los sentía cuando se la metía, ese roce conchetumadre, se sentía tan rico, mi mente estaba confundida, completamente confundida. Seguimos así un buen rato, el hueón gemía y la Caro se sentía en el cielo, en sus ojos se veía todo, lo gozaba de una manera.


Paramos un rato cuando nos cansamos, nos tiramos en la cama, muertos de la risa, pero la Caro era insaciable, así que me siguió chupando el pico, me tiró pa’ atrás, así como pa que no viera, me puso una almohada encima y siguió chupando, cada vez mejor, cada vez más adentro, la huea ¿cuándo agarró tanto vuelo? y ahí me pegue la cachá, me saqué la almohada y era el Camilo quién me la estaba chupando, en un segundo pase de: "sale de ahí culiao", a "no parís porfa", la Caro se sumó, chupandome las bolas, conchetumadre, jamás me había sentido así. 

Continuaron un buen rato así, hasta que paramos un rato, nos fumamos algo y nos volamos  raja. Hacía calor en esa habitación, así que partimos a tomarnos una ducha fría, los tres, y que manera de frotar, hicimos un sándwich con la Caro, hasta que cambiamos de posición y quedamos cara a cara con el Camilo, frotándonos los cuerpos mojados y con un poco de jabón, tantas sensaciones nuevas, nuestros picos, aunque flácidos, nos daban placer cuando se rozaban, no entendía porque, pero no quería parar. 

La Cami actuaba como brindándonos apoyo, mientras unas risas se nos escapaban para disimular lo bien que lo pasábamos, como si solo estuviéramos jugando, nada de esto era serio. Nada era serio hasta que el hueón se dio vuelta y me mostró su culo, que era parecido al de la Cami: redondo y sorprendentemente depilado.

No pude evitar tocarlo, él quería, yo quería. Restregaba mi pico sobre sus cachetes, de a poco se iba endureciendo de nuevo, ¿culiarme un hueón?¿ por qué no? pensé.

Pasamos a la cama nuevamente, ahora el hueón estaba en cuntro encima de la cama, dejándome vre todo su hoyo, se veía nítido. La hueona me pasó un lubricante, así de preparados, y comencé a empujarle el pico de a poco, onda, las dudas pa’ atrás. Está huea más que culiarme a un hueón, era demostrar mi poder sobre él. Así que se lo chanté sin mucho amor.

Pensaba que entre más duro, más dolor podría causarle y mejor, así de enfermo, pero era lo único que no me convertiría en “gay”, así que le di como caja. Pero mi compadre, en vez de reclamar, lo tomó todo, le tenía los cachetes blancos ya rojizos de tanto darle, la Caro lo besaba y me daba envidia, celos, no sé, y más fuerte le daba. El hueón la gozó tanto con mi pico adentro.


Cuando ya me iba, la Caro lo notó, estaba todo sudado, él también y me comenzó a besar ahora, tan rico, tan sabroso, me distrajo mientras le acababa en el hoyo a este hueón. Lo único que podía pensar, “mi semen ha estado entre estos dos hueones”. 

Paramos un minuto, y la hueona se lo empezó a chupar para que acabará, y así lo hizo, le chantó todo el moco en la boca. Como ya se me había pasado la calentura, me dio un poco de asco la escena, así que salí a la ducha nuevamente, me bañé harto y salí, me topé con los dos hueas acostados piluchos, riéndose de algo, me invitaron a la cama, pero preferí volver a mi pieza.

Confundido, enredado y todavía algo caliente me fui a dormir pensando en todas las cosas que habían cambiado, ¿era gay?¿hetero?¿bi? muchas cosas por resolver.




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