La Mirada de Baptiste


A veces solo falta una mirada para poder conseguir algo de alguien, pero otras a veces, se requieren tan solo… 140 miradas. ¿Me explicó?

Qué buena idea tuve cuando decidí comenzar a ir a trabajar caminando, adiós metro, adiós aglomeraciones ¡hola caminata de una hora! me iba escuchando música, tranquilo, salía más temprano, pero filo., tomaba desayuno en la pega y chao.


Cuando tomas la misma ruta todos los días a la misma hora, te vas encontrando con las mismas personas siempre, en mi caso era una pareja de ancianos que tomaba su caminata matutina, algunos padres en bicicleta llevando a sus hijos al colegio, algunos conserjes y como no, Baptiste.


La primera vez que vi a Baptiste caminando rumbo a su trabajo fue calentura a primera vista, era un chico haitiano, negro, hermoso, alto muy alto, no tan musculoso, flaco y con unas rastas muy bien cuidadas y una sonrisa muy linda, no es que me sonriera a mi directamente, es que siempre que me topaba con el, iba tan feliz. Además que era tan, pero tan agradable verlo siempre con poleras ceñidas que resaltaban sus musculosos brazos y torso. 


Sí, me sentía culpable de verlo con así, pero bueno, era una linda distracción, además duraban ¿Qué? 5 segundos, entre que lo veía pasar y ya era historia, no era como un degenerado que lo perseguía por las calles tomándole fotos, no señor, todavía no llegó a eso ¿ya?


Pues bien, cada vez que me lo topaba en distintas partes de la misma calle, siempre trataba de hacer contacto visual y siempre me veía, y cuando lo lograba, apartaba la mirada por vergüenza. IDIOTA, sí, pero bueno… soy tímido.


Ya era habitual, lo veía todos los días, todos los resantos días de lunes a viernes, una simple y pobre mirada. 


Una mañana que salí medio tarde, me lo encontré mucho antes en la calle, y caché que trabajaba en una construcción y uff mi menté se puso a pensar en escenarios y cosas sucias. 


HASTA QUE UN DÍA… un glorioso día de verano, en una calurosa mañana, se me ocurrió llevar un café helado en un vaso térmico para el camino. Obvio, en mi mente era la tremenda idea, pero no contaba con mis habilidades fantásticas para caerme en todos lados, lo peor es que fue justo en frente de Baptiste, me puse algo más nervioso de lo habitual y tropecé feo, con el café en la mano, quede entre empapado y avergonzado, pero quién estaba ahí mismo para ofrecerme una mano? Baptiste :D


-Amigo, te caíste feo ¿te ayudo? - mientras me ofrecía su mano grandota, la que tomé sin pensar.

-Uhhh gracias, perdón, me saqué la chucha.

-Sí jaja ¿estás bien?

-Sí, solo que plancha... jaja

-Jaja no te preocupes, que te vaya bien.

-Sí, tu igual, chao.


UFFFFFFF. Voy a confesar algo, llegué a la oficina a correrme la paja. Sorry, no podía bajarme la calentura, su voz tierna, medía dulzona, sus manos gruesas y firmes, ay… 


Ahora, la caIda tuvo sus beneficios:  ahora cada vez que me lo topaba en el camino, como ya habíamos rotó el hielo, nos saludábamos con un simple: “hola” y una sonrisa.


-¿Cómo sigue la rodilla? - Me dijo el día siguiente.

-Uff mejor, jaja la vergüenza todavía me persigue pero bueno.

-Jaja buen día....


AYAYAI. Estaba enamorado, te juro, me levantaba en las mañanas, me echaba más perfume pensando en encontrarme con este chico y compartir un “hola”, eso me bastaba para ser feliz por 24 horas.


Ojalá mi vida laboral hubiese ido mejor, pero NOPEE. Resulta que ahora tenía que ir a trabajar los sábados a la oficina, me daban libre los lunes, pero era tan tome vivir así, aunque poco tenía que opinar igual, las cosas no andaban bien y tenía suerte de tener una buena pega.


Es extraño como te topas con otro tipo de jungla los sábados, los que salen a correr, las parejas en bicicleta, pero lamentablemente sin Batiste :( o eso creía. 


Uno de esos sábados me pasó algo muy estúpido (COMO DE COSTUMBRE), iba caminando por justo afuera e una construcción, que era de donde trabajaba este chico, y algo cae estrepitosamente al lado mío. Era un tarro de pintura, me asusté caleta, porque no solo sonó muy fuerte, si no que SALTÓ caleta de pintura en mi, onda quede todo embarrado.


De inmediato traté de cachar de donde cayó el tarro, y noté que había un andamio justo al lado, uno que pasaba muy piola, veo para arriba, a ver si pillo a mi potencial asesino, dispuesto para gritarle la vida, cuando me doy cuenta que es Baptiste, OH NO. Su carita de preocupación era notoria. Bajo corriendo, tanto que casi se cae del primer nivel del andamio. 


-Amigo, ud, perdón, se me cayó el balde… discúlpeme.

-No, no te preocupes - Se me fue toda la rabia de inmediato.


El seguía pidiéndome disculpas mientras que con un paño sucio intentaba sacarme el exceso de pintura con fuerza. ¿Te imaginas mi reacción? MMMM DALE NO MÁS. 


-Ufff amigo, perdón… ¿por qué no pasa a lavarse?

-¿A donde? - le pregunté medio cachudo

-Aquí - y apunto a la construcción


Y pues bueno, qué le iba a decir que no además pensé en quitarme el chaleco y quedarme solo con la camisa, para no tener que volver a mi casa. Me indicó uno de los baños y me empecé a desvestir, cuando caché que el huéon seguía atrás, como esperando.


No le di importancia, me empece a lavar la cara y como no tenía los lentes puestos y soy muy piti, no sabía si estaba haciendo un buen trabajo.


- Tengo alguna otra mancha? - le pregunté, mientras el se reía porque claro, me limpié pésimo.

- Te queda un poco aquí.





Agarró otro de los paños y me lo comenzó a frotar fuerte contra mi pecho, ahora desnudo. Sus ojos no los sacaba de los míos, como juguetón. Yo debí haberme visto terrible confundido y  sobre todo CALIENTE, en especial cuando pasó el paño por mi estomago, sentí que quería seguir bajando, pero no se atrevía.


Nuestras miradas nos decían todo. Se sentía el calor en ese container, se sentía que algo pasaría, sus labios gruesos se sentían cada ve más cerca, pero no era el momento.


El teléfono del Baptiste sonó, lo llamaba su jefe aparentemente, me dejó solo nuevamente. Mientras aproveché de hacerme el hueón, llamé a la pega y les dije que no podía ir porque me había pasado un "accidente", filo, no nunca había faltado, nunca había mentido, creo que me lo merecía.


Baptiste entró nuevamente con una cara de decepción.


-Tengo que seguir con lo que estaba - y en su voz se escuchaba la decepción.

-Ah, claro... yo tengo que seguir también - le dije como nervioso.


Y mientras caminábamos para la salida, me arriesgué po, no tenía nada más que perder. 


-¿No te tinca pasar a mi depa más rato?¿por unas chelas? ¿Cuando termines?

-Ehh ¿no tiene que trabajar?

-No, ya avise que no iré

-Ahhh dale... 

-¿Entonces... sí? - Contrapregunte mega nervioso

-Sí, yo creo que termino en dos horas - no era muy hablador, pero su sonrisa me dejo claro que quería venir.


Le di la dirección y nos despedimos, te juro que mordió el labio después del "nos vemos". ME VINE corriendo al depa, no solo a ordenar, que lo tenía hecho un desastre, si no a "prepararme". Me metí en la ducha y estuve harto rato en un lavado, quería que todo fuera perfecto, me puse un jock lindo, fui a comprar chelas y todo. Pensé, este cabró llegará a la 6.30, un culión seguro de 1 hora y luego tenía un carrete donde unos amigos, un cumpleaños, así que sería una linda anécdota.


Y luego a sentarse a esperar.


Sonó el citofono, y uff lo sentí hasta en el culo. Curioso como ese momento en que subía por el ascensor fue tan eterno, hasta que sonó el timbre, salí corriendo, abrí la puerta y ahí estaba este cabro, con su sonrisa tan linda y empapado de perfume, lo tomé como una buena señal, lo hice pasar y le ofrece una cerveza al tiro. 


Se sentó en el sofá y conversamos un rato, me contó que había llegado hace 5 años al país, y que había sido más fácil de lo que creía, había pillado pega rápido, así que vivía en un depa chiquito en Estación Central, que no tenía más familia en Chile y solo un par de amigos.


Hacia calor y es que mi depa es un horno en verano, y el pobre Baptiste lo sufría, veía como el sudor le corría por la frente, quizás complementado con el nerviosismo, yo estaba en las mismas, pero entre más nos conocíamos, entre más tomábamos, más  nos relajábamos, más se sentía que algo iba a pasar, que algo se venía, pero no lográbamos romper el hielo. 


En esos momentos de desesperación y alcohol, se me sale la perso que no tengo.


-Sorry por el calor, se me echó a perder el aire acondicionado y ufff, pero si quieres te quitas la polera... -ASÍ DE PATUDO.


Y lo hizo po, no se demoró nada y UFFFF como te explico lo marcado que estaba, era como de película.


-¿Otra chela? - le ofrecí.

-Sí, y a ti... - Estaba de espalda cuando se lo ofrecí y me congele brígido cuando me dijo eso.


¿Me quería a mi? uff, así que no había ya retorno, saque una chela del refri, se la pasé y nada de tímido ya, me arrodillé frente a Baptiste, el solo se acomodo echándose para atrás, mientras abría la chela. Mis manos se fueron derecho a sus pechos, hacia su torso fortificado y sudado, pero no me iba a conformar con eso. 


Me dirigí a su cinturón y lo saqué con una facilidad, luego le desabroché el pantalón y se lo arranqué prácticamente, ahí noté sus boxer rojos y un bulto tenso, grueso, me acerqué y pasé mi cara rozando fuerte su paquete, olía rico, con una mano lo apreté con delicadeza, tratando de distinguir entre su pico y sus bolas. 


Sus ojitos brillaban sabiendo lo que iba a pasar. Le pase la lengua por encima del boxer, le di el medio color antes de sacárselo, lo frote fuerte, sabía que podía crecer más, así que para cuando la saqué, dios mío, el MEDIO CHORIZO, creo que nunca había estado frente a un pico así, onda, a dos manos y me sobraba su cabeza, no sabía como me iba a comer tremendo tiburón, te juro que cuando lo puse en frente de mi cara no podía ver ni el comienzo ni el final.


Así que MANOS A LA OBRA. Puse su cabezota frente a mi boca y con una destreza que desconocía lo guarde en mi boca, intenté alojarlo lo más que pude, pero no podía, me atragantaba con facilidad, pero el era comprensivo, me tomaba de la carita y me hacia cariño mientras me intentaba zampar su pico, me dio harta tranquilidad y confianza. así como el pico era medio misión imposible, me esforcé caleta en lamer bien sus bolas, estaban lampiñas y mojadas con mi saliva, ricas y por ese momento, solo mías. 


Lo pajié con fuerza mientras me devoraba sus bolas, y eso le encantó, ahí lo sentí gemir, también comenzó a entrar en confianza, tanto que me tomó de los hombros, y me jaló de los brazos, dirigiéndome hacia su boca, nos besamos un buen rato en el sofa, y algo medio incomodos pero siempre con mi mano en su pico, apretando fuerte. El no se quedaba atrás, con sus tremendas manos me apretaba el culo por arriba del pantalón, pero ya quería desnudarme.   


Hasta que me pidió que me quedará de pie, el me siguió, nos quedamos los dos de pie, besándonos, yo mirándolo hacia arriba y con mis manos intentando rodear su cuello


Me bajo los pantalones y descubrió mi jock, le jalo de los tirantes, le encantó porque me lanzó una mirada coqueta, me puse en cuatro en el sofa y lo que vino después UFF JAMÁS LO OLVIDARÉ.


Le deje el culo lo más alto que pude, me hundí en el sofa y el cabro ya sin ningún rastro de esa timidez, me dio unas dos nalgadas tiernas en cada cachete, a lo que gemí fuerte. Luego sentí sus manos en mi culo, en cada nalga, separándome, para luego atacar con su lengua. Me chupo el poto a lo condenado, era cuático como su lengua debía medir más que otros picos que me había comido antes. Me penetraba y me dejaba mojado a la vez, qué buen servicio. 





Pero no solo se concentraba en mi hoyo, también bajaba hasta mis bolas, las descubría y me las lamía rico, hueón, no habían pasado ni 5 minutos y ya era el mejor culia que me habían dado en la vida. 


Debo reconocer que me asusté cuando terminó, porque sabía que vendría lo otro. Le pregunté si tenía un condón, me dijo que sí, se lo puso y nunca había visto un pico tan grande como para que no terminara de enrolarse. Fui a buscar el lubricante, porque sabía que necesitaría mucho, mucho.


Me puso harto en el culo, pero antes de penetrarme y cambiarme para siempre la vida. Con sus dedos comenzó a dilatarme. Era todo un caballero po. Estuvo un buen rato dándome con sus dedos, preparándome y cuando ya estuve listo se lo hice saber.


- Mételo - con la voz más caliente que tenía.


Me dio un beso en la frente, y se puso en posición. 


- Me avisas si te duele ¿ya?

- Dale no más - le dije


Su cabeza entró rápido, pero lo demás... AAAY, dolor supremo, pensé que estaba listo, pero no, ¿Cómo iba a estar listo alguna vez para tremendo pichulón? imposible. Pero me hice el valiente, porque pa eso estamos, pero era difícil disimular y el Baptiste se dio cuenta, me la sacaba de inmediato cuando me veía batallando, pero no quería que parará, no quería que se frenará. Así que comencé a fingir gemidos para encapsular el dolor. 


Suena como descabellado, pero cacha que luego de 5 minutos ya el dolor había desaparecido, mi culo se adaptó  de forma maravillosa a su pico, y ahí me hallaba yo po, un sábado que tenía que trabajar, pero en cambio estaba en cuatro en mi sofa, con mis lindos jock mientras tenía a un negro de 1.82  con un pico que de seguro eran más de 25 centimentros dándome duro. Era el cielo. 





Me daba tan rico, tan preciso que me salía caleta de precum, tanto que se me salía del jock. Solo podía pensar que el culo se me debe ver tan hermoso abierto, así que le pedí que me tomará una foto, la sacó y me tomó la foto y de verdad, jamás me lo había visto así, brigido y hermoso.


Aprovechamos y cambiamos de pose cuando el quiso, se me sentó en el sofa y me pidió que me sentará encima, pero mirándolo fijamente y lo hice, pero... fue cuático, en cuatro le sentía todo el pico, ¿pero así? era como si me llegará hasta el estómago, era tan rico, empece a saltarle arriba la pichula ¿y lo mejor? no se salía con nada, así que podía moverme a lo Sharkira y seguía adentro la huea.


El hueón me saco el pico por el costado del jock, y me empezó a pajear pero le dije que no era tan buena idea, y no lo fue, le advertí pero no paró, solo me pidió que me moviera rápido no más, y me fui cortado en todo su pecho, me pegué un gemido del que después me arrepentí (creo que los vecinos hablaron después porque pensaron que me estaban matando y era algo similar) UFFF estuvo más rico. Le llene todo el estomago con mi semen, se vería hermoso, como un café con leche.


Pero caché por el condón que no se había ido, así que le pedí que se quedará de pie para chuparle el pico y se viniera, lo hice un par de minutos y luego se pajeo para apurar el asunto, me dejo toda la cara llena de leche, hueón, le salía y le salía y le salía. Solo atiné a abrir la boca y varias gotas cayeron a mi lengua, le saboree todo su masculinidad. El hueón gimió tan rico. 


Ahí nos quedamos, yo lleno de su semen en mi cara y el con el mio en su pecho. Me quede un rato en el piso tratando de recuperar el aliento y el se tapaba la cara y buscaba servilletas en la cocina.


Le sugerí que nos ducharemos juntos, y me hizo caso. Seguía muy caliente hueón. Nos metimos bajo el chorro con agua fría y a pesar de eso no se le achicaba nada, nos seguimos besando y el cabro parecía muy obsesionado con mi poto, porque bajo el chorro de agua me seguía manoseando, uff nos dejamos limpios y salimos. 


Nos tiramos piluchos en la cama y seguimos hueviando, onda teníamos demasiada calentura en el cuerpo, nos frotábamos con delicadeza, nuestros picos seguían duros y con ganas de seguir y seguir. 


Entre tanto beso y sobajeo, me pidió que trajera una toalla, la pusimos debajo y encima de un cojin que lo puso abajo de mi espalda, me quería a lo misionero, y no le iba a decir que no. Me acomodo y separó las piernas, le dejé todos el culo listo, ya muy preparado, abierto.





Se puso nuevamente un condón y tomo su pico lubricado y lo guió hasta mi poto, los primeros centímetros fueron igual de dolorosos que al principio de la primera vez, pero Baptiste era un caballero, se preocupó en todo momento que estuviera cómodo. 


Me tenía que recordar respirar. Su pico me estaba reordenando los intestinos, pero yo feliz, feliz porque su pico me llegaba profundo, el hueón se me tiro encima, su cabeza la tenía al lado mía, lo escuchaba de frente como gemía, el me escuchaba a mi gemir, su sudor caía hacia mi, y el se refregaba con el mio. Mis patas jamás las había visto tan atrás de mi cabeza, pero no me quejaba. 


Le pedí que se acostará, quería montarlo. No me rebatió, se acostó rápidamente, se veía feliz e imagínate yo. Me acomodé arriba de su pico, me entró y comencé a moverme, a saltar arriba, lo veía muy concentrado, mientras me tomaba de las caderas, me apretaba los pezones, me tocaba el cuello, me derretía completamente. Su pico me estaba dando justo en el punto ideal, ese que te hace casi eyacular.


No fue intenso, no fue rápido, fue tierno, fue rico, fue húmedo, fue sudado, fue intimo, me seguía besando, me hacia cariño, el hueón no era ni mi pololo y siento que me culió con más amor que cualquier otro ex, además ningún ex me había dejado el hoyo tan abierto también. 


Volvimos a lo misionero, le gustaba así, y a mi también, verlo cuando levantaba su cuerpo frente a mi, me seguía penetrando y podía ver todo su torso sudado, dándome, sacando placer de mi cuerpo, me besaba las piernas, me las jalaba hacia atrás para llegarme más profundo, fue el misionero más sabroso de la historia.


Esta vez quería que el se fuera primero, así que le dije explicitamente, agarro vuelo y me dio unos 30 segundos de unos movimientos constantes, suaves y ricos, el hueón se fue adentro y en la misma pose, se tiro encima mio, fue tan rico verlo irse, eyacular, sentir que me daba su vida, como le daban pequeños movimientos involuntarios, verlo a los ojos. Me la dejo adentro mientras me pajeaba para irme también, no dure nada. 





Se salió lentamente y se quedo ahí, como retomando el aire y se veía tan rico, sudado a cagar, con su pico todavía medio erecto y el condón hasta la punta, lleno de su semen, se lo sacó, le hizo un nudo y lo fue a botar.


Luego me trajo confort para limpiarme el pecho que lo tenía súper lleno de semen, no recordaba la vez que acabe tanto, pero ahí estaba Baptiste, tan tierno limpiándome. Ahí nos reímos harto, ya estábamos relajados, el hueón se volvió a acostar al lado mío, ahora en confianza. 


No era tan tarde, pero quedamos como medios agotados. Pusimos una película y nos quedamos raja, olvide completamente que tenía una junta más rato, FILO era mejor esto. 


Desperté como a las 4AM y tenía la mano de Baptiste en mi estomago, abrazándome, seguíamos piluchos, por encima de las frazadas, fue una sensación de tranquilidad tan rica, a pesar de que lo conocía hace tan poco. 


Desperté temprano, como a las 8, y al darme vuelta no estaba, no estaba ni en el baño y no vi su ropa, UFF me sentí medio mal, que feo que se haya ido así, pero la decepción no duro mucho, sentí que alguien estaba entrando en la puerta, me puso un short y salí a ver medio preocupado y era Baptiste, que había ido a comprar cosas para el desayuno, creo que ahí ME ENAMORÉ.


Hablamos un rato y adivina, SEGUÍAMOS MUY CALIENTE, y le dije que fuéramos a la cama antes de tomar desayuno. Obvio, le saque la ropa nuevamente y nos metimos a la cama.





Ahí hasta me chupo el pico, fue tierno, porque se veía tan pequeño en sus manos y en su boca, hicimos el 69 y estuvo muy rico, pero esta vez tenía algo en meta, quería algo... distinto.


Me puse frente a el y le dije que no me tuviera piedad, que lo quería fuerte, salvaje y sin condón, “quiero que me preñes”.


Se lo tomó bien, incluso como que sonrió de forma caliente, no lo dijo, pero lo sentí muy “Si eso querís, te voy a hacer mierda”. Nos lanzamos nuevamente, entre beso a beso, pero ahora era más rudo, me dio vuelta de una con su fuerza, me dejó en cuatro y me encorvó la espalda, me dejó listo. 


Susto, no podía ver nada, solo sentí su pico entrar de una, creo que estaba completamente abierto, me tomó con las dos manos la cadera y me lo encajó brígido, mire hacia atrás y vi que hasta levanto una pierna. Me dio duro y por un momento pensé en arrepentirme, pero no, mi próstata se sentía en el cielo, y el sonido de su pelvis contra mi poto, se escuchaba delicioso, sus gemidos, su golpes, su embestida, era brutal. 


“Ten cuidado con lo que deseas”, me repetía mi conciencia. 


Pero pico, prefería arrepentirme después, no poder caminar, no sé, pero esa mañana lo quería todo. Trataba de mirarlo, darme la vuelta, y ahí se veía, tan rico, tan musculoso, tan fuerte, tan potente, no me daba ni un segundo de descanso, era un taladro sin cesar, solo podía imaginarme como iba a estar mi culo después de eso.


Luego de que casi me hace acabar, le dije que parara.


-Ahhhh, ¿no que querías fuerte?

-Sí, sí, pero si sigues me vas a hacer acabar jaja...


Mis demandas no fueron aceptadas. Solo me tomó de los brazos y me hizo caer todo el cuerpo, me agarro y me dejo al borde de la cama, el se paró y me dio de la forma más bestial que un humano puede resistir. Ya no tenía las manos para sostenerme, mi cara se estrelló contra la almohada mientras Baptiste me daba duro, agarrando mis caderas, inyectándome con su trozo. Tenía que esforzarme mucho para prácticamente no gritar.





- Esto querías? - me decía

- Sí, sí, sí...

- Dime que querís mi leche

- Damela damela

- ¿Donde la querís?

- En el hoyo.


Y dicho y hecho Baptiste se vino en mi poto y se pegó el gemido más fuerte que le había escuchado hasta el momento, fue igual que la última vez, pero estos últimos 30 segundos fueron más brutales, me vine gracias al roce de mi pico y la cama, sin tocarme, fue tan violento que prácticamente me desmayé por 10 segundos, como que se preocupó Baptiste, pero era porque no había comido nada desde ayer, cuando retomé la conciencia plena, caché que había conseguido todo lo que quería y más, me la saco despacio eso sí, y sentí como me brotaba su semen, quede ahí, desparramado un buen rato.


Nos quedamos un rato acostados, yo estaba muy mareado, necesitaba desayunar con urgencia. Así que nos fuimos a la cocina y pasamos todo el día juntos, y así... la semana, la que viene, la siguiente y hasta la actualidad ❤️






Comentarios

Libertad ha dicho que…
Te extrañaba
fabian62cl ha dicho que…
Gran relato.... Muy caliente.. 🔥🔥 🔥

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